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Sarcasmos

Por Guillermo Fárber

Hace 6 años

Ni las guerras ni las paces las deciden los pueblos; se las imponen sus oliga… digo, sus líderes.
 
COLEGIO EL PACÍFICO

Sobre esa mención mía del viernes pasado me dice el Erny: “Herr Färber no era el único con el cerebrito primitivo en Mazatlán en cuanto a creer que el mencionado colegio era una sede satánica protestante donde se adoraba al Poncho Pilatos, y donde las clases de Historia se centraban en los reventones de Sodoma y Gomorra. En una ocasión que viajaba en un camión urbano rumbo al ‘cole’, el señor sentado a un lado mío vio la calcomanía de mi escuela adherida en mi mochila, y me preguntó: ‘¿Estás en El Pacífico?’ Le contesté que sí.

El citadino amigo, sin querer queriendo, me soltó un rollote: ‘¡Uy! no sabes lo que vas sufrir por ir a ese colegio. Primero, te fuiste a meter a una escuela dirigida por protestantes que fueron los que crucificaron a Cristo. Cuando vayas a comulgar, el cura te va a negar la hostia delante de toda la congregación presente y te va a avergonzar diciéndote: ‘Los del Pacífico no pueden comulgar y no son bienvenidos en esta iglesia’. WAO, hasta el hipo se me quitó, y me dije: mira nomás, yo que fui monaguillo, boy-scout, miembro de la ACJM (Asociación Católica de la Juventud Mexicana) miembro de una organización llamada: Tarcisios, Soldados de Dios, y para rematar mi primer nombre es Jesús, pues fui ofrecido en plegaria al Sagrado Corazón de Jesús, toda vez que por poco no se me hace nacer, debido a complicaciones de mi madre en el parto… qué broncón, ¿y ahora pa’ dónde?

Los malos rumores hacia El Pacífico crecieron tanto, que se armó un ríspido escenario. El director del colegio, don José Guadalupe Gallardo, se dirigió entonces a hablar con el obispo de Mazatlán: ‘Oiga señor obispo, ya bájenle ¿no? Se está regando el tepache en el cuarto más limpio’. Y se calmó la bronca. Ya no se proyectaron más malas vibras al estudiantado del colegio. He de confesar que, a lo largo de cuatro años de estudio en ese colegio, jamás de los jamases recibí la más mínima insinuación de tema religioso, o escuchar algún tipo de propaganda religiosa con el fin de atraer gente a su congregación. El colegio era operado por un consejo de administración liderado por la familia Rice, ejemplar familia de ascendencia inglesa, de una probada integridad, honestidad, con una calidad humana intachable, y propietarios de diversos y exitosos negocios que ofrecían importantes fuentes de empleo a la comunidad mazatleca.

El colegio recibía importantes donaciones de parte de influyentes fundaciones de EU, y en varias ocasiones los donantes yanquis vinieron a visitar el colegio para darse cuenta del destino de sus sustanciales donaciones. En fin, mientras Herr Färber acudía a clases en un salón sin terminar y sin puertas, en medio del monte arrabalero, donde tenían que andar espantando a los burros de cuatro patas que se metían al salón, atraídos por el olor a goma ‘Jockey Club’ que peinaba las acicaladas cabelleras del distinguido alumnado del sexto año de primaria, el Erny, en el colegio El Pacífico, con su pupitre junto a la ventana con vista al vasto y azulado Oceáno Pacífico, tocayo del colegio, saludaba a los divertidos delfines que brincaban jugueteando con sus danzas y saltos maromeros, y totalmente alejado del escenario donde Herr Färber andaba correteando a los burros fuera de su recinto escolar, ah!, pero eso sí, bendecidos por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y con derecho a pase de abordar para entrar al Reino de los Cielos sin pagar cover. Suertudones, jajajaja”.
 
FANATISMOS RELIGIOSOS

Como si la sangrienta Guerra Cristera (1923-1929) no hubiera sido suficiente para saciar la sed de odios de los fanáticos de ambos bandos, en mi infancia mazatleca veía de vez en cuando, en ventanas a la calle, pegatinas del tipo: “CRISTO SÍ, COMUNISMO NO” y “ESTA CASA ES CATÓLICA”.

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