La primera réplica de la campana que Hidalgo tañó en la población de Dolores se construyó en 1889, en una fundición de Baltimore, Estados Unidos, según consta en su inscripción y fue colocada en la torre de la desaparecida Presidencia Municipal de la calle Juárez, edificio que fue inaugurado el 15 de septiembre de 1899, cuando la ciudad ostentaba el nombre de Porfirio Díaz, durante la administración municipal de Hilario Delgado, y funcionó hasta que el edificio fue vendido y demolido producto de la modernización con el Programa Nacional de las Fronteras, que proyectó uno nuevo y la campana fue almacenada en las bodegas del Ayuntamiento.
El 22 de abril de 1965, durante la administración de Daniel Hernández Medrano, en vista de que una nueva campana sustituiría a la anterior en la nueve sede del municipio, el cabildo acordó ceder la primera campana al Sr. Raúl de Luna Fisher, para que la colocara en el coso taurino de su propiedad, proyecto que no se cumplió, en cambio fue colgada de un grueso madero en el exterior de un rancho al norte de la ciudad y su tañir servía para llamar al ganado para alimentarse. Fue rescatada de ese lugar por el alcalde Rito Valdés Salinas y colocada en el exterior de lo que fue la segunda sede de la Presidencia Municipal por la calle Abasolo, de 1964 a 1984, cuando fue remodelado con estilo colonial y reinaugurado el 25 de octubre de 1993, colocándose la campana días después.
A principios de 2010, el edificio es despojado de su fachada colonial para transformarlo en la sede del Museo de la Frontera Norte y la campana tiene que pasar una vez más a resguardo a las bodegas del Departamento de Obras Públicas, donde permanece. La segunda campana fue una edición limitada para funcionar en las capitales de los 32 estados de la República en 1960, elaboradas en la Fábrica Nacional de Artillería, bajo la dirección del jefe del departamento de la industria militar, Gral. Tomás Sánchez Hernández. En su fundición se empleó una liga metálica igual a la tomada de la campana original: 90% de cobre, 9.7% de estaño y 0.3% de plata con huella de oro.
El badajo se hizo con una granada de práctica de mortero calibre 81. Lleva grabada la inscripción: “San Joseph. 22 de julio de 1768”, en alusión a la fecha en que se fundió la campana original por el cura Atanasio Sánchez Villela. El Lic. Julio Santoscoy Perea, subsecretario de Trabajo, le solicitó al presidente de la República, Adolfo López Mateos, facilitara una más para la ciudad y la número 33 fue para Piedras Negras, inaugurándose el 15 de septiembre de 1964, en la entonces nueva Presidencia Municipal de la calle Abasolo, funcionando desde la administración de Daniel Hernández Medrano hasta finalizar la de Humberto Uribe Flores, en que un incendio acabó con el edificio el 29 de diciembre de 1984.
La campana se usó en el Auditorio Santiago V. González el 15 de septiembre de 1985, luego regresó al edificio siniestrado y se usó en este sitio abandonado en 1986 y en 1987, siendo el Lic. Carlos Juaristi Septién, el último alcalde que tañó la campana en ceremonia oficial.
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