Nacional
Por Sipse
Publicado el miércoles, 10 de agosto del 2011 a las 18:20
Cancún, Q.Roo.- “Entre cervezas, porros y un ocho de brazos y piernas, de chavos y chavas drogados, fue como encontraron la última vez a Rubí”, relató Maritza, hija mayor de A. C. L., quien hace dos semanas dio a conocer a este medio la forma en la que niños y niñas “bien” venden drogas entre adolescentes de todas clases sociales.
Maritza, tiene 19 años de edad y es la mayor de cinco hijos que procreó C. L. con su esposa Viviana. El carácter de la joven es serio, no sonríe, habla sin ademanes, no obstante que sus grandes ojos cafés y largas pestañas chinas son muy expresivos.
“Mi hermano Saúl y yo estábamos acostumbrados a ir a buscar a Rubí cuando se desaparecía de la casa”, platica Maritza, con un poco de desconfianza. “Ella siempre abusó de la confianza de mi papá, aunque él le daba permiso para llegar a medianoche, a mi hermana no le importaba, llegaba hasta el otro día. Todo era por su mero gusto de andar de vaga”, dijo.
La joven se muestra visiblemente fastidiada de hablar de “la oveja descarriada de la familia”, y dice que todos, a excepción de Rubí, son “normales”.
“Rubí es muy bonita. Es alta y morena, aunque apenas tiene 14 años se ve bastante mayorcita, bien desarrollada. De la noche a la mañana tenía amigos que no sé de dónde los sacaba, comentó Martiza.
La hija mayor de los Cruz platicó que aunque su hermana iba a la Secundaria Técnica 16, las muchachas con las que se juntaba iban a escuelas privadas.
“Son chicas de familias acomodadas, vivían en Montecarlo, Santa Fe, la avenida La Luna y hasta en la zona hotelera. Creo que las conoció en fiestas y ahora con los medios sociales todos se vuelven amigos rápido. Así empezaron las reuniones donde empezó a desaparecer cada vez más días”, indicó.
Rubí, regresaba a casa después de un par de días de ausentarse y decía que ya se iba a portar bien, pero pronto volvía a pedir permiso para salir, “mi papá la dejaba y le ponía hora límite, pero ella no obedecía, así estuvo, hasta que la última vez se perdió durante dos semanas”.
Agregó que un amigo de la adolescente habló por teléfono a su casa y dijo que estaban detenidos, la policía los había encontrado en una casa ubicada a la vuelta del Oxxo de la región 96, cerca de Soriana de la avenida Nichupté.
En ese inmueble, elementos de la Procuraduría General de la República (PGR) encontraron a seis muchachas menores de edad y tres varones mayores de 18 años. “No sabían que se metían en problemas. Les realizaron pruebas antidoping y los nueve dieron positivo en consumo de marihuana y sólo una de ellas (no mi hermana) también había consumido cocaína. Soltaron sólo a las chicas”.
Rubí, fue llevada a vivir a la Ciudad de México, su papá la acompaña. Él tiene la esperanza que la niña se calme, porque no le gusta salir ahí, le da miedo la ciudad, asegura Maritza. “Ella no sé que va a ser de su vida, mi papá no sé si vaya a regresar pronto, no sé que va a pasar”, dijo.
Maritza, actualmente estudia la preparatoria y quiere estudiar leyes y trabajar para la PGR. Toma el periódico y se pone a buscar trabajo de edecán. “Necesito encontrar algo que en poco tiempo me dé buen dinero, para poder seguir estudiando”, concluyó.
Asegura alcalde que investigará narcofiestas
Después de que inspectores de la dirección de Fiscalización detuvieron una fiesta que se planeó con un mes de anticipación a través de Facebook, a la cual cinco mil 183 usuarios confirmaron su asistencia atraídos por la promesa del consumo de alcohol y diversión desenfrenada, Julián Ricalde Magaña, presidente municipal de Benito Juárez, aseguró que serán más efectivos a la hora de detener a responsables de la presunta perversión a menores, ya que el pasado sábado en el Salón Imperial estaban más de 100 jóvenes y organizadores, y pese a que había bebidas alcohólicas no hubo detenidos.
Con respecto a los hechos ocurridos el pasado sábado en la “Dirty Party”, Ricalde Magaña, reiteró que el lugar fue clausurado debido a que carecía de los permisos y medidas de Protección Civil y ponía en riesgo la vida de las personas ahí reunidas.
“Nos enteramos por medio de las redes sociales sobre la organización de una ‘Dirty Party”. El lugar se encontraba fuera de regulación y la dirección de Fiscalización hizo lo propio y se clausuró el lugar”, señaló, Ricalde Magaña, en entrevista con este medio.
Ante el hecho de que no hubo detenidos por la organización de estas fiestas, donde el alcohol es ofrecido de manera ilegal a menores de edad, aseguró: “Dimos instrucciones para que seamos más efectivos en términos de detener a los responsables de este tipo de eventos, buscaremos tipificarles y encuadrarles un delito, por ejemplo el de perversión de menores por ofrecimiento de alcohol y drogas”.
Además de la clausura del Salón Imperial el fin de semana pasado por las irregularidades de venta de alcohol a menores y falta de permisos, también se aplicará una multa que puede ir de dos mil 500 a tres mil salarios mínimos, según datos de la dirección de Fiscalización del Ayuntamiento.
Ante la relación del inmueble con los llamados “giros negros”, como dio a conocer el boletín de prensa del domingo, donde se relacionó la clausura del lugar con antros como el OK, Karamba, Ruta 666 entre otros, el alcalde aseguró que ir contra el giro no es ir contra los lugares, pero en caso de que haya denuncias, como el caso del Salón Imperial, la autoridad puede actuar a través de una clausura.
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