Saltillo, Coah.- La poesía como una manera de curarse a sí mismo, como una catarsis de los sentimientos y las vivencias es lo que el poeta Valdemar Ayala Gándara demuestra en su nuevo libro Sanación, Agua Creada (Ediciones Oblicuas, Biblioteca R. Pape, SEC, 2016), el cual es un compendio de textos muy antiguos hasta otros de tan solo meses antes de salir la publicación.

PASADO Y PRESENTE

La obra está dividida en tres partes: la primera son textos que tienen 11 años o más, la segunda es una bitácora de aforismos o versos sueltos y dispersos y el tercero es el que contiene los poemas como tales. Los cuales son una búsqueda de desahogo a través de la escritura.

“Los poemas del libro inician con la escritura de varios textos para lograr soltar todo lo que tengo dentro a causa de una situación personal. Entonces toda esa vivencia en tan corto plazo fue una frustración y yo me puse a escribir. El libro es un reflejo de la escritura como forma de salida de las cosas, la cual fue una noción encontrada y muy fuerte”, comentó el poeta a Zócalo en entrevista.

Las emociones encontradas y poseídas dentro de la mente del poeta encontraron su salida a través de su arte, pero también la misma acción de escribir y distintos temas más.

“El primer poema que escribí fue el dedicado a Nadia y a Rubén, los jóvenes asesinados en Narvarte. Después de ese poema quedé tan angustiado que trate escribir algo diferente en un proceso de darle protagonismo a la escritura. Es esta idea de escribir sobre lo que es escribir y que es parte de sacar un poco de la víscera y de las lagrimas que traigo agolpadas”, comentó el autor.

Entre los temas principales que el autor maneja son el de la política, pero no solo la social, sino, también la política del cuerpo, dando un peso mayor a la sensualidad y a la protesta corporal.

“Un día llegué de madrugada y comencé a ver el documental de las Pussy Riders, el cual habla sobre unas chicas rusas que son encarceladas por su activismo. Así conforme avanzaba el documental hacía notas. Cuando el documental terminó yo seguí escribiendo y así salió el poema de las Pussy Riders, el cual me parece un poema que responde a esta necesidad de hablar de ciertas cosas”, detalló Ayala.

COEDICIÓN

En cuanto a cómo surgió el proyecto de la publicación del libro con la editorial española Ediciones Oblicuas, el autor nos cuenta la historia que dio paso a la coedición entre el proyecto editorial de la Secretaría de Cultura y una editorial externa.

“En diciembre del año pasado envié el libro a un concurso y meses después recibí un correo el cual dejé porque creí que era un proyecto de la editorial donde trabajo. Entonces cuando lo abro veo que es un correo de la editorial Ediciones Oblicuas donde me dicen que aunque no fui ganador, mi obra les gustó y quieren publicarla”

A mí me interesó el proyecto, me dieron los detalles y peticiones y nos poemas a ver lo de la coedición con la biblioteca Pape de Monclova y la Secretaría de Cultura. Esto fue muy gratificante porque recibieron como 900 trabajos y el que el mío recibiera esa atención fue algo muy gratificante”, contó Gándara.

El hecho de hablar sobre los temas sociales es algo que logra emparentar a la poesía de Gándara con la tradición española de poetas de protesta. Este fue uno de los puntos que llamó la atención de la editorial barcelonesa.

“Una de las cosas que le gustó a la editorial fue el tono de enfrentar las cosas directamente, además de hablar de este tipo de temas sociales y políticos que en la poesía española son muy fuertes y tienen una gran tradición”, detalla Ayala.

FILOSOFÍA CREATIVA

En la obra de Valdemar Ayala, quien es un cinéfilo confeso, las referencias a otros medios de expresión como el cine y la pintura son rebosantes y plasman casi cada poema y verso. El autor cree que esto es así por su filosofía creativa.

“Hay una cosa en la que yo creo muchísimo y esto es que uno se hace autor de algo en la medida que uno se vuelve un receptor inteligente, un espectador que está dispuesto a vivir intensamente algunos procesos. Yo creo que alguien así está más cercano de convertirse en un autor que tiene cosas que decir. Es la vivencia o la experiencia receptora”

“El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”, dice Cervantes Saavedra en el Quijote, y la idea de aprender a escuchar y conocer a quienes te precedieron es una constante en la obra del poeta y una de las claves de su poética.

“Yo creo que hay que aprender a ser receptores de la tradición. No por el hecho de una idea canónica, sino por el hecho de que son cosas que valen mucho la pena. Son cosas que en medida que las conozcas y las aproveches el primer ganador vas a ser tú. Después de ese proceso de apropiación puedes darle en la madre al canon”, dijo el también profesor.

Una de los intereses del poeta, junto con el cine es la música. Melómano tanto como cinéfilo, siempre ha apostado a mezclar su poesía con la música por su particular visión.

“El musicalizar mi obra es una aspiración, la cual es una idea de no hacer dependente a la lírica de su formato canción, no integrarla como versos cantados, sino, leídos y la posibilidad de contrapuntear con la música, buscando así el equilibrio, la armonía”, puntualizó.

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