México, D.F.- Especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social coinciden en que las enfermedades mentales más frecuentes en jóvenes y adultos son la depresión, ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo, esquizofrenia y trastorno bipolar.

Sin embargo, los niños no se encuentran exentos de presentar padecimientos de tipo psiquiátrico como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, el trastorno de las emociones y autismo, detalló la psiquiatra María Eugenia Torres Castillo.

En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, conmemorado el 10 de octubre, se entiende como la salud mental al completo bienestar físico, mental y social de la persona, que le permite tener conciencia de su entorno, desarrollar potencialidades, ser productivo dentro de la sociedad y capaz de ofrecer algo a los demás.

El psiquiatra es un médico que valora, diagnostica, trata y rehabilita a la persona que padece una enfermedad mental, de manera habitual emplea medicamentos que mejoran la disfunción o la alteración-perturbación de la mente, a lo que se suma los pensamientos sanos del propio individuo y su capacidad para afrontar problemas o adversidades de la vida.

El psiquiatra Gustavo Cisneros destaca que la salud mental se relaciona con los padecimientos físicos, por ello un estilo de vida saludable puede contribuir a prevenir las patologías mentales: vigilar la alimentación, evitar consumo de alcohol o tabaco y establecer un patrón de sueño adecuado incentivan la sanidad mental.

Entre los problemas físicos que pacientes con trastornos ansioso-depresivos presentan se encuentran: gastritis, colitis, dermatológicos y dolores de cabeza frecuentes.

Por otra parte, los factores que predisponen la enfermedad son el estrés, un entorno familiar disfuncional o problemático, problemas económicos o laborales, en los adultos, mientras a los niños, la violencia intrafamiliar o el acoso escolar.

Además, la enfermedad se mantiene por la creencia de que “sólo se debe acudir con el psiquiatra o con el psicólogo cuando la gente está loca”, pero atenderse a tiempo con un especialista puede prevenir complicaciones de tipo psiquiátrico, porque habitualmente las personas consideran que pueden controlar sus emociones por sí mismas, lo que lleva a que busquen ayuda uno o dos años después de iniciada su enfermedad.

Torres Castillo recomendó acercarse con un profesional de la salud ante cualquier padecimiento de tipo emocional, como puede ser el trastorno del sueño, cambios de humor anormales, de comportamiento anómalos y que están repercutiendo en la persona y en su entorno familiar y laboral.

Ambos especialistas coincidieron en que el insomnio o cambios en el patrón de sueño es un indicador de posibles patologías.

La enfermedad mental requiere casi siempre de un “disparador” o “detonador” para desarrollarse en individuo y cuando se manifiesta lo hace de forma aguda o súbita tras un evento o gestarse de forma crónica.