Arte
Publicado el domingo, 15 de octubre del 2017 a las 09:05
Saltillo, Coah.- “Un licor rudo, pendenciero, pero bendito”, así es como Daniel Salinas Basave describe a su libro Días de Whisky Malo (UANL, 2017), finalista del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez. El regiomontano es apenas el tercer autor mexicano –antes lo hicieron Eusebio Ruvalcaba y Juan Villoro– que llega a la última etapa del certamen organizado por la Biblioteca Nacional de Colombia.
“Este libro es un trago de whisky bendito, porque me ha ido muy bien con él. Hace dos años ganó el Gilberto Owen, que es un premio nacional de cuento que se otorga en Sinaloa y que tiene bastante historia. A raíz de eso, la UANL levantó la mano y amablemente ofreció publicarlo y ahora tenemos la grandísima sorpresa, sin falsa modestia lo digo, yo no me lo creo tampoco, de que haya llegado a la final del premio García Márquez”, comenta Salinas Basave a Zócalo.
Integrado por seis cuentos, cuyas historias abrevan en distintas anécdotas, algunas de ellas cercanas al periodismo, Días de Whisky Malo ofrece una prosa directa y ágil. Tal vez se deba al pasado de su autor, que fue reportero durante cerca de tres lustros.
“Hace 20 años estaba más o menos en donde estaban todos los escritores de mi generación, acudiendo a un taller de narrativa con Rafael Ramírez Heredia en la Casa de la Cultura de Nuevo León, publicando mis primeros texto en Cultura Norte, en El Porvenir, etcétera. A los 20, 21 años estaba muy dedicado a la literatura y me tocó coincidir con muchos colegas, con Luis Felipe Lomelí, Felipe Montes y Cristina Rascón.
“El problema fue que en 1997 se me atravesó en la vida una droga muy dura, que fue como un ciclón que me tomó en sus manos por década y media e hizo que durante ese tiempo no escribiera nada literario. Me refiero al periodismo”, recuerda con una sonrisa.
En 1997 un joven Salinas Basave entró a trabajar al periódico El Norte, pero la vuelta de tuerca en su vida llegó cuando, dos años después, lo invitaron a fundar un periódico en Tijuana, ciudad en la que vive desde entonces. Fue así que se despegó por completo de Monterrey y de la literatura.
“Me dediqué a ser reportero de tiempo completo y medio; no era un reportero hipster, era de talacha, de trabajar 14, 16 horas de calle. Sigo creyendo que el periodismo fue mi mejor escuela, mi mejor universidad para contar historias. Creo que ninguna facultad de letras, ni un diplomado de escritura creativa me hubiera enseñado lo que me enseñó patear las calles de Tijuana. Pero al mismo tiempo, tuve que dejarlo atrás para dedicarme a escribir, si yo siguiera reporteando, ahorita no podría haber terminado el primer libro”, comenta entre risas.
Tras esta adicción al periodismo, el regiomontano se volcó de lleno y con urgencia a la literatura, aunque nunca lo ha abandonado la sensación de ser un outsider. “Si fuera otro escritor el que estuviera ahorita en mi lugar (finalista del premio García Márquez), quisiera ver el escándalo que habría en México”, subraya.
Desde el 2013 a la fecha, el autor de Vientos de Santa Ana y Mitos del Bicentenario sólo se dedica a la literatura, tiempo en el que ha publicado 11 títulos, de los cuales ocho son producto de un premio.
Malta literaria
Cada relato que integra Días de Whisky Malo tiene una anécdota atrás. Salinas Basave se precia de recordar las circunstancias que hay atrás de cada historia.
“El cuento que abre el libro se llama Saurio Sangrante y parte de un sueño. Soñé una pierna totalmente tatuada que estaba en el altar de sacrificios de un quirófano, esperando ser amputada. En el sueño tenía una obsesión de salvar un tatuaje, chiquito. Es una historia triste, de un exbaterista de hardcore que va a perder su pierna, pero que está aferrado a salvar su pequeño tatuaje que le recuerda a alguien que tiene la otra parte de ese tatuaje”, relata.
Otro de los cuentos, Infortunio de un Ovejero Kazajo, nació cuando el autor leyó una noticia en la prensa deportiva nacional, de un pequeño equipo de Kazajistán que llega a la ronda previa de la Champions
League.
“Este se hizo famoso por el ritual de sacrificar ovejas. Antes de sus partidos, degollaban al animal y con su sangre regaban la cancha. A partir de esa noticia me pongo a imaginar cómo sería la persona que de-sempeña la labor en ese equipo, de ese matarife que es más importante que el portero, que el delantero.
“Días de Whisky Malo, el cuento que da nombre al libro, es un texto muy largo que ocupa casi la mitad del libro, es casi una novela corta. Yo venía a presentar un libro en la Casa del Libro, en 2012, y me quedé atrapado todo el día por una tormenta en el aeropuerto de la Ciudad de México. Creo que por eso salió con tanta rabia, porque yo estaba muy enojado”, añade con humor.
Será el 1 de noviembre, en el Teatro Colón de Bogotá, cuando se anuncie al ganador del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez. En esta edición se inscribieron 108 participantes, de estos calificaron 91, de los que se seleccionaron a 13.
“Finalmente quedamos cinco autores, e independientemente de lo que pase, nuestro libro va a estar en las bibliotecas de Colombia. Es un país que tanto le ha dado a la literatura y nos ha influido a todos”, concluye.
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