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Coahuila

Messe de Nostre Dame.

Por Joel Almaguer

Hace 7 meses

Guillaume de Machaut vivió en un siglo complicado, pues es el siglo 14 donde, amén de la pequeña era glacial que atravesó nuestro mundo, una peste llegó de oriente con tal fuerza que acabó por exterminar a dos tercios de la población europea. La peste negra hacia el año 1346 tomó al mundo y el hombre europeo estaba indefenso ante el castigo divino como era más fácil pensar en aquella época.

Además de las muertes por la peste, 10 años antes comenzaba la guerra de los 100 años, que como sabemos no duró 100 sino poco más, y tuvo enfrentados a Inglaterra y Francia.

En este entorno las danzas macabras, murales y motivos pictóricos en donde la Muerte convive con los vivos se volvió habitual. El hombre de este siglo convivía inexorablemente con la muerte, no escapaba a su manto, a su abrazo mortal, pero la vida continuaba mientras tanto.

Siglo 14, siglo de Felipe el Hermoso y de procesos contra los poderosos caballeros templarios que terminarán en mito y realidad. Durante este siglo, allende el mar, Geoffrey Chaucer hereda al mundo sus cuentos de Canterbury, Boccaccio su Decameron y Guillermo de Ockham, fraile franciscano, su navaja en la que la lex parsimonia explica que la explicación más sencilla a un hecho tiende a ser la más probable. Este es el siglo del clérigo Guillaume de Machaut quien es el más grande representante del Ars Nova y sin duda el más notable compositor de este siglo.

Si bien el término de Ars Nova se lo debemos a Philippe de Vitry, es Machaut quien representa mejor esta época con su magnífica Messe de Nostre Dame, compuesta entre los años 1360 y 1365. Una misa escrita para la catedral de Notre-Dame de Reims, magnífica obra arquitectónica esta y la misa, por supuesto.

Es la primera obra más extensa atribuida a un solo compositor. Su estructura en seis partes es un obligado para quien desee conocer los intrincados caminos del contrapunto, pero también para el diletante que anhela sumergirse en el tejido armónico de la música de estos y otros siglos.

Imperdible de principio a fin, la misa es un tesoro de un siglo que vio grandes cambios en la estructura social, política y religiosa. Desde el kyrie eleison, Guillaume nos postra a sus pies y no dejaremos de estarlo hasta el final, cuando las voces clamen Ite missa est. La misa ha sido dada. Podéis ir en paz. La música sea con vosotros.

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