Ciudad de México.- Para Lupita Padrón, de 73 años de edad, no hay mayor alegría que disfrutar del domingo en La Ciudadela y bailar al ritmo de la música.

Al igual que ella, un centenar de hombres y mujeres de la tercera edad se dan cita a partir del mediodía hasta las 5:30 de la tarde para bailar y disfrutar las salsas y cumbias que tocan Marco Antonio Pasco y su colectivo ‘Artistas Independientes Ciudad de México-Ciudadela’, quienes desde hace 16 años, de forma gratuita organizan bailes cada domingo.

“ Desde hace más de 10 años, los domingos son los días donde más feliz soy. A mí edad sigo trabajando como empleada doméstica, pero los domingos me pongo bonita para bailar porque me inyecta mucha vida”, confesó Lupita, quien es habitante del Municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México. 

Sin embargo, esta actividad que da energía y buena salud a sus participantes se vio interrumpida por más de dos años, a causa de la pandemia de Covid-19. Hace unas semanas se reactivó, alegrando el zapateado de mujeres y hombres, que muy puntuales llegan a la invitación del baile urbano y gratuito.

“ Estamos de regreso, después de dos años de parar todo, porque los que participamos somos gente mayor y no podíamos poner en riesgo nuestra salud. 

Un espacio con más de 16 años de tradición

“ Este espacio es conocido por las clases de danzón, pero desde hace 16 años nosotros los acompañamos con otros estilos de música para dar más variedad”, relató Marco Pasco, también conocido como el “Halcón Dorado”, cantante aficionado de cumbia y salsa. 

El “Halcón Dorado, quien es comerciante de ropa en la Alcaldía Gustavo A. Madero, intenta poner todo de su bolsillo y cuenta con la cooperación de sus compañeros del colectivo.

Considera que vale la pena ofrecer un espectáculo gratuito a los adultos mayores que no tienen la solvencia económica y que, muy probablemente, estarían en situación de olvido o enfermedad dentro de sus casas.

Gran parte de los asistentes viste de gala y va de zapato bien boleado, pero más que eso, muchos deciden seguir usando cubrebocas para no arriesgar su salud y así seguir disfrutando de los domingos.

Muchos de los asistentes llegan con ayuda de un bastón, pero al iniciar el baile lo dejan junto a los bancos.