Las despedidas siempre tienen un sabor agridulce, los sentimientos se entrelazan y aunque sabes que es un paso que tienes que dar, sientes un poco de nostalgia.
Por eso, en este momento siento tristeza, pero también una gran satisfacción, porque debo atender una nueva encomienda que requerirá de todo mi tiempo y esmero.
Sábado a sábado compartí en esta columna historias, anécdotas, y también vertí mis opiniones sobre algunos temas de coyuntura. En ocasiones hubo muchos comentarios, preguntas y felicitaciones que me daban gusto y me llenaban de orgullo, y en otras… silencio sepulcral.
Confieso que muchas veces escribí la columna al 20 para las ocho, en carretera, entre reuniones, a veces en pijama recostada sobre la cabecera de mi cama. Es extraño, pero a veces sentía un poco de presión por cumplir, pero una vez que iniciaba, los renglones iban apareciendo, así, como por arte de magia.
Estos tres años me dejaron una grata experiencia porque, aunque soy comunicadora de profesión, redactar era uno de mis cocos, pero ahora me siento animada y lista para seguir escribiendo.
Pero ahora lo haré desde otra trinchera, con un objetivo distinto. Ahora voy a escribir con las y los nigropetenses la historia de nuestro municipio, concentraré toda mi atención en trabajar por la ciudad; cada hora, minuto y segundo del próximo año lo dedicaré al cumplimiento de los objetivos planteados.
Sin duda extrañaré esta columna y el tiempo que pasé frente a mi computadora, pero sé que así tiene que ser.
Hace apenas unos momentos presenté mi plan de trabajo ante la ciudadanía y me retiré del bullicio para escribir estas líneas y despedirme de ustedes y compartirles que me siento plenamente agradecida con Dios y con la vida por las muestras de apoyo de la gente, de los exalcaldes, empresarios, la clase política, mi familia, la presidenta de mi partido: Verónica Martínez, el comandante de la Guarnición Militar: General Gumaro Cabrera Osornio, y del XII Regimiento de Caballería Motorizado; y por supuesto de nuestro gobernador: Miguel Ángel Riquelme Solís.
Mi gratitud a quienes me acompañaron durante estos tres años y mi gratitud por supuesto, al periódico Zócalo, a su fundador Francisco Juaristi Septién, al presidente y director Francisco Juaristi Santos, al vicepresidente José David Juaristi Santos, a su editorialista, Francisco Liñán Delgadillo y todos quienes de una manera, con su trabajo hicieron posible la publicación de esta columna.
Estamos a solo unas horas de iniciar 2018, y cada segundo del año será para servir a mi municipio como presidente municipal. Escribir para Zócalo ha sido un honor y solo me queda desearles que el próximo año sea un año pleno de felicidad, salud y amor en familia, este año ya termina, pero podemos tener la seguridad que lo mejor está por venir… Y tú ¿qué opinas?
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