Coahuila ha tenido 23 gobernadores electos e interinos en los últimos 90 años, todos del PRI. Dos de ellos renunciaron en la parte final de sus mandatos (Óscar Flores Tapia y Pedro Rodríguez Triana) y uno se suicidó (Ignacio Cepeda Dávila) por razones políticas.
Pero ninguno le infligió al estado tanto daño moral y financiero ni lo avergonzaron al grado que lo hicieron Humberto Moreira Valdés, Jorge Torres López y Rubén Moreira Valdez (el cambio de grafía del segundo apellido fue acaso para despistar). Deuda impagable, empresas fantasma, masacres, desapariciones forzadas, arrogancia y envilecimiento político figuran en la lista de agravios.
Humberto Moreira pasó del 15 al 22 de enero de 2016 en la prisión madrileña de Soto del Real. El diario El País presentó así la información: “Figura sombría de la política mexicana, rodeado de sospechas de corrupción por las que fue defenestrado políticamente tras escalar a las más altas esferas del poder como presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Humberto Moreira ha sido detenido este viernes por la policía española a su llegada al aeropuerto de Madrid-Barajas bajo cargos de blanqueo de dinero y malversación de fondos durante su etapa como gobernador del Estado de Coahuila (2005-2011)…
“Moreira (Saltillo, 1966) ha sido detenido por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal dentro de la operación dirigida por Santiago Pedraz, juez de la Audiencia, órgano que asume cargos criminales de especial envergadura como terrorismo, narcotráfico y entramados de desfalco. Según fuentes de la investigación, la justicia española ha actuado a petición de un tribunal de Estados Unidos que investiga la red de blanqueo de Coahuila, región fronteriza con Texas”.
(El País, 16.01.16).
La misma indagatoria condujo a la extradición del gobernador interino Jorge Torres López a EU (no será la única) donde se le acusa de lavado de dinero y fraude (bancario y electrónico) por 8.8 millones
de dólares.
Torres, Javier Villarreal Hernández y otros secretarios de Finanzas (Víctor Zamora Rodríguez y Jesús Ochoa Galindo) no se mandaban solos; obedecían órdenes y cobraban beneficios. Los fiscales y jueces de EU ya completaron el rompecabezas, y con Torres López en su poder solo faltan las piezas principales.
El Departamento de Justicia estadunidense ya ha sentado ante la Corte Federal del Distrito Sur de Texas al empresario lagunero Guillermo Flores Cordero, (detenido por la DEA en San Antonio en 2013 junto con su esposa) lavador dinero de políticos y exgobernadores, entre ellos el tamaulipeco Eugenio Hernández; al exsecretario de Finanzas Javier Villarreal Hernández, quien prefirió entregarse en el puente Santa Fe, de El Paso, en 2014; al empresario mediático Rolando González Treviño, detenido en Las Vegas ese mismo año; al contratista Luis Carlos Castillo Cervantes, “el Rey de los Dragones”, capturado en 2017; y a Juan Manuel Muñoz Luévano, “El Mono”, operador financiero de los Zetas, cercano
al moreirato.
Todos ellos, y otros que también se enriquecieron con dinero robado a los coahuilenses, se han declarado culpables y entregado propiedades, negocios, decenas de millones de dólares, aviones e información para recibir penas menores y purgarlas fuera de prisión. La historia está por terminar, pero una cosa es segura: no finalizará con Torres López.
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