Saltillo|Monclova|Piedras Negras|Acuña|Carbonífera|TorreónEdición Impresa
Por el gusano barrenador cierre a exportación de ganado frenó 700 MDD de divisas a México Muere Sophie Kinsella, autora de ‘Loca por las Compras’, a los 55 años Ordenan evacuar 48 viviendas en el norte de Japón por daños tras el terremoto del lunes Tiro de precisión Hamas propone congelar sus armas a cambio de tregua en Gaza

Zócalo

|

     

Opinión

|

Información

< Opinión

 

Coahuila

Con dinero baila el perro

Por Enrique Martínez y Morales

Hace 4 meses

“Con dinero baila el perro”, reza el conocido adagio popular. “Poderoso caballero es don dinero”, dice otro. En un mundo materialista y consumista, se ha tendido a sobredimensionar la capacidad de los recursos económicos como estimulante.

Muchas empresas utilizan la remuneración como incentivo. Entre mejor desempeño se tenga, ya sea en ventas, resultados o utilidades, mayor es el pago que reciben los empleados ¿Pero es el dinero realmente tan importante como motivante?

Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts llevaron a cabo experimentos para comprobar dicha teoría, que a simple vista pareciera irrefutable. Encontraron que, para actividades mecánicas o manuales, efectivamente existe una correlación positiva entre el incentivo económico y el desempeño.

Sin embargo, también descubrieron que para actividades que requieren la participación del intelecto y la creatividad, condicionar el desempeño a la percepción económica afecta negativamente el resultado.

Los investigadores lograron inferir que cuando las metas planteadas son complicadas y el salario de los empleados depende de su productividad, estos no explotan al máximo su creatividad, al estar preocupados por su seguridad económica. La única forma de liberarles su mente es otorgar buenos sueldos sin condiciones de cumplimiento.

Entonces, si el incentivo de pago por desempeño es perverso, ¿cómo motivar a los empleados ejecutivos? El mismo estudio presenta tres factores que conducen a obtener mejores resultados y todos tienen que ver con la satisfacción personal.

El primero es la autonomía o deseo de ser autodirigido. Cuando se les permite trabajar a los empleados a su manera, sin limitaciones en formas, equipos u horarios, los resultados en innovación son sorprendentes. Las oficinas de las compañías de software más exitosas se asemejan más a salones de fiestas que a centros de trabajo.

El segundo es la pericia o el dominio sobre una actividad. ¿Por qué la gente se especializa en un hobby, en un instrumento musical, en un deporte o en una actividad de beneficencia en sus tiempos libres, aun cuando no le represente un beneficio económico? Porque es divertido, porque es retador y porque ser genera satisfacción.

Son incontables las organizaciones y empresas, sobre todo las “on-line”, que realizan actividades de alta especialización tecnológica de forma gratuita, como muchas de las aplicaciones que instalamos en nuestros equipos. Sus diseñadores lo hacen por la satisfacción de demostrar ser expertos en la materia y aportar algo a la humanidad.

El tercero es el propósito. Las compañías que tienen un propósito superior y no la maximización de utilidades como objetivo obtienen mejores resultados laborales. Todos queremos participar en la construcción de un mundo mejor.

El perro no baila con dinero, ni siquiera con una amenaza. Una caricia, una palabra de motivación o hasta una sonrisa, sobre todo si son sinceras, son el mejor estímulo que puede tener.

Notas Relacionadas

Tiro de precisión

Hace 21 minutos

Imponer aranceles a insumos importados para la industria nacional, costará caro: Riquelme

Hace 56 minutos

Un mes más

Hace 1 hora

Más sobre esta sección Más en Coahuila

Hace 21 minutos

Tiro de precisión

Hace 1 hora

Un mes más

Hace 17 horas

La prioridad se llama Saltillo