Ciudad de México.- La idea de que la civilización maya tuvo contacto con extraterrestres ha sido expuesta en charlas, foros y todo tipo de documentos. Esta creencia surge, principalmente, por la búsqueda de explicar cómo fue que los mayas lograron edificar algunas de sus pirámides, pues por su gran tamaño, se ha puesto en duda la capacidad de construcción de ésta cultura, adjudicando la autoría a seres de otros planetas.

Otro de los aspectos que han hecho pensar, a varias personas, sobre la relación maya-extraterrestre, es la interpretación de algunos de sus grabados, los cuales son evidencia de la cultura y estilo de vida mayas.

Este tipo de obras prehispánicas se convirtieron en objeto de especulaciones sobre cómo vivieron los mayas en su momento, pues la falta de conocimiento y complicada interpretación, colocó a algunas piezas en la mira de aquellos que buscan extraterrestres en todas partes.

Un ejemplo de esto, es el bajo relieve conocido como el “astronauta maya de Palenque”, sobrenombre que ha sido criticado severamente por los especialistas más serios.

La pieza es una lápida de la tumba de “Pakal el grande”, uno de los señores de Palenque, la cual fue descubierta en 1952 por el arqueólogo de origen francés y nacionalidad mexicana, Alberto Ruz.

La lectura de la losa fúnebre, ha generado diversas opiniones, pues su contenido está lleno de simbolismos que datan de aproximadamente mil 300 años de antigüedad, por lo que no es fácil descifrarlos.

Algunos, como lo indica el sitio arqueoastronomia.com, aseguran que en 1969 la NASA encontró 16 puntos coincidentes entre el grabado de la lápida y el módulo de mando de una cápsula espacial contemporánea. Entre dichas coincidencias, se encuentran las siguientes.

En la nariz de Pakal se puede observar una especie de aparato que serviría como respirador y cumpliría la función del casco de un astronauta.
En la parte delantera se ven botones y palancas.
El cabello ingrávido, como estaría un astronauta sin el casco.
En la parte trasera del aparato se distinguen claramente las llamas producidas por la nave.

Otro de los argumentos que dan como evidencia de presencia alienígena, es el hecho de que la estatura de los restos humanos que contenía la tumba, no corresponden al de un maya, pues se tiene registrado que los mayas no superaron los 150 centímetros de altura, mientras que el esqueleto encontrado posee 170 centímetros, lo que para muchos es la prueba de que el sujeto en la tumba, pertenece a otra civilización, incluso de otro planeta, así lo indica el sitio noseq.com.

Uno de los errores más comunes en la búsqueda para descifrar la pieza, es la orientación de esta, pues suele mostrarse en posición horizontal, cuando la forma correcta de observarla, es verticalmente, lo que descubre, como se menciona en noticias.yahoo.com, lo que los mayas denominaban un “árbol de la vida” y no partes de una nave tripulada, lo cual tiene mayor sentido tratándose de la lápida de una tumba.

Muchas de estas malas interpretaciones y lecturas sobre los relieves mayas, han sido publicadas e incluso descalificando los estudios realizados por arqueólogos, y sólo provocan confusión, pues dan información falsa sobre cómo era en realidad dicha cultura, adjudicándoles predicciones erróneas como la del fin del mundo, el cual supuestamente tendrá lugar el 21 de diciembre de 2012.