Arte
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Grupo Zócalo
Publicado el sábado, 11 de octubre del 2025 a las 04:13
Saltillo, Coah.- Instrucciones para sobrevivir un asedio apache: bloquear ventanas con sacos de maíz, apalancarse en varias líneas de defensa y escuchar bien el viento, pues cuando atacan los indígenas, lo hacen con el disfraz de los ventarrones.
De ser posible pedir auxilio al ejército federal emplazado en Monclova, y esconder a mujeres y niños en los cuartos interiores de la hacienda, además de dotarlos de hachas para que puedan librarse los unos a los otros de una muerte más cruenta a manos de los apaches.
Este es tan sólo uno de los letales escenarios que construye Guillermo Arriaga en su novela más reciente, El Hombre (Alfaguara, 2025), que presentará mañana en la Feria del Libro Monterrey.
El autor, un consumado cazador de arco y flecha, guarda en el corazón el terreno que narra, pues desde niño ha visitado el norte de México, particularmente la franja fronteriza de Coahuila, donde visita con frecuencia las rancherías.
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Parte de esta novela, El Hombre, surge de mis viajes a la región. Ahí en Acuña, Piedras Negras y Zaragoza, y tiene mucho qué ver con la tierra, con esa tierra. A donde voy de cacería encuentro, a menudo, puntas de flecha o de lanza de los apaches lipanes que vivieron ahí”, declaró el autor en entrevista con Zócalo.
La planicie semidesértica de Coahuila, con todo y sus huizaches y planchas de piedra caliza caliente, fueron combustible para la imaginación del aventurero capitalino. La leyenda de indios aguerridos recorriendo el monte aunaba al romance: “A partir de que iba desde niño, empecé a tener interés por hablar de eso y de la región”.
Queda claro que en el desierto brotan tesoros para quien los sabe encontrar. Como las puntas de flechas apaches que colecciona, pero el autor también mantiene un oído abierto a las vivencias que cuentan las personas que habitan los escenarios que le interesan. Así empezó desde aquellos años una recolección de experiencias y anécdotas de la frontera que sirvieron como material para la novela.
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Más que una investigación per se (…), son amigos los que me han platicado cómo eran las relaciones con los apaches que sus abuelos o sus bisabuelos les habían contado. Sobre todo escuchando a la gente de la región es como me enteré de mucho de lo que sucedía tanto de un lado como del otro. Tanto en Texas como en México”, precisó el premio Alfaguara de 2020.
Aún con el pasar de los años, el terreno, con todo y sus habitantes, se sigue ganando el respeto y admiración del guionista de Amores Perros, 21 gramos y Babel.
En el 2022, los hijos de Arriaga, Mariana y Santiago, llevaron a la pantalla grande un guion escrito por su padre, el cual yacía olvidado en un cajón desde 1994. En esa historia, un trailero de Piedras Negras mata en un accidente vial al padre de los protagonistas, quienes viajan del entonces Distrito Federal al norte para vengarlo.
La filmación fue otro de los eslabones de la cadena que une a Arriaga con el estado.
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Es una región muy porosa. Yo creo que es una zona muy particular del mundo esta frontera”, afirma el escritor.
La otra mitad de El Hombre se libra lejos del semidesierto coahuilense, pero no es por nada menos áspero. A través de la historia de vida del cacique Henry Lloyd, Arriaga plasma el desarrollo de un incipiente capitalismo gringo, que en menos de un siglo llegaría a dominar la tierra.
En los Estados Unidos del siglo 19, la suerte de un sólo hombre podía significar la ruina de cientos o el sustento de miles. Lloyd encarna al pionero que impulsa su propia prosperidad a costa del despojo y la violencia.
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Yo quería que la novela reflejara todas esas problemáticas que están viviendo ahorita tanto Estados Unidos como México a partir de la definición como países en el siglo 19”, cuenta Arriaga.
Estos años de conflicto bélico, señala, encaminaron a la gestación de otros “fantasmas” que ahora acechan a la sociedad de Estados Unidos. Particularmente, la injusticia y la violencia de aquel entonces dieron lugar a la polarización política y social que se vive hoy: “Estos ‘fantasmas’ no son de ahora. Vienen desde hace muchos años”, asevera.
El guionista de Las Tres Muertes de Melquiades Estrada afirma que no escribe en blanco y negro, pues el protagonista de El Hombre, por más despiadado que sea en sus emprendimientos, no goza de los actos que comete. Los hace en nombre del “progreso”. El de quién se vuelve una cuestión más flexible.
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La civilización ha crecido por gente que ha usado la violencia para construir algo”, por eso en la novela creó en Henry Lloyd un personaje que “conoce la coyuntura en la que está viviendo y entiende cómo debe de usar la violencia a su servicio” anota.
Firma dúo la paz
El aniversario 25 de Amores Perros, celebrado con una función especial en el Palacio de Bellas Artes el lunes, fue la ocasión en la que Guillermo Arriaga y Alejandro González Iñárritu hicieron las paces tras una “fractura” de décadas por diferencias profesionales entre el guionista y el director.
Sobre el escenario del recinto, los dos titanes del cine mexicano dieron cierre a una era con un abrazo cálido.
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Fue un momento muy bonito, un momento de reconciliación. Veinte años sin vernos las caras”, reveló Guillermo Arriaga en entrevista. “Y bueno, pudimos dar finalmente ese paso y estamos muy contentos los dos de haberlo dado”.
Para los optimistas, el emotivo reencuentro podría significar la gestión de una cuarta joya en la corona de colaboraciones que constituyen Amores Perros (2000), 21 gramos (2003) y Babel (2006).
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Habría que ver. Me encantaría, pero habrá que ver”, adelanta el también autor de El Salvaje, Extrañas, y Salvar el Fuego.
Mañana:
Presentación de El Hombre
De Guillermo Arriaga
Alfaguara, 2025
Feria Internacional del Libro de Monterrey
17:00 horas
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