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Por Ana Luisa Casas
Publicado el lunes, 21 de agosto del 2017 a las 09:02
Saltillo, Coahuila.- Aunque cientos de foráneos viajan hasta Saltillo para iniciar la universidad, no todos los jóvenes que llegan aquí lo hacen para continuar sus estudios pues las condiciones económicas que los aquejan no les permitieron ni siquiera presentar un examen de admisión.
Edmanuel llegó a Saltillo después de concluir su bachillerato en Tula, Hidalgo, para ofrecer las cazuelas de barro que fabrican en su comunidad, aunque anhela que su razón para viajar a la capital del estado hubiera sido para estudiar una carrera.
Cada mañana conduce su triciclo por diferentes colonias para ofrecer el producto con que lleva el pan a su familia, son cazuelas de diferentes tamaños y jarros cubiertos de barniz de entre 70 y 250 pesos.
Carga un morral para guardar las ganancias y un pequeño radio para armonizar su recorrido.
Llegó a Saltillo junto a otros comerciantes más jóvenes que como él que truncaron sus estudios.
‘NO SE PUDO’
“Veo a otros jóvenes en mochila vagando y pienso en que yo quisiera estar en su lugar, pero no se pudo”, expresa resingnado, viendo hacia la nada.
“Yo quería estudiar una carrera que tuviera que ver con los carros, en la prepa aprendí de las máquinas de compresión. Quizá más adelante, cuando mis hermanos crezcan me meta otra vez a la escuela”, dice mientras da la feria a una señora.
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