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Confesiones de un dictador II

Por Ricardo Alemán

Hace 6 años

Ya dimos a conocer aquí la primera parte las confesiones de un dictador. Es decir, que en su programa de gobierno, Morena propone una fiscalía a modo, sólo al servicio del presidente, para perseguir adversarios y enemigos.

Hoy detallamos la censura dictatorial impuesta por Morena en la selección de candidatos a puestos de elección popular y, lo más grave, la creación de la Guardia Nacional, que es un cuerpo paramilitar idéntico a la “Guardia Nacional Bolivariana” de Nicolás Maduro, que reprimió a opositores y mató a más de 200 jóvenes en las protestas contra el dictador venezolano.

En el primer caso debemos recordar que el pasado martes Morena lanzó su convocatoria para elegir a 3 mil 415 candidatos que lo representarán en las elecciones de 2018.

Morena establece que los candidatos serán elegidos a través del voto de militantes en asambleas municipales o distritales, en caso de dos o más aspirantes a una candidatura. Y en caso de que se registren cuatro o más aspirantes, la solución sería una encuesta para evaluar a los interesados. Hasta aquí todo parece democrático.

Pero al revisar a detalle la convocatoria, aparecen cláusulas que –en los hechos–, otorgan el control total de las candidaturas a la dirigencia nacional, a Andrés Manuel López Obrador.

Por ejemplo, a los aspirantes a una candidatura los debe “palomear” la Comisión Nacional de Elecciones, encabezada por Yeidckol Polevnsky, quien “calificará los perfiles” y aprobará o negará los registros como precandidatos. Es decir, determinará discrecionalmente quiénes accederán o no a la contienda interna. En pocas palabras, toda una tomada de pelo.

Eso sin contar que Morena se reservará distritos para postular a candidatos externos, que no militan formalmente en el partido. Curioso, las candidaturas externas no serán sometidas a consideración de la militancia.

Además de la grosera simulación en la selección de candidatos, lo más grave son las cláusulas que atentan contra libertades constitucionales básicas, como la libertad de expresión.

Por ejemplo, la convocatoria dice: “queda estrictamente prohibido que (los candidatos) realicen acusaciones públicas contra el partido, sus órganos de dirección u otros aspirantes”. Y advierte: “La falta a esta disposición será sancionada con la cancelación del registro aprobado al cargo por el que se postuló”. ¿Qué significa lo anterior?

Que si un precandidato se atreve a señalar que “no hay piso parejo”, que la dirigencia favorece a otro aspirante, o que hay imposición o “dedazo”, se le aplicará la guillotina. Y lo mismo si un precandidato critica a la dirigencia y si se atreve a decirle sus verdades a otro.

Es decir, si hay contienda interna en Ciudad de México, en Morena está prohibido decir que Claudia Sheinbaum cometió negligencias en el caso Rébsamen. Si un político pretende disputar la candidatura de Puebla a Miguel Barbosa, no puede decir que este avaló el Pacto Por México, como perredista.

En pocas palabras, morena impone una ley mordaza, inconstitucional y dictatorial a sus candidatos. Todo al estilo de Nicolás Maduro.

Pero eso no es lo peor. Es público que Morena cuestiona severamente la estrategia de seguridad del Gobierno federal. Y esa crítica puede tener toda la razón. Sin embargo, en su Proyecto de Nación, AMLO propone una de las mayores contradicciones en cuanto a la seguridad pública.

Y es que de todas las propuestas del tabasqueño la más peligrosa es la creación de una “Guardia Nacional” a partir de los 214 mil 157 soldados y 55 mil 574 marinos que en la actualidad permanecen en regiones, zonas, batallones y otros agrupamientos menores.

De acuerdo con el proyecto de AMLO, dicha “guardia” podría utilizar “los recursos materiales” del Ejército y la Marina “con el propósito de garantizar la seguridad de los mexicanos y serenar al país”.

Llama la atención la ambigüedad de los objetivos para los que AMLO crearía esta corporación: ¿A qué se refiere por “serenar al país”? ¿Para qué requiere una “Guardia Nacional” si ya cuenta con el Ejército, la Marina, la Policía Federal y la Gendarmería?

También llama la atención que el líder de Morena promete regresar al Ejército a los cuarteles pero, al mismo tiempo, planea crear una suerte de “policía militar” que estaría bajo su dirección, permitiéndole disponer de los elementos castrenses pasando por encima de los secretarios de la Defensa y de la Marina.

Lo cierto es que la “Guardia Nacional” que propone AMLO tiene idénticas características a “La Guardia Nacional Bolivariana” de Venezuela; la que apaleó y mató a más de 200 jóvenes en las protestas contra el dictador.

Las confesiones de un dictador.

Al tiempo.

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