Seguridad
Por Agencia Reforma
Publicado el jueves, 6 de julio del 2017 a las 01:20
Ciudad de México.- Los cuerpos hallados en las fosas de Colinas de Santa Fe, cerca del Puerto de Veracruz, aumentaron a 270, repartidos en 137 fosas, aseguraron integrantes del colectivo El Solecito, sin embargo, las labores de búsqueda y exhumación aún están lejos de concluir.
“No sabemos hasta cuándo vamos a terminar todavía”, comentó Lucía Díaz Genao, del colectivo que destapó este cementerio ilegal.
El número de cuerpos rescatados ha abierto una nueva preocupación para las personas que buscan a algún ser querido desaparecido: dónde resguardar tantos cuerpos.
“Ya vimos que todo está saturado, no hay dónde poner ni un muerto más”, dijo Díaz Genao, quien explicó que desde el colectivo que dirige verificaron que están llenos los Servicios Médicos Forenses del Estado y también el camión especial que llevó la División Científica de la Policía Federal.
“Y está muy sospechoso dónde están metiendo a los (cuerpos) que siguen saliendo, porque ya no hay lugar”.
Jorge Wincker, Fiscal de Veracruz, indicó en mayo que reunían muestras de ADN para la que la confrontación de los 250 restos humanos encontrados en Colinas de Santa Fe.
Hasta el momento sólo han identificado y entregado dos de los cuerpos de Colinas de Santa Fe, correspondientes a funcionarios veracruzanos que fueron levantados el 15 de abril de 2013: Pedro Alberto Huesca Barradas, ministerio público investigador adscrito al operativo conjunto “Veracruz Seguro”, y su secretario, Gerardo Montiel Hernández.
Los cuerpos los entregaron el pasado 7 de marzo tras lograr la identificación mediante pruebas de ADN.
“No lo encontré como yo deseaba, qué más quería que encontrarlo vivo, que estuviera por ahí, en la cárcel o que luego los reclutan, no sé, pero que estuviera vivo, pero lamentablemente lo encontré así, y por un lado pues yo le pedía mucho a Dios encontrarlo ya como fuera, es más feo no saber”, comentó vía telefónica Griselda Huesca, madre de Pedro Alberto.
Su hijo fue levantado a plena luz del día en Cardel, cuando tenía 31 años de edad, hace ya más de cuatro años.
Según Griselda, pobladores comentan que dos patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública iban siguiendo a Pedro Alberto, lo detuvieron y lo entregaron a otra camioneta, pero ninguna persona se atreve a declarar por temor.
“Estuve como nueve meses en shock, sin saber qué hacer, hasta que oí de los colectivos y participé en reuniones, en búsquedas, en todo lo que se hace para buscar a nuestros hijos”, comentó.
“Es una tristeza ver cuánta madre está sufriendo lo mismo, y muchas tienen de a dos, de a tres hijos perdidos, es como una pesadilla de horror”.
Para ella, la única justicia en la que confía es la divina, ya no la de los hombres
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