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¡Temían el fin del mundo!

Por Néstor Jiménez

Publicado el domingo, 20 de agosto del 2017 a las 05:24


Una gigantesca nube cubrió la mayor parte del cielo de Coahuila en 1999

Monclova, Coah.- Era un sábado como cualquiera en Monclova, el sol castigaba los primeros días de Primavera y la gente realizaba sus labores preparándose para la Semana Santa que iniciaba en 24 horas con el Domingo de Ramos.

No había nada anormal, la Capital del Acero seguía su ritmo en la recta final de la administración del presidente municipal Harold Hal Pape Felán y sus 10 regidores, “Año de Hidalgo”.

De pronto, a las 15:30 horas, los gritos de: “¡Señor, aplaca tu ira!”, “¡Padre ¿por qué nosotros?!” se escuchaban por doquier mientras que todos corrían despavoridos buscando refugio.

Un viento que parecía soplado por el diablo y amenazaba con arrancar de cuajo los árboles de la Plaza Principal se dejó sentir y atemorizó a la población, que a punto estuvo de provocar una estampida.

Todos iban hacia la misma dirección: La Catedral de Santiago Apóstol, que se atiborró de creyentes que estaban al borde del colapso y más se aterrorizaron cuando una densa y negra nube cubrió el cielo.

Las autoridades iniciaron un rondín por toda la ciudad tratando de evitar una tragedia y la movilización no se hizo esperara en el heroico cuerpo de Bomberos y Protección Civil así como socorristas de Cruz Roja y Águilas Doradas.

Mientras eso sucedía, el meteorólogo, Ariel Espino Rodríguez, llegaba rápidamente a su oficina en la avenida Brasil cruce con Colombia de la colonia Guadalupe, para saber exactamente qué sucedía.

El teléfono no dejaba de sonar en el Servicio Meteorológico: eran los encargados de Protección Civil desde Ciudad Acuña hasta Parras De la Fuente, buscando una explicación al espantoso evento.

Por medio de los aparatos especiales, el científico descubrió que se trataba de una gigantesca nube de varios kilómetros de espesor, cuya densidad acabó por poner los nervios de punta a los coahuilenses.

El mercurio del barómetro se desplomó por completo mostrando un súbito descenso de presión y al poco rato el metal liquido avanzó increíblemente en el marcador.

Contra todos los pronósticos y en plena tarde, a las 15:35 horas…¡Se hizo de noche! Por todos lados se gritaba que el fin del mundo había llegado y en el fenómeno, la mayoría de los pecadores veían que las peores y más tenebrosas partes de la Biblia se estaban cumpliendo.

Tomaron fuerza las palabras del profeta Frances Michel de Nostradamus y otras asociaciones religiosas invitaban a los inicuos a arrepentirse ante la inminente llegada del crujir de dientes en el Armagedon.

Era como si una gigantesca amenaza se cerniera en nuestro cielo y el sistema de nubarrones no dejó pasar un solo rayo de luz, dejando en tinieblas el área conurbada de Monclova, Frontera y Castaños.

¿Parece un relato de ficción verdad? Pero la anterior narración en verdad ocurrió, no sólo en nuestra ciudad sino en gran parte de Coahuila y fue el 27 de marzo de 1999: El día que la noche se adelantó.

CREÍAN ERA EL FIN DEL MUNDO

Mientras que en el Observatorio Meteorológico de Monclova, Espino Rodríguez y sus colaboradores trataban de buscar la pronta explicación al fenómeno, las lámparas del bulevar Pape se activaron al detectar penumbra.

Y no sólo eso, los gallos comenzaron a cantar en los alrededores y los conductores se vieron en la necesidad de accionar las luces de sus vehículos para evitar un accidente.

Aparte de las tinieblas, el aire cuyas rachas llegaron por momentos casi a los 90 kilómetros por hora, realizaron diversos destrozos, principalmente en marquesinas de negocios y anuncios espectaculares.

Definitivamente era algo atípico, inusual, que jamás se había observado en nuestra región y hasta le fecha no se ha vuelto a repetir.

El teniente Óscar Pañeda Torres, director de Seguridad Pública, implementó un operativo de ayuda en las diferentes colonias, principalmente la periferia, pues se recibían reportes de pánico por todos lados.

Empleados de las maquiladoras Hanes y Sara Lee fueron equivocadamente evacuados, cuando en el interior estaban más seguros.

Como sucede en este tipo de situaciones, muchos se aprovechan de la ignorancia de las personas y lejos de calmarlos empeoraban las cosas, ya que se argumentaba que a pocos meses de llegar el año 2000 y con ello el cambio de milenio, Cristo regresaba a juzgar a vivos y muertos.

En aquellos años, no había el acceso que se tiene hoy en día al Internet y al mar de información que representan también las redes sociales.

Días antes circulaba una supersticiosa “cadena” que dejaban por debajo de las puertas y consistía en una hoja de máquina con letra mecanografiada en máquina, que anunciaba erróneamente el tercer secreto de la Virgen María aparecida en el Poblado de Fátima en Portugal (Hace 100 años, el 13 de mayo de 1917) y que prevenía de tres días de oscuridad.

Con todos estos factores, en la mente de la mayoría de las personas…¡Era imposible no imaginar que el anochecer a plenas tres y media de la tarde, era un mal augurio!

EL FENÓMENO ES CONOCIDO COMO CUMULONIMBUS

Para saber la verdad histórica de ese día de miedo, la explicación de quien entonces era el jefe del Servicio Meteorológico en Monclova, Ariel Espino Rodríguez es indispensable.

“Ese fenómeno se le conoce como Cumuloninbus y es una nube gigantesca”, detalló quien fuera estudiante de la Universidad Complutense de Madrid, España.

En sus años de estudios realizó investigaciones en Ciencias de la Atmósfera, además de haber llevado cursos en la Universidad Nacional Autónoma de México e impartió clases de Ciencias de la Tierra en la prestigiada “Prepa 24” de Monclova.

El científico explicó que éste sistema de nubes es el más grande que existe y va desde los 2 mil metros a los 20 mil metros de altitud, en forma vertical y de gran extensión horizontal.

La que se presentó en la primavera de 1999 no permitió que pasaran la luz solar y por ello dio el efecto de anochecer, era sumamente densa.

Ilustró que el centro de ese sistema lo representó Monclova, de hecho se formó en nuestro territorio poco a poco: “Se generó una baja presión, como una gota gigantesca con una masa helada encima y abajo una masa caliente”.

La bola de aire caliente fue subiendo en espiral y de pronto se invirtió. Ariel Espino narró que el sábado 27 de marzo llegó tan rápido como pudo a la oficina debido a lo caótico del clima.

“Recuerdo que mi auto se movía debido a las rachas de 90 kilómetros por hora, que alcanzó por momentos el viento”.

Dijo que el barómetro (Instrumento para medir la presión atmosférica) mostró el súbito descenso del mercurio y posteriormente el ascenso en cuestión de instantes. “Por eso… al invertirse el sistema se dejó sentir un aire helado, era una nube gigantesca”.

El experto meteorólogo, quien incluso dio una conferencia acerca de lo ocurrido en diversas Universidades de nuestro país, mencionó que el fenómeno no sólo fue regional.

“Abarcó desde Ciudad Acuña hasta Parras De la Fuente, todos nos enviaban informes y necesitaban una explicación la cual se les dio” además consideró que la mayor oscuridad se vivió en Monclova.

Lo anterior, ya que en otros municipios como Parras, Ocampo y Ciudad Acuña sí se lograba observar el horizonte, pero en la Capital del Acero el efecto noche fue total, como si se hubiera tratado de un eclipse solar.

El profesionista, entrevistado en su domicilio de la Zona Centro de Monclova, descartó que pudiera haberse formado un tornado ya que nuestra orografía protege la ciudad de este tipo de “monstruos”.

AL FINAL: UNA TORMENTA CON GRANIZO

En punto de las 15:50 horas, veinte minutos después de llegar la tenebrosa “meganube” se desencadenó una tremenda tormenta acompañada de una fuerte granizada.

Daños considerables causó en domicilios humildes de la periferia, además de vehículos abollados. En algunas partes los granizos eran parecidos a pelotas de golf, aunque en general se registraron con un diámetro de tres centímetros.

La información que proporcionó la Comisión Nacional del Agua (Conagua) al periódico Zócalo de Monclova en aquel entonces, indicaba que el fenómeno “Se presentó con menor intensidad en Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas”. Los fotógrafos, Fidencio Alonso y Gustavo Rodríguez así como Jorge Hernández, llevaron a cabo la cobertura del fenómeno cuya noticia fue redactada por Leopoldo Ramos.

Se registraron destrozos en las vías de comunicación en el municipio de Ocampo y Cuatro Ciénegas, según registros del entonces director de Protección Civil de aquellas tierras, Javier López Seispardo. En Monclova sólo se alcanzaron cinco milímetros de precipitación pluvial en las estadísticas de Espino Rodríguez. El pánico culminó a las 16 horas con 13 minutos.

Ese día será imborrable de la mente de los coahuilenses, que tuvieron la suerte de apreciar el fenómeno, aunque en esos 43 minutos hubieran temblado de miedo.

No se descarta que alguna vez se vuelva a repetir una noche adelantada, por cuestiones atmosféricas y no astronómicas; Sucedió una vez, volverá a ocurrir…sólo es cuestión de tiempo.

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