Espectáculos
Por
Redacción
Publicado el viernes, 30 de julio del 2010 a las 14:00
Eugenia Flores Soria | Saltillo, Coah.- Existen 100 años entre la muerte de Alessandro Botticelli y la de Michelangelo Caravaggio. Dos pintores renacentistas opuestos. Uno era el idealismo, el otro la realidad; lo bello y lo grotesco; la razón y el naturalismo. La obra de estos dos artistas guarda simbologías, juegos, conflictos de la época que, al observarlos, aún son provocadores, rebeldes.
José Luis Rodríguez, director de la Escuela de Artes Plásticas Rubén Herrera, ofreció el pasado miércoles una conferencia, en la Biblioteca Elsa Hernández, para recordar a estos dos grandes de la historia del arte, que a veces se olvidan o se guardan bajo la sombra de Miguel Ángel Buonarroti, Leonardo Da Vinci o Rafael.
Botticelli y ‘lo etéreo’ Durante la charla, el experto explicó cómo este pintor manipuló la figura humana. “Alargó” los cuerpos de 7 y media cabezas a 8 y media o nueve. “Esto le daba un sentido de espiritualidad a la pieza”, comentó el académico.
Otras características eran la composición triangular y el contraposto. Este último utilizado también por los griegos para “romper la vertical y formar el equilibrio de una manera más atractiva”. Un ejemplo de ello es el cuadro de “San Sebastián”. “También era un pretexto para dibujar desnudos”, agregó.
El conferencista explicó algunos elementos alegóricos, como el cuadro de “Palas y el Centauro” donde la diosa simboliza la razón, el intelecto, y el centauro, lo salvaje. Ella domina a la bestia: lo intelectual, la belleza, ahora tienen el control.
Los cuadros más famosos como “La Primavera” o “El Nacimiento de Venus” también aparecieron en la plática. El maestro ilustró, a través de otras pinturas, cómo Botticelli jugaba colocando los elementos eróticos de la Venus en la virgen María; o cómo realizó alegorías de las virtudes y las injusticias.
Caravaggio: ‘el mundano’ A Caravaggio le tocó vivir el descubrimiento de América; el nacimiento de la religión protestante; Copérnico y sus ideas de la Tierra girando alrededor del Sol. Era un momento de caos y de complicaciones. La gente tenía que cambiar sus ideas sobre el mundo. Por eso, Rodríguez advirtió que los cuadros de Caravaggio tenían una connotación profunda, un doble sentido.
El público que asistió a la conferencia quedó impresionado y agradeció con buenos comentarios al exponente. En este año se conmemoran cinco siglos de la muerte de Botticelli y cuatro de Caravaggio.
El motivo del evento, organizado por la Coordinación de Bibliotecas, Publicaciones y Librerías del Estado, fue recordar la importancia y el trabajo de estos dos pintores que dieron la pauta a los grandes artistas del renacimiento.
El mundo cambiaba por completo y el arte tenía que reflejarlo. El universo comenzaba a renacer y la belleza florecía de una forma distinta. Las ideas platónicas volvieron a esparcirse y los artistas elevaron al hombre como centro de la creatividad. La obra de Botticelli es prueba de ello.
La obra de este artista es agresiva, impresionante. Ya no aparecen los dioses sublimes, ahora tenemos a un “Baco Enfermo”, una virgen María muerta, un Caravaggio decapitado. Su obra trata de capturar momentos reales, gente común, como “Los Tramposos” o un “Tañedor de Laúd”. Pero también es el maestro de las sombras, el padre del tenebrismo.
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