EL MUNDO.ES / París.- Cuatro días después de los atentados de París que acabaron con la vida de 129 personas, las investigaciones mantienen la intensidad. La policía gala y del resto de países europeos sigue a la caza de Salah Abdeslam, el octavo terrorista que participó en los ataques y que logró huir de Francia. Fuentes oficiales francesas han confirmado a la agencia Ap que buscan a un segundo fugitivo “cuyo papel aún no está claro” en los atentados.

Las autoridades francesas se basan en varios testimonios recogidos en los últimos días que aseguran que en el coche con el que los yihadistas se desplazaron por los distritos 10 y 11 había tres personas, los hermanos Salah y Brahum Abdeslam, y un tercero sin identificar que se encontraría a la fuga. Un vídeo de seguridad acredita la existencia de ese tercer miembro del comando, por lo que habría dos terroristas buscados por las autoridades.

El canal ‘BFM TV’ precisó que la vídeo-vigilancia en las calles ha permitido llegar a la conclusión que ese tercer hombre era el conductor.

Las imágenes, según los medios, permiten verle en el tiroteo contra el bar ‘À la bonne bière’, donde hubo cinco muertos. Su grupo atacó también ‘Le Carillon’ y ‘Le Petit Cambodge’, con 15 muertos, y el restaurante ‘La Belle Equipe’, donde murieron 19.

La seguridad se ha convertido en otra de las prioridades del Gobierno francés, que ya ha anunciado nuevas partidas presupuestarias en ese capítulo. El primer ministro, Manuel Valls, confirmaba esta misma mañana que París no cumplirá los acuerdos de déficit que había fijado con Bruselas, a causa precisamente del aumento del gasto en seguridad. “Europa tiene que entender”, aseguraba Valls en declaraciones a la emisora de radio France Inter. “La Unión Europea debe entender que esta es una lucha que concierne a Francia pero también de Europa”.

Además, los investigadores prosiguen en sus pesquisas para poner nombre a los dos kamikazes que tomaron parte en los atentados y que aún no han sido identificados. Los otros cinco ya se sabe quiénes son.

Durante las investigaciones, la Policía francesa ha descubierto dos “escondites” donde se reunieron los atacantes antes de los atentados. El primero es un pabellón situado en Bobigny (Seine-Saint-Denis), que se localizó gracias al gps del Seat León que utilizaron los terroristas para llegar a París la fatídica noche. Este local fue alquilado desde el 10 de noviembre hasta el 17 por Brahim Abdeslam mediante el portal Homelidays. El propietario ha comentado que los tres hombres que lo arrendaron parecían “amables, decentes y bien vestidos”. Las fuerzas de seguridad creen que este era un piso franco ya que se han hallado teléfonos móviles aún en sus embalajes.

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