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Un peluquero con escuela virtual

Por Silvia Mancha

Publicado el lunes, 16 de enero del 2017 a las 10:00


Con 40 años de existencia, la peluquería y barbería Montemayor se mantiene casi intacta.

Monclova, Coah.- Con 40 años de existencia, la peluquería y barbería Montemayor se mantiene casi intacta tal y como la heredó de su padre, Rodolfo Montemayor Iruegas, quien cree que si la arregla los clientes van a pensar que es muy caro y no van a entrar.

“Es mercadotecnia”, dice Rodolfo Montemayor Iruegas, de 56 años de edad, que aprendió el oficio de peluquero y barbero desde su juventud.

“Mi padre Rodolfo Montemayor García me enseñó el oficio desde que estaba en secundaria, él era trabajador en la peluquería San Luis a lado de Mercantil Martínez, en el edificio Gil Cantú, yo tenía 12 o 13 años, me acuerdo que papá me ponía a limpiar los espejos y vidrios y me daba vergüenza con las muchachas de la secundaria”, contó.

“Ahí me enseñó y me dijo si no le gusta tarde o temprano le va a hacer falta y no se equivocó, porque salí reajustado de AHMSA y se me quitó la vergüenza y ahora experimento este oficio que es muy noble”, comentó.

Narró que entró a AHMSA en 1978 donde duró 23 años, primero en construcción y operación, luego en diversos departamentos, en la Planta de Fuerza número 3, y finalmente en Mantenimiento y Operación de donde salió reajustado en 2001.

“De ahí permuté para salir reajustado porque estaba aburrido y me vine a la peluquería en la colonia Progreso, la cual antes de salir ya tenía encarrilada, pero al faltar mi padre me vine aquí, me heredó la peluquería y los clientes”, dijo.

Don Rodolfo Montemayor García comenzó con la peluquería en la esquina de Guerrero y De la Fuente 331 en el primer cuadro de la ciudad, en un local propio en 1976 donde permaneció hasta su muerte en 2004.

“Yo soy el primogénito de nueve hermanos, entre hermanas y hermanos a todos nos sacó adelante con la peluquería Montemayor, que no es la única, pero es la mejor”, dijo Rodolfo hijo o Fito como también le dicen sus clientes.

“Yo me vine para acá cuando él estaba malito, murió de cáncer linfático, al final nos alternábamos porque se iba a las quimioterapias a Monterrey, murió de 69 años de edad”, dijo.

“Le detectaron cáncer linfático en 2002, fue relativamente rápido, para el que lo cuenta pero para el que lo sufre fue bastante lento, yo le decía padre vamos a la peluquería para contar chistes y cuentos porque aquí es un centro de acopio de información, aquí te enteras de todo”, dijo.

Asegura que la peluquería y barbería Montemayor no tiene mucha competencia porque no hay establecimientos de este tipo que corten el pelo con navaja desechable y aún hay gente que demanda este servicio.

“Vienen conmigo clientes de Monterrey y les digo, qué en todo Monterrey no hay quién te corte”, dijo.

“Pero aquí hacemos todos los cortes modernos, desde lo más tradicional o conservador, hasta los más moderno, el más moderno se llama Skin Faces, que es rasurado de abajo, así se llama en inglés”, cuenta mientras peina al cliente en turno que es cliente desde los tiempos de su papá.

“Este corte es natural, hay de rampita, de subidita, de bajadita, de terraplen, todos son el mismo, natural pero a la antigua”, dijo Rodolfo Montemayor Iruegas, y que no significa que no se actualice, por lo que en su peluquería que se rehusa a renovar destaca una moderna pantalla que cuenta con internet que utiliza para actualizarse.

“Yo me actualizo con You Tube porque ser peluquero no es de la noche a la mañana, no se nace, se hace uno peluquero”, dijo.

Otra peculiaridad en este establecimiento es que atienden a puros varones, según dice para no tener problemas con las féminas.

El corte de pelo cuesta 50 pesos y la barba si es delineado 30 pesos y 50 pesos si incluye rasurado. “Aquí se hace corte con tijera, navaja, máquina, etc.”, dice Rodolfo, quien es el dueño, peluquero, barrendero y hasta peón.

“Yo aprendí con lo que papá me dijo, luego tomé un curso pero este oficio se hace a base de práctica, no es fácil, se ve fácil pero no es fácil, hay muchos detalles y trucos, un truco que me decía mi papá: “hijo, el cliente siempre tiene la razón, si le dice que le falta de un lado usted le da una sonada a la tijera, le enseña el espejo y entonces el cliente le dice “ándale qué te costaba”, dijo al tiempo que le pregunta al cliente en turno “cómo quieres el corte, seductor o conquistador” o quieres alineado y balanceo”.

“El trato con la gente y la atención al cliente es lo que te hace popular, te imaginas si estuviera todo seco, eso se aprende en la escuela de la vida, papá así era, se las sabía de todas todas, me dicen los clientes tú no sabes nada para lo que sabía tú papá”, dijo.

“Cuando un trabajo te gusta no es difícil, si no te gusta le pones peros, cuando estaba en la secundaria a mi más que no me gustara me daba vergüenza con las muchachas, porque yo era un puberto y pensaba en ese tiempo que era un oficio de mujeres, pero estaba equivocado”.

“Al transcurrir los años que ya trabajaba en la planta, me di cuenta que no era un oficio de mujeres, ahí en la misma planta metía la máquina para practicar con los compañeros en la hora de los sagrados alimentos, practicaba tanto que dije sí está bueno esto y decidí dejar de prestar servicios en Altos Hornos, reajustarme e iniciar un negocio propio y comenzar ya con menos estrés, porque aquí entro a las 10 y salgo a la 1, entró a las 4 y salgo a las ocho y en la planta era de 7 a 3 de 3 a 11 de 11 a 7 am”, dijo.

Entre sus clientes cuenta al alcalde de Castaños, Isabel Sepúlveda Elías, a regidores y directores, incluso al alcalde de Rodríguez, que se murió en la carretera el año pasado, además también tiene clientes enfermos que les da servicio de corte de pelo y arreglo de barba en sus domicilios.

“Aquí es un centro de información, un peluquero es un psiquiatra, consejero sentimental, una vez vino uno que se iba a casar, venía todo trasquilado y me dijo me puede arreglar, claro y desde entonces es cliente mío”.

“Cada cliente es una historia, eres consejero sentimental, psicólogo, terapeuta, hace poco me dio parálisis facial, fui con el terapeuta físico pero yo soy terapeuta psicológico, es muy ameno poder ayudar a la gente en un consejo etc., etc.”, dijo Rodolfo que comentó que trabaja todos los días, sólo descansa medio domingo y las vacaciones se las da cuando requiera.

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