Si usted es de los que se preocupan por no atinar a descifrar qué pasará en las próximas semanas, meses, con esto de la reactivación económica en medio de la pandemia, le tengo una noticia que tal vez lo suma aún más en la incertidumbre, o bien le otorgue el consuelo del “mal de muchos”… y que en este caso sería mal de todos.
Nadie, absolutamente nadie, ni las autoridades de los tres órdenes de Gobierno, ni los empresarios, ni los académicos, saben a ciencia cierta qué pasará en México en las próximas semanas.
Nadie atina a estructurar una ruta sólida y confiable de cómo y cuándo dar pasos en esto de la “nueva normalidad”.
Todos no somos más que ciegos intentando avanzar en un camino de terracería.
Lo cierto es que la reactivación económica es impostergable, como también es cierto que el Covid-19 agarra cada día más fuerza: se propaga con mayor facilidad y mantienen sus altos niveles de letalidad.
Termina la jornada nacional de Sana Distancia y se reanudan ciertas actividades justo cuando el país se encuentra en un pico de contagios.
Sí, todos damos palos de ciego al intentar ajustar nuestras vidas a lo que llaman la “nueva normalidad”, que no es más que un eufemismo a eso de intentar conciliar el sobrevivir en un contexto de alto riesgo.
Así que, no queda de otra más que hacer nuestra parte, cuidarnos y cuidar a los nuestros, mientras el país, el estado, la ciudad, dan tumbos en eso de acomodarnos a las condiciones que impone el Covid.
Y sí, esto va para largo y no hay de otra más que acostumbrarnos a vivir en la incertidumbre. Un día a la vez y las cosas como vengan.
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