Forbes | Ciudad de México.- La atención es el proceso de poner el espíritu mental en las características específicas de nuestro entorno. La concentración es la faceta de la atención, cuando se centra en el impacto más relevante en relación con el trabajo.

Es muy fácil perder la concentración en el trabajo ya que, aunque prefiramos ignorarlas, las distracciones son difíciles de resistir, según un artículo del foro Economico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) escrito por James Hewitt, jefe de ciencia e innovación de Hintsa.

El vagabundeo de la mente es una fuente frecuente de distracción interna, como cuando uno se pregunta, a media conversación, si ha cerrado la puerta.

Las interrupciones son voluntarias. Ocurren cuando elegimos emprender una nueva tarea, además de una tarea actual. Esto generalmente resulta en una rápida conmutación entre las tareas y una reducción en el rendimiento cognitivo.

“Por ejemplo, una interrupción interna puede ocurrir cuando usted está escuchando una presentación aburrida y se encuentra preguntándose qué tener para la cena, mientras que intenta seguir la pista de los puntos principales en el discurso”, platica James Hewitt.

Para Hewitt, es necesario tomar medidas para gestionar nuestra atención y concentración, para evitar la distracción.

“Es posible que debamos restringir nuestro acceso a la información para proporcionar la mejor oportunidad para alcanzar nuestros objetivos, ya sea que se esté llevando a cabo la microcirugía, o tratando de completar un artículo a tiempo”, destaca.

Estas son tres preguntas para mejorar el enfoque en el trabajo.

• Prioridad y propósito: ¿Cuál es la cosa más importante que necesito completar ahora y por qué importa?

• Mentalidad: ¿Cómo puedo percibir todos los retos con los que me puedo encontrar, con una amplia mentalidad como una oportunidad de aprendizaje?

• Eliminación: Hay algo que pueda hacer yo para reducir la posibilidad de que sea distraído o interrumpido.