Saltillo, Coahuila.- Andrés y su familia se encontraban cenando en una tortería cuando recibieron la noticia de que él había obtenido el mejor puntaje a nivel nacional durante la Olimpiada del Conocimiento Infantil.

Se autodescribe como un niño inteligente, alegre y competitivo. No dedica más tiempo al estudio que en sus horas clase y al hacer sus tareas. Apenas termina y sale a jugar, le gusta el futbol y estar con sus amigos. No tiene claro qué le gustaría ser de grande, pero odia las trampas, y si algo le enoja es una injusticia en el receso, señala el niño de rodillas raspadas.

Andrés se había propuesto a ganar meses atrás y lo logró. “Yo estaba seguro de que me encontraría entre los mil niños que acuden a la Ciudad de México, pero no me imaginé que sería el primer lugar”, expresa Andrés, quien se sonroja continuamente y sonríe escondiendo los dientes.

Desde que era muy pequeño fue educado en un colegio bilingüe, donde obtuvo siempre el mejor promedio hasta quinto año de primaria con un 100 impecable, sin embargo, sus padres le propusieron cursar el último año de su educación básica en la primaria Benito Juárez, un semillero de talento académico, dado que durante años ha dado a la entidad las mejores calificaciones para la representación nacional de Coahuila. Andrés aceptó.

Andrés piensa que ser competitivo no es malo, siempre y cuando puedas también admitir una derrota como le enseñó su padre, Carlos Javier de la Garza. Nunca ha tomado algún curso ni clases particulares, pero asegura que el único secreto es poner atención.

“En mi otra escuela siempre sacaba dieces pero en esta es más difícil, me gusta esforzarme más y mi maestra Nancy nos impulsa a estudiar con las mejores técnicas al presentar un examen”, comentó. Sus materias favoritas son Matemáticas, Historia e Inglés. Le gusta la robótica y ver videos de datos curiosos.

“Estoy muy emocionado de haber ganado, pero aún me faltan muchas cosas que aprender, por ejemplo nunca me he sabido abrochar bien las agujetas”, confiesa entre risas.