Saltillo, Coah.- Le tocó al Tribunal Electoral de Coahuila echar el humo blanco que adelanta que, a pesar de tanto litigio y show mediático, en efecto Miguel Ángel Riquelme es el gobernador electo del estado y que no le pudieron arrebatar una elección que no fueron capaces de ganar en las urnas.

Los integrantes del Frente por un Coahuila Digno no perdieron la batalla al confirmar la Sala Superior del Trife y el Tribunal electoral local, que el entonces candidato priista no había rebasado topes de campaña y tampoco había pruebas suficientes para comprobar un fraude electoral o elección de estado.

Los números apenas sufrieron una leve diferencia cuando restaron los votos de 67 casillas que fueron anuladas. Miguel Riquelme, 473 mil 806 votos; Guillermo Anaya, 445,046; Armando Guadiana, 148 mil 587; Javier Guerrero, 103 mil 174; Mary Telma Guajardo, 20 mil 794; José Ángel Pérez, 18 mil 824 y Luis Horacio Salinas, 9 mil 505 votos.

La batalla se perdió antes de iniciar la guerra. Recién concluida la elección y formado el Frente Coahuila Digno, en esta columna se dijo que se equivocaron al unirse después del 4 de junio, pues le hubieran ganado al PRI en las urnas uniéndose una semana antes de la elección.

Bien lo escribió en su red social el reportero Néstor González: “no fueron 14 agravios los que inclinaron la balanza a favor de Riquelme, fueron dos, se llaman Armando Guadiana y Javier Guerrero, y le costaron exactamente 251 mil 761 votos a la posibilidad de alternancia en Coahuila”.

Y tiene toda la razón. Aquí lo dijimos sin aportar números, pero llegó la hora de ponerlo claro. Si Guadiana o Guerrero hubieran sido más inteligentes y menos soberbios, se habrían dado cuenta que no tenían posibilidad de ganar, y debieron declinar a favor de Anaya, eso le abonaba los votos suficientes para ganar con amplia ventaja.

Y como no lo hicieron, sin duda se puede decir que quienes le dieron el triunfo a Riquelme en las urnas, no fueron sus priistas aleccionados o comprados, fueron Guadiana y Guerrero que le robaron votos a la oposición con posibilidades de ganar la Gubernatura. Y eso, ya nadie lo cambia.