El hecho de que exista una minoria privilegiada no compensa ni excusa, la situación de discriminación en la que vive el resto de sus compañeros. S. de Beauvoir
Con los sentidos, atentos escuché los preparativos para el festival cultural de la diversidad sexual que culminará con la 15a marcha con la que la comunidad LGBTTTIQ+ transformará el espacio público en algo seguro para todes.
En un halago al género humano, los veo bajo la sombra de una flor escribir y reinventar los proyectos artísticos que buscan pintar la arena y la oscuridad con el trazo fino del arcoíris para que está sociedad ciega pueda dejarlos nacer en la belleza de su resplandor.
Será una semana con eventos culturales, artísticos, musicales, plásticos, intervenciones y sorpresas.
Más allá del entusiasmo de la asociación Orgullo y Dignidad Saltillo; encontré, la responsabilidad y el talento para conducir una curaduría que promueve la participación artística desde la diversidad, conquista no sólo el espacio público, sino foros hasta hace poco reservados para las expresiones heteronormadas por el patriarcado.
Aquellos que en su mayoría empezaron alrededor de la figura del beato Aelredo, han hecho camino largo en defensa de los derechos desde la dignidad.
Ser su aliada es un compromiso para que se respeten y promuevan los derechos de la comunidad, en una sociedad donde concebimos que no todos son heterosexuales, donde se fomente el lenguaje inclusivo y la transformación de sensibilidades.
Sólo desde la empatía, es posible combatir la injusticia y el desconocimiento de las reivindicaciones posibles para construir una sociedad más inclusiva donde se respeten los derechos de todes y seamos acogides por los deslumbrantes tonos del arcoíris bajo la sombra de una flor.
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