El lunes, la Cámara de Diputados aprobó, en lo general, la Miscelánea Fiscal 2022 propuesta por el presidente López Obrador. ¿Que es y cómo te afectará si eres contribuyente?

La Miscelánea Fiscal es la disposición en materia de recaudación a través de impuestos, que emite anualmente la Secretaria de Hacienda y Crédito Público. Esta resolución no es en sí una ley, sino un documento que alberga las reglas sobre captación de ingresos y que incumben a los contribuyentes y al fisco.

El dictamen de la Miscelánea Fiscal 2022, con proyecto de decreto reforma, adiciona y deroga varias disposiciones de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, Ley del Impuesto al Valor Agregado, Ley del Impuesto sobre Producción y Servicios, Ley Federal del Impuesto sobre Automóviles Nuevos, del Código Fiscal de la Federación y otros ordenamientos.

Entre los cambios que contempla el dictamen y que tendrán un impacto directamente en los ciudadanos se encuentran algunos bastante cuestionables.

Primero. La obligatoriedad para los jóvenes mayores de 18 años de inscribirse al Registro Federal de Contribuyentes. La realidad es que esta medida significa por un lado, una amenaza a los derechos fundamentales de los mayores de 18 y por otro, un posible riesgo en el manejo de información.

Yo creo que no era necesaria la obligatoriedad en aquellos jóvenes sin actividad empresarial, por que a final de cuentas la medida termina vulnerando y en mucho, los derechos fundamentales de los jóvenes, sobre todo si no son contribuyentes.

No es posible que quede registrado un joven cuando no tiene obligaciones fiscales que cumplir.

El RFC debería ser solo de contribuyentes y todo parece indicar que lo que quieren –los de la 4T– realmente con esta reforma es dar de alta ciudadanos como si fuera un padrón electoral.

A final de cuentas el SAT ya cuenta una base de datos en donde se puede hacer un análisis profundo de quiénes pudieran ser contribuyentes, porque se puede rastrear el origen y el destino de los recursos.

Por ejemplo, Hacienda tiene información de los registros de la propiedad de los estados o, incluso, pudieran cruzar esa información con la base de información que tiene el Instituto Mexicano del Seguro Social, es decir, como autoridad administrativa, el SAT, tiene esa facultad de preguntar sin necesidad de asumir u obligar a los jóvenes a ser contribuyentes.

Segundo. Otro de los temas preocupantes es la reforma que pretende limitar los donativos a entidades autorizadas que sin duda afectará directamente a organismos de la sociedad civil, cuyo trabajo altruista es clara muestra del apoyo que cumple con muchas tareas que el Gobierno históricamente no ha logrado hacer. Eso se llama subsidiariedad.

Esta parte de la iniciativa tendría un impacto devastador ya que se perderán miles de empleos de personas que trabajan ahí, pero aún peor, miles de personas en distintas situaciones de vulnerabilidad, perderán lo que para muchos, es el único apoyo con el que cuentan en su condición.

Al hacerlo, AMLO lo que pretende es que el Estado tenga control absoluto y a eso se le llama: totalitarismo.

Tercero. Este será muy polémico. La imposición que pretende, supuestamente, regularizar autos “chocolate”. Esta iniciativa tendrá un impacto directo en una de las industrias más importantes para muchos estados del país, pero que además es un importante motor de inversión y empleo.

El trabajo del Gobierno debe ser el de generar mejores condiciones y confianza para atraer trabajo y desarrollo para la gente. Sin embargo me parece que este Gobierno ve la inversión y a las empresas como enemigos.

Yo creo que en tiempos de crisis necesitamos un paquete que reactive la economía, no solamente que recaude.

La Miscelánea Fiscal debe tener como objetivo, hacer que el dinero que reciben las familias pueda rendirles más y por supuesto que se generen más fuentes de empleo formal, bien remuneradas y con mejores condiciones.

Por lo pronto la iniciativa ya pasó en la Cámara de Diputados y pasará al Senado. Seguiremos atentos.

Gerardo Abraham Aguado Gómez es miembro de Acción Nacional desde 2008. Exdiputado local en la LXI Legislatura del Congreso del Estado de Coahuila.