Nacional
Por Notimex
Publicado el miércoles, 7 de marzo del 2012 a las 06:05
México.- El presidente de la organización Unimos, Javier López Macías, advirtió que si se quiere un campo y un país con seguridad y soberanía alimentarias, es necesario definir una política integral para que el desarrollo del agro sea transversal.
Dicha estrategia también debe tener como meta evitar la creación y aplicación de políticas de coyuntura o de moda, como las que se aplican en los 32 estados, expuso el dirigente de la Unión Nacional Integradora de Organizaciones Solidarias y Economía Social (Unimos).
El campo es vulnerable debido a la desorganización en la producción; la explotación inadecuada del agua, la tierra y los bosques; el cambio climático; la especulación de precios; la volatilidad en mercados internacionales y el encarecimiento de insumos, así como el aumento en la demanda de alimentos, aseguró.
López Macías aseveró que la explosión demográfica es otro factor que pone en riesgo al campo, pues se calcula que en 40 años México tendrá 150 millones de habitantes.
Lamentó que las políticas agropecuarias de los gobiernos estatales se apliquen de acuerdo con el partido político en turno, la coyuntura o la moda, aspectos que de nada le sirven a la producción de alimentos, y aseveró que incluso hay programas asistenciales que se disfrazan de productivos.
Aseveró que se necesita una política dirigida al campo de forma transversal, que se vincule de manera integral a las diferentes secretarías de Estado con los tres niveles de gobierno para construir políticas públicas y programas con el mismo objetivo.
López Macías explicó que la seguridad y soberanía alimentaria son cosas diferentes: la primera se define en que los cupos de importación no excedan 20 por ciento del monto de las exportaciones de alimentos nacionales.
La segunda, en cambio, se sustenta cuando una nación produce los alimentos que demanda la población, detalló el presidente del grupo Unimos a través de un comunicado.
En ese sentido consideró necesario contar con una nueva cultura de innovación tecnológica para el campo, en la que se terminen los viejos paradigmas de preservar el genoma del maíz y no usar transgénicos.
Ese grano nuevo se consume en la carne, ya que 95 por ciento del maíz amarillo que usa el sector pecuario proviene de Estados Unidos y Canadá, es decir, es un producto transgénico, alertó el líder de dicha organización campesina.
Por todo lo mencionado advirtió que si no se invierte en esquemas productivos de desarrollo, de empresarialización del campo, con las inversiones que requieren sectores regionales para ser competitivos, aumentará en México la dependencia alimentaria.
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