Espectáculos

Publicado el viernes, 10 de octubre del 2025 a las 04:20
Saltillo, Coah.- El Teatro de la Ciudad Fernando Soler se convirtió la noche de este jueves en el escenario de una velada inolvidable con el espectáculo Despechadas: De Mujer a Mujer, que reunió a cuatro leyendas de la música en español: Rocío Banquells, María del Sol, Manoella Torres y Denisse de Kalaffe.
Ante un aforo cercano al 80%, el público fue testigo de una noche cargada de fuerza, emoción y nostalgia, donde el amor, el desamor y la resiliencia femenina fueron protagonistas. Las artistas ofrecieron un recorrido musical profundo, hilado por historias que tocaron fibras sensibles y encendieron los corazones de los asistentes.
Desde el arranque, Rocío Banquells impuso presencia con Amante, seguida por la potente voz de María del Sol con Girando Girando. Manoella Torres emocionó con Y Ahora Qué y Denisse de Kalafe llenó el recinto de intimidad con el tema Sin Amenazas.
Manoella entregó alma y voz con Que Perdone tu Señora y Libre Como Gaviota, logrando una conexión intensa con el público, mientras María del Sol conmovió con Quiero tu Vida, un poderoso tributo a Witney Houston, ovacionado sonoramente por el respetable, además del cover de Creo en Mí.

Denisse compartió su calidez en interpretaciones como El Amor Cosa tan Rara, un cover de El Color de tus Ojos, O Pato, una selección de temas brasileiros y mexicanos acompañados de mariachi y su icónico himno Señora Señora Señora.
Más adelante, Rocío brilló con sus emblemáticos hits Luna Mágica, Con Él, No Soy Una Muñeca, Este Hombre No se Toca y Abrázame.
Además, la complicidad entre las artistas brilló en duetos especiales como No Prometas Lo que No Será, interpretado por Denisse y María.

Uno de los momentos más aplaudidos fue el homenaje a Dulce, donde cada intérprete ofreció un tema icónico: Manoella interpretó Heridas, y Rocío se lució con Déjame Volver Contigo, provocando una ovación cerrada.
El cierre fue apoteósico: todas juntas en el escenario, coreadas por un teatro de pie, interpretando nuevamente Señora, Señora, Señora, como broche de oro a una noche que fue más que un concierto: una celebración de la voz femenina, un canto al amor propio y una catarsis compartida.
Despechadas no solo emocionó, también dejó claro que la música hecha con el alma sigue siendo el mejor refugio para sanar.
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