Piedras Negras, Coahuila.- A la edad de 15 años un pensamiento surcó su mente, la posibilidad de consagrarse a la Iglesia a través del sacerdocio, sin embargo no fue hasta dos años después al concluir su educación vocacional cuando convencido, decidió ingresar al seminario, compartió el padre Juan Armando Renovato López, al conmemorar este 26 de abril 40 años de su ministerio.

Inspirado por la labor de un grupo de seminaristas que conoció en su adolescencia, cuando formaba parte del Movimiento Juvenil de la Parroquia de Guadalupe de Sabinas, Coahuila, fue el detonante de su vocación, asegura sin temor a equivocarse, el actual párroco del templo dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, en Villa de Fuente en Piedras Negras. 

“ Un ingrediente fue la participación de ese grupo de seminaristas que trabajó en la parroquia; de seis que eran, uno se ordenó”. 

Junto a dos amigos, tuvieron la intención de ingresar al seminario cuando él estaba por terminar la secundaria.

“ Eramos tres, uno de ellos estaba por terminar la secundaria y el otro la preparatoria, a la hora de tomar la decisión no me fui”.

El padre Renovato aseguró que el apoyo de su mamá Marcelina López, (f) fue clave en su decisión, cuando le habló de sus aspiraciones.

“ Fue clara conmigo y me dijo lo que quieras estudiar, nadamás te pido que elijas algo, lo que tú quieras y te voy a apoyar, en aquel tiempo mi mamá no era muy católica, aunque nunca me prohibió que fuera a la parroquia, después se acercó más y comenzó a participar en la misa y en los rosarios”.

Su paso por la Escuela de Minería en donde estudió el bachillerato de dos años, transcurrió entre tropiezos luego que en el primer grado reprobara cuatro materias, con la oportunidad de recuperarse y graduarse.

Atribuyó al extinto presbítero Fernando Martínez, ser quien lo motivó a seguir su sueño e ir a Saltillo a hablar con el rector, era agosto de 1974, días más tarde recibió la noticia de haber sido aceptado para ingresar al Seminario de Monterrey en donde realizó su formación.

Su paso por el seminario 

En este 2024, el sacerdote Juan Armando Renovato, cumplió 50 años de haber ingresado al seminario, experiencia que lo llevó a querer renunciar a los 15 días de su ingreso.

“ Recuerdo que fui a hablar con el padre espiritual y no podía hablar, me puse a llorar y el padre me preguntaba qué pasaba, si me habían hecho algo, y lo que le respondí fue no puedo con el latín; de cinco frases que nos encargaban para traducir del latín al español y otras cinco del español al latín tres estaban equivocadas, eso me deprimía, quería sacar todo bien” indicó.

“ Con el apoyo del rector tuvo clases particulares y me dedique en cuerpo y alma a estudiar, al finalizar el curso saqué en el examen 95 y en religión 75, fue un reto que se me presentó y que vencí”. 

Entrevistado en la oficina de Medios de Comunicación del Obispado de Piedras Negras, área al que fue designado por el obispo Alonso Garza tras la fundación de la diócesis fronteriza hace 21 años, asegura que el proceso formativo para el sacerdocio puede transitar del entusiasmo al desánimo.

Confirmó lo anterior, después de cursar filosofía y ser enviado a la Parroquia Santiago Apóstol de Monclova, en donde el apoyo que recibió de los sacerdotes de ese templo, fueron un aliciente para seguir en su proceso.

“ Me fue estupendo, nunca olvidaré esa experiencia, a la mitad de mi formación los sacerdotes me ayudaron mucho y al terminar mi periodo me pidieron apoyar otro año en el seminario, luego regresé a los cuatro años de teología hasta finalizar”.

Ordenado como diácono el 17 de febrero y como presbítero el 26 de abril de 1884, en tiempos del obispo de la Diócesis de Saltillo, Francisco Villalobos, el sacerdote Renovato fue asignado durante su primer año y medio de servicio en Piedras Negras, de donde posteriormente fue enviado a San Juan de Sabinas para apoyar al padre Candelario, durante cuatro años y medio.

“ Cuando me enviaron a Allende, fue un nombramiento que me costó porque no quería dejar Piedras Negras, ahí fue en donde me costó la obediencia, en donde entendí lo que es obedecer, le pedí a Dios ver con claridad, porque en un momento pensé en irme a mi casa, sabía de sacerdotes que habían dejado el ministerio pero con el acompañamiento del padre espiritual y del confesor pude seguir”.

Tres años y medio después y con el respaldo de sus compañeros sacerdotes, señaló que lo asignaron al templo San Andrés Apóstol en donde compartió el ministerio con el padre hoy monseñor José Guadalupe Valdés, durante un año y medio. 

Su siguiente responsabilidad fue en la Parroquia de San José de Ciudad Acuña, en donde estuvo por un periodo de ocho años.

“ De ahí Fray Raúl Vera, obispo de Saltillo, me dijo de un proyecto que se realizaría en Piedras Negras, se trataba de la construcción de la Catedral de lo que sería la Diócesis de Piedras Negras que todavía no existía y que recibió en obra negra hasta su conclusión”.

En 2002 comenzó la planeación que continuó con la fundación de la Diócesis en 2003, en donde ejerció como rector hasta 2016, que el obispo lo nombró párroco del templo Sagrado Corazón de Jesús en donde continúa a la fecha, función que combina como director de las Casas Hogar de Nazareth de Villa de Fuente.

La construcción del obispado, el auditorio Franciscus, La reconstrucción de la Parroquia de Villa de Fuente, tras las afectaciones del tornado de 2007, son otras de las labores en las que participó el padre Renovato, sin quitar tiempo en la función que realiza como sacerdote, sostuvo.

“ Otra cosa que me ha apasionado, han sido los medios de comunicación, pensé que sino ingresaba al seminario habría entrado a la Normal para ser maestro y si batallaba me habría gustado entrar en una radiodifusora”.

Como sacerdote, ha tenido la oportunidad de colaborar en diferentes momentos en la radio, un gusto que se remonta a su niñez, comentó.

“ Desde chico me aprendía los anuncios de radio y los repetía como si los anunciara, fueron las opciones que tuve y me incliné por el ministerio sacerdotal.”.

Pide por las vocaciones 

En tiempos en los que cada vez es más difícil que los jóvenes despierten su interés por la vocación sacerdotal, el presbítero reconoce el resto que esto supone para la Iglesia, no obstante de reconocer que de 28 integrantes de su generación únicamente dos lograron persistir en su compromiso por el sacerdocio.

“ Es un trabajo que antes tenía mucha respuesta, hoy la respuesta de los jóvenes es distinta, quizá por situaciones, diferentes formas de educación, en mis tiempos había más respuesta eramos muchos cuando entré eramos 28 hoy llegan a entrar 10 y lo vemos como buenos números”.

Para el sacerdote a quien le ha tocado seguir el liderazgo de cinco Papados a lo largo de su trayectoria, Pablo VI; Juan Pablo I conocido como El papa breve, cuyo periodo fue de 33 días en 1978; Juan Pablo II  El papa viajero Benedicto XVI y Francisco, estos dos últimos a quienes saludó personalmente, considera que es Dios es el que pone los medios para salir en este ministerio.

Llegar al 2000 y superar el Covid, enfermedad que adquirió casi al comienzo de la pandemia cuando era algo desconocido y el miedo se apoderaba de las personas, que no había vacunas y tras ser testigos de compañeros sacerdotes que fueron internados y no salieron, ha representado un antes y un después para el presbítero.

“ Una vez que salí entendí que el señor me quiere para algo, le pedí ayudarme a ver con claridad y a partir del Covid, mi he esforzado por hacer mejor  las cosas, por eso después de haber rechazado en dos momentos la dirección de las casas hogar invitado por Monseñor Alonso Garza, finalmente en la tercera acepté. 

Añadió que la atención de los orfanatos y formar parte del patronato ha representado una labor enriquecedora, sobretodo por la labor que realizan las religiosas que son las encargadas de las niñas y los niños que ahí son atendidos.

Celebra 40 aniversario 

En una ceremonia concelebrada, que fue presidida por Monseñor Alonso Garza, la tarde de este viernes, el Padre Juan Armando Renovato, agradeció por sus 40 años de ministerio sacerdotal, además de reconocer la calidez que durante ocho años ha recibido de la comunidad de Villa de Fuente.

En su mensaje, ante la feligresía que lo acompañado, expresó su compromiso por ejercer su vocación con profesionalismo y seguir con la labor impulsada por el obispo Garza Treviño, a favor de las vocaciones sacerdotales, para que haya más jóvenes interesados en trabajar en favor de la iglesia.