Saltillo|Monclova|Piedras Negras|Acuña|Carbonífera|TorreónEdición Impresa
Vamos a hacer la Presidencia de la educación pública: Claudia Sheinbaum Stroll sorprende como el más rápido en práctica del GP China Inauguración de los Juegos Olímpicos París 2024 durará casi cuatro horas Primer debate presidencial 2024 costó 12.7 mdp Inflación está por arriba del objetivo: Banxico

Zócalo

|

Arte

|

Información

< Arte

Arte

‘Yo soy saltillense’

Por Néstor González

Publicado el martes, 25 de julio del 2017 a las 11:00


La sangre libanesa ya tiene amplias raíces en la historia de la ciudad

Saltillo, Coah.- Raymundo Juan Tanos Wehbe Mery es saltillense como el que más. Católico, panista, amable, dedicado a la familia, aficionado a la comida y comerciante empedernido. También forma parte de la tercera generación de libaneses que llegaron a Saltillo a principios del siglo pasado.

Lo irónico es que sus antecesores llegaron huyendo de una guerra para encontrarse con otra, tanto o más cruenta y encarnizada que las que se libraban en aquellos años en su país.

Pero esa familia libanesa llegó para quedarse.

“Aquí trataban bien a mi gente, Pancho Villa a los que no quería era a los chinos, pero a nosotros siempre nos trataron bien”, dice don Raymundo, quien muestra una vitalidad y una lucidez envidiable. Parece que la herencia milenaria de los cedros, cuyo símbolo aparece en la bandera del Líbano, también está en su gente.

“Primero que nada no somos árabes. Somos libaneses, palestinos y sirios”, dice cuando lo abordamos sobre la importancia de la “herencia árabe” en Saltillo. “Es un término que puede ser un tanto despectivo. Nuestra cultura es árabe, pero nosotros no somos árabes. Es como si a cualquier mexicano o latino le llamáramos español solo por el hecho de que hablan español”.

Raymundo es nieto de Felipe Juan Mery, cuyo nombre lleva una conocida vialidad de la ciudad, el bulevar Felipe J. Mery.

¿Y por qué esos nombres? Uno se imaginaría que a su gente la bautizan con otros nombres… más “árabes”.

“Lo que pasa es que son los nombres ya traducidos al español. Tengo tres nombres, Tanos es el equivalente a Antonio. Hay nombres que no tienen traducción al español”.

Cultura emprendedora
Su padre, Juan Tanos Wehbe, llegó a Saltillo en 1922. Sin saber hablar castellano, sin recursos, don Juan hizo lo que toda la gente de medio oriente sabe hacer: negocios.

Su arribo a esta ciudad se suscitó 12 años después que los abuelos maternos de don Raymundo, la familia Mery, conformada por sus abuelos, su madre Carmen y nueve hermanos de ésta, llegara a México en octubre de 1910, cuando ya estaba en ciernes la Revolución Mexicana.

Luego de un viaje en barco por varios meses, llegaron a este país y se instalaron en estados del golfo como Tamaulipas y Veracruz.

Algunos de los libaneses exploraron tierra adentro para buscar nuevas oportunidades de vida, y el padre de don Raymundo encontró en Saltillo un lugar perfecto para construir su futuro y el de sus hijos.

“Llegaron y un mes después empezó el relajo (la Revolución). Ellos venían huyendo de las guerras que existían en ese entonces. Había invasiones de otros pueblos cercanos a esas tierras, los invadían y los obligaban a obedecer. Ese es el conocimiento que yo tengo”.

Líbano pertenecía en aquellos años al Imperio Otomano, y frecuentemente el occidente intervenía en busca de posesionarse de este pequeño país por su ubicación estratégica.

A los abuelos paternos de don Raymundo, a su madre y sus tíos, la gente de Saltillo los recibió con los brazos abiertos, a pesar de la situación política que en ese entonces estaba a punto de ebullición.

“Los respetaron, fíjate. Francisco Villa no quería a los chinos, pero a la gente de medio oriente nunca les hicieron nada, afortunadamente, la prueba está en que mi abuelo murió en 1953”.

Los Dos Mundos
De 1880 a 1920, miles de libaneses llegaron a Saltillo, donde encontraron tierra fértil para comerciar diversas mercancías tanto de su país natal como de la ciudad a la que arribaron.

Su padre empezó a vender artículos como pan libanés, sarapes, sombreros que comerciaba no solamente a la gente de esta ciudad, sino con los turistas que la visitaban.

Felipe J. Mery, su abuelo, fue miembro de la Sociedad Mutualista de Saltillo, una organización de 150 años de antigüedad que realiza obras de caridad para la gente de menos recursos.

La adaptación de los inmigrantes libaneses fue, con algunas excepciones, menos dura de lo que se pensaba. Se dedicaron al comercio, crearon un círculo muy íntimo con las demás familias de Líbano que llegaron a Saltillo, pero también se vincularon con la comunidad de esta ciudad.

Don Raymundo estudió en el Colegio Zaragoza, uno de los de mayor tradición en Saltillo, y ahí conoció a mucha gente, aunque abandonó los estudios para dedicarse a la tradición familiar, el comercio.

Le ayudaba a su padre en un negocio de venta de maletas, y poco a poco se fue independizando hasta poner su propio negocio.

“Era una ciudad pequeña, todo mundo nos conocíamos. Mi padre tenía una tienda en el Mercado Juárez, que se llamaba Los Dos Mundos. Ahí trabajé yo muchos años con él, desde el 52 hasta el 79. Conozco mucha paisanada, aunque bueno, yo soy mexicano, mi padre se nacionalizó mexicano. Yo nací aquí en Saltillo, en el edificio García Carrillo, en la parte trasera del edificio era la entrada, y 72 escalones para subir. Lo subíamos cuatro veces al día mínimo”.

Recuerda que cargaba redes de pan árabe en los ferrocarriles, y luego la vendía en la calle de Aldama y la calle de Victoria, donde siempre se le acababa la mercancía. También empezaron a vender a crédito otros artículos como alfombras.

“Ellos empezaron con todo eso de los pagos en abonos. La gente no tenía dinero para pagar de contado la mercancía, pero cuando se les veía interesados, les dejaban la mercancía y luego pasaban a cobrar en pagos.

“Eso les funcionó muy bien con la gente, y poco a poco los comercios grandes empezaron a hacer lo mismo”.

Tradiciones centenarias
Raymundo Wehbe habla de la pujanza que caracteriza a la comunidad de oriente medio que echó raíces en Saltillo, y cómo algunos prosperaron de manera importante, como el empresario de origen palestino Kerim Saade, quien tiene incluso hoteles.

“Nada menos que hace unos días estuvo aquí en mi negocio, vino a comprar algunas cosas, siendo que él tiene quién la elabore en su restaurante”.

Como cualquier migrante, la familia de don Raymundo mantuvo sus tradiciones. La más importante de ellas es la comida. De hecho, él comenzó a vender productos originarios de medio oriente, aunque muchos son fabricados ya en México.

“Sobre todo el tipo de comida. La hoja de parra, el jocoque, el trigo para hacer una comida con carne horneada… eso se sigue haciendo, mi esposa es mexicana, pero ya aprendió por medio de mis familiares”.

Ha incursionado en la política, incluso llegó a ser regidor en la administración del panista Manuel López Villarreal, hermano del actual Alcalde Isidro López.

Las raíces no se olvidan. A sus 80 años, nunca ha visitado el país de sus padres y sus abuelos, pero no pierde la esperanza de hacerlo algún día. El pueblo de su familia es Beït Chlâla, donde tiene una numerosa familia que no conoce. Este pequeño poblado colinda con el mar mediterráneo y tiene una fuerte tradición cristiana.

“Voy a mandar una carta para saludar a mi gente. No lleva destinatario, porque no sé a quién escribirle, pero quiero decirle a todos allá que México es un gran país, que Saltillo es una gran ciudad y que su gente es maravillosa”.

La herencia libanesa en Saltillo está reflejada en los cedros que donó esta comunidad a Saltillo, y que se encuentran en la Plaza Acuña, en el barrio donde la mayoría de los migrantes de ese país se instalaron.

Durante el mandato del ex Gobernador Rogelio Montemayor Seguy, se plantaron varios de estos cedros, y aunque las placas fueron robadas apenas unos días después, lo que permanece ahí son estos árboles, que llegan a vivir cientos de años.

Don Raymundo tiene cuatro hijos, aunque aún no tiene nietos. Su amor por Saltillo es muy grande, pues esta ciudad le ha dado todo para ser feliz. “Me siento afortunado, muy contento de ser saltillense. Mi herencia es libanesa, y amo esa cultura, esas tradiciones, pero yo soy saltillense”.

Notas Relacionadas

Más sobre esta sección Más en Arte

Hace 19 horas

Capta la poesía de la locura de Monk; inspira jazz libro

Hace 19 horas

Llenará el rock de José Agustín el Complejo Cultural Los Pinos; tiene homenaje doble

Hace 1 dia

Invita UAdeC al concurso de acuarela Lights and Lines; será en mayo

Hace 1 dia

Llevan a Sala Prisma las sonatas mexicanas; invitan a recital

Hace 2 dias

Murió Jorge Rivero, director huésped de la Orquesta Filarmónica de Jalisco, durante un ensayo

Hace 2 dias

A diez años de la muerte de García Márquez, persiste Macondo y su universo

Hace 2 dias

‘Intentaste matarme porque no sabías reír’: Salman Rushdie narra en libro atentando que vivió en Nueva York

Hace 2 dias

Iniciará la UAdeC Festival del Patrimonio; arrancará el 18 de abril

Hace 2 dias

Prepara Notre Dame su reapertura; han pasado 5 años del incendio