QUERIDA ANA:
Hace días andaba en un supermercado y sucedió que dos niños, como entre 6 y 7 años, andaban correteando entre los pasillos, atravesándose a los clientes (algunos ya ancianos), y cuando se me atravesaron a mí ni les dije nada, solamente para mí dije suavemente: “Dios mío estos niños van a tumbar a alguien”, pero me escuchó un señor que estaba detrás de mí y vino enojadísimo, como si yo hubiera golpeado a los niños y me dijo: “¿De qué se queja?, mis hijos no le hicieron nada”.
Entonces sí hablé y le dije: “Los niños se están atravesando a los clientes y pueden tumbar a alguien, sobre todo a personas mayores. Debiera cuidarlos”.
Y me gritó: “Vieja loca. Si no le gusta, vaya a comprar a otro lugar”. Ignoré a ese tonto y me alejé sin decir nada más, pero me siguió diciendo disparates, hasta que mejor me salí del lugar.
Ese señor necesita un siquiatra para controlarse y aprender a controlar a su hijos.
Quise contarle mi experiencia para que me diga qué piensa de esas personas que no entienden que parte de nuestro deber es cuidar de los demás y que los hijos si no se controlan ni educan cuando son niños, van a ser adultos intolerantes, groseros y desinteresados en el bienestar de su prójimo. Saludos.
AGREDIDA
QUERIDA AGREDIDA:
Obviamente ese hombre no sabe controlarse y menos controlar a sus hijos. El haberse alejado sin decir nada y dejarlo hablar para no arriesgarse, fue lo mejor que pudiste hacer.
Esas personas pueden ser peligrosas y lo mejor habría sido llamar al gerente de la tienda. Aunque seguramente a él también le hubiera tocado su parte. Esas personas no se detienen ante nadie. Están enfermos. Y necesitan ayuda. Gracias por tomarte el tiempo de escribir.
Ojalá sirva como llamada de atención a los padres que lean esto.
ANA
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