Internacional
Por AP
Publicado el viernes, 12 de agosto del 2011 a las 21:16
Dallas.- En la plaza Dealey, con una “X” blanca pintada en el lugar donde fue asesinado el presidente John F. Kennedy, se siguen tejiendo innumerables conjeturas sobre la posibilidad de que haya habido un segundo pistolero.
Las teorías de conspiración arrecian aquí. Y en el restaurante Barbec en el otro extremo de esta ciudad, seis hombres se sientan bajo un pórtico en una reunión del grupo Texanos del Norte para la Verdad del 11/9 y hablan sobre “las mentiras del gobierno” en torno a lo que ocurrió el 11 de septiembre del 2001.
El grupo tiene 50 miembros activos y 200 en la lista postal. Y se encuentran entre muchos miles que, después de años de investigaciones, no creen en la versión oficial de cómo fueron destruidas las Torres Gemelas de Nueva York, quién fue el responsable y qué sabía el gobierno y cuándo lo supo.
La política no tiene nada que ver en esto: dos son conservadores partidarios fervorosos del ex presidente George W. Bush, dos son liberales y otros dos ni siquiera estaban interesados en seguir las noticias hasta después de los ataques del 2001.
“Antes del 11 de septiembre, yo era un individuo de clase trabajadora que vivía más bien aceptando todo lo que me decían”, afirmó Bryan Black, un carpintero de 50 años de Commerce, Texas. “Ahora estoy empezando a ver las cosas. Estoy más abierto al escepticismo”.
Los escépticos —ellos prefieren llamarse “activistas por la verdad del 11/9″— han persistido, e incluso aumentado en la década desde el 2001, con proponentes que van desde el ex senador de Alaska Mike Gravel hasta la comediante Rosie O’Donnell. Y a diferencia de los años que tardaron en desarrollarse las teorías de la conspiración sobre el asesinato de Kennedy, esta vez se movilizaron como un relámpago por internet, con videos en YouTube en que se ven desplomarse las torres una y otra vez.
“Realmente hay fundamentos de realidad aquí”, afirmó Ted Walter, quien ha trajinado infructuosamente por hacer que las autoridades municipales de Nueva York reabran la investigación sobre cómo se derrumbó el edificio 7 del Centro Mundial de Comercio la tarde del 11 de septiembre. “Creemos que si todo el público estadounidense viera las imágenes del edificio 7 en el noticiero nocturno, conduciría a un amplio escepticismo sobre el 11 de septiembre”.
Para muchos, las teorías de conspiración no son aterradoras; son más reconfortantes que la idea de que un hecho tan aterrador como el de ese día pudiera ser tan casual.
Las conspiraciones pueden ser “una cubierta protectora” para explicar lo atroz, opina Patrick Leman, un profesor de la Universidad de Londres que investiga las teorías sobre el 11 de septiembre. “Hace que no tengamos que enfrentar lo impredecible de la vida”.
Jonathan Kay, un columnista del diario canadiense The National Post y autor de un libro sobre teorías de conspiración, dijo que es normal que la gente busque explicaciones complicadas y detalladas de los acontecimientos resonantes.
“Hay algo en la mente humana que se rebela contra la idea de que hay fuerzas aleatorias o individuos capaces de destruir gente poderosa o iconos poderosos”, afirmó Kay.
No hay un cálculo real sobre el número de gente que integra esos movimientos en busca de “la verdad” de lo que ocurrió el 11 de septiembre, ni hay un líder de los escépticos. Un grupo llamado Recuerden el Edificio 7 se presentó en el Concejo Municipal de Nueva York con una solicitud en el 2009, firmada por 80.000 personas, que reclamaba una investigación independiente de los ataques.
Otros grupos incluyen Arquitectos e Ingenieros por la Verdad en el 11/9, Estudiosos para la Verdad en el 11/9 y la Campaña de la Comisión 11/9, fundada por Gravel.
Por lo general los escépticos manejan una decena de suposiciones sobre lo que ocurrió ese día, aunque hay algunas variantes acerca de quién fue responsable de los ataques y por qué:
— El Centro Mundial de Comercio fue derribado por explosivos y no por aviones.
— Hubo advertencias sobre los ataques inminentes provenientes de once países, y los cazas de guerra pudieron haber interceptado por lo menos uno de los cuatro aviones ese día.
— Los ataques fueron causados por conspiraciones en el seno del gobierno.
El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST, por sus siglas en inglés) efectuó una investigación de seis años sobre la caída de las torres. Su informe final halló que el fuego causó la caída del Edificio 7 del Centro Mundial de Comercio, un rascacielos al norte de las Torres Gemelas. En el desplome de estas dos, la agencia halló que el calor extremo de los choques de los aviones hizo que algunas vigas de acero perdieran fuerza, debilitando el edificio hasta que toda la estructura se vino abajo.
Fue “el examen más exhaustivo sobre una falla estructural jamás realizado”, afirmó Shyam Sunder, investigador en jefe del estudio, que motivó 40 cambios en los códigos de construcción para construir rascacielos más seguros a prueba de terrorismo. El NIST mantiene un cibersitio con sus informes y animaciones de computación que reconstruyen sus conclusiones para llegar al público.
Sunder admite que no ha llegado a todos.
“Realmente no podemos explicar por qué algunas personas cuestionan nuestras conclusiones sobre los desplomes del Centro Mundial de Comercio pese a que nos hemos extremado por presentar esas conclusiones y explicarlas lo más claramente posible”, comentó Sunder en un correo electrónico.
A su vez, ello lleva a preguntarse por qué existe tanta desconfianza del gobierno en lo que se refiere al 11 de septiembre.
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