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Coahuila

El mentiroso de Palacio

Por José Guadalupe Robledo Guerrero

Hace 1 año

En un pasado comentario señalé que el libro El rey del cash, de Elena Chávez, viene a confirmar lo que ya se suponía, pues los muchos que ahora se han decepcionado de AMLO, arguyendo que no lo conocían, que ha cambiado y que le ha dado un viraje a sus propuestas, es el mismo que gobernó el Distrito Federal y el que ha sido candidato durante 16 años, considerando los cuatro años que ha sido Presidente.

El mencionado libro ha puesto a la luz pública al verdadero personaje, cuya principal mentira ha sido su cantaleta constante de: “No mentir, no robar y no traicionar”, y el que diseñó un productivo método con recaudadores de dinero –en gran parte ilícito– con el que ha logrado financiar sus ideas destructivas para México. Entonces decir que AMLO es otro, es una mentira piadosa para confirmar que López Obrador no ha cambiado, sigue mintiendo, traicionando a los que no aceptan sus órdenes y permitiendo la corrupción en su círculo más cercano de incondicionales y lacayos.

En El rey del cash se dice que Marcelo Ebrard Casaubón recibió de López Obrador la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, con el acuerdo de que AMLO se lanzaría por primera vez como candidato a la Presidencia de la República, que fue su primera derrota electoral a la que el consideró un fraude. Durante los seis años de su Gobierno capitalino, Ebrard financió con recursos públicos la permanente campaña del tabasqueño.

Pero en noviembre de 2011, a través de una encuesta, AMLO salió triunfante para lanzarse por segunda ocasión como candidato presidencial ante el desacuerdo de Ebrard, quien consideraba que esa era su oportunidad para competir por el máximo puesto político, pero para seguir disfrutando del apoyo económico que le daba el Jefe de Gobierno, López Obrador le prometió que si no ganaba en 2012, Ebrard sería el candidato presidencial en 2018, y él se iría a su rancho La Chingada, cosa que no hizo. Esa promesa es la misma que ha hecho como Presidente, que una vez terminado su sexenio en 2024, se jubilará, se alejará de la política y se va a La Chingada.

Cómo creerle a un mentiroso compulsivo, quien a través de su púlpito en la mañanera le ha mentido decenas de miles de veces a propios y extraños, menos ahora que ha centralizado todo el poder en su persona, incluso el judicial y el legislativo. Según declaró recientemente el perredista Guadalupe Acosta Naranjo: “La sangre fría con la que miente AMLO es impresionante”, y él sabe bien a lo que se refiere, pues conoció las entrañas y manejos del tabasqueño presidente.

Recientemente AMLO volvió a recordar que él podía pensar en alargar su periodo, pero dijo que no lo haría porque es un demócrata, lo cual es otra de sus mentiras preferidas, pues López Obrador es un dictador soberbio y déspota, al que los suyos le temen.

Ahora como Presidente tiene varias alternativas para seguir gobernando. Según su pensamiento acorde con sus propósitos: puede alargar su periodo; si quiere intentará reelegirse; tiene posibilidades de crear un Maximato al estilo de Plutarco Elías Calles; y si le conviene, no se detendría en convocar a una revuelta con sus fanáticos y con apoyo del tigre con el que amenazó soltar si no le daban el triunfo en 2018. El tigre, según los analistas, es el crimen organizado, con el que no hay duda existe un pacto, además cuenta con el apoyo de un sector de los militares. Entonces, ¿Por qué creer que AMLO dejará el poder de gobernar cuando termine su sexenio?

AMLO se ha convertido en un peligro no sólo para la joven y vulnerable democracia que se construyó en México en los últimos años, también pone en riesgo el país que se ha edificado con todos sus defectos, pero con libertades, desarrollo y prosperidad que López Obrador califica de aspiracionismo, pero que es una opción para salir de la pobreza, si hay la intención y el esfuerzo de hacerlo.

El lector podrá calificar este comentario como pesimista, pero no lo es si consideramos que no existe una oposición real para evitar la tragedia que representa el obradorismo, menos aún si tomamos en cuenta que los mexicanos dependemos de una partidocracia corrupta y traicionera a las necesidades nacionales. Esto ya lo vimos con el alargamiento de las funciones policiacas de las fuerzas armadas, y hay quienes temen que los politicastros vuelvan a hacer lo mismo con la reforma electoral en la que insiste AMLO para hacer las elecciones a su modo, con árbitros a su disposición y con la compra del voto de millones de desheredados.

La pobreza, es rentable en votos para la partidocracia, que es desde hace muchos años el principal problema de México, pues la financiamos para que hagan política y luego nos traicionan.

Insisto, todos los sectores sociales, principalmente la aspiracionista clase media, deben unir sus esfuerzos para evitar que López Obrador consiga sus propósitos de hacer de México un país semejante a Cuba, Venezuela y Nicaragua, de lo contrario, las nuevas generaciones vivirán en un México dominado por la represión, la falta de las mínimas libertades, sin ninguna posibilidad de progreso e inermes ante el crimen organizado. ¿Ese es el país que queremos para nuestros descendientes? No lo creo, pero eso depende de la unidad de los mexicanos, para salvaguardar lo que tanto nos ha costado. Que la historia nos juzgue.

Política aldeana

Los periodistas críticos mexicanos, ¿quién más?, han puesto sus ojos en la deuda pública nacional, y han corroborado que el presidente López Obrador le ha mentido a los mexicanos en lo que se refiere a que no endeudará al país, pues han documentado que desde que tomó el poder en 2018 hasta septiembre de 2022, la deuda pública ha aumentado un 24.7%. En 2018 recibió una deuda de 10 billones 830 millones de pesos y hasta nuestros días la deuda es de 13 billones 505 millones de pesos. El presupuesto para 2023 contempla un aumento de la deuda de 1.1 billones de pesos, que servirá para el gasto corriente, y que reducirá la inversión pública. La poca inversión pública en el Gobierno de López Obrador se ha destinado para las obras icónicas de su sexenio: el aeropuerto internacional Felipe Ángeles, la refinería de Dos Bocas y el tren Maya, sacrificando incluso el vital mantenimiento de la infraestructura nacional, por eso muchas de las carreteras del país se encuentran en pésimas y peligrosas condiciones.

Preguntas huérfanas

¿Por qué votar por quienes dividen y polarizan a la población?

¿Por qué votar por quienes no respetan las leyes que los llevaron al poder?

¿Por qué votar por los que tienen el apoyo de quienes nos agreden y nos aterrorizan?

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