Piedras Negras, Coah.- Hombre de gran fortaleza, visionario, excelente hijo, hermano, padre, abuelo y esposo, que desde muy pequeño además mostró su gran sentido humanista que le caracterizó por siempre apoyar a quienes más lo requieren.

Así se le recuerda a Salvador Octavio Chavarría Delgado, un hombre que se tornó en un ejemplo a seguir no solo para sus cinco hijos y siete nietos, sino para tantos que lo conocieron por ser un hombre apasionado al trabajo y a buscar cómo ayudar.

“Chava”, como le decían de cariño sus familiares y amigos, actual Míster Amigo, nombrado por el Consejo de la Buena Vecindad, por su gran labor altruista en Piedras Negras, Coahuila, ciudad que adoptó como su terruño, nació el 23 de septiembre de 1959 en San Antonio, Texas.

Hijo de don Salvador Chavarría Sánchez (F) y de doña María Luisa Delgado de Chavarría, quienes le dieron a sus hermanos Tere, Paty, Beatriz, Leticia, Rodolfo y Pinita.

Salvador Chavarría, quien era hasta ayer el presidente del Consejo de Fomento Económico, estudió su escuela primaria en el colegio Apolonio M. Avilés, que se ubicaba cerca de la clínica México.

De pequeño sus hermanos y su mamá lo recuerdan como un niño muy inquieto, que siempre andaba saltando de un lado a otro, con gran energía y a quien le encantaba andar en bicicleta.

Su hermano Rodolfo recuerda cuando ambos iban al cine Rodríguez, a ver maratones de películas del Santo y como siempre fue un hermano ejemplar a quien respetó mucho por ser un luchador nato para resolver cualquier problema y que al mismo tiempo fue un gran ejemplo.

Era un niño que siempre estaba planeando qué hacer, muy inteligente y muy dadivoso, así que desde entonces supo que sería un hombre exitoso.

Estudió su secundaria en Monterrey y luego viajó al Military Institute de San Antonio, Texas, para estudiar la preparatoria y posteriormente la carrera en la Texas A&M University.

Al fallecer su papá don Salvador, “Chava” se convirtió en el líder de la familia y se comprometió a ver por su madre y hermanos, tratando que todos estuvieran bien.

Finita Cruz de Chavarría, su esposa y compañera hasta el último momento, recuerda en una entrevista realizada en abril pasado, cuando fue nombrado Míster Amigo, que en el momento que lo conoció quedó prendada por su gran personalidad y muy maduro para su edad.

Iniciaron un noviazgo que se basó en mucho amor y que perduró cuatro años, en los que él estaba estudiando fuera, pero que siempre le llamaba por teléfono y escribía cartas, además de colmarla de detalles.

No tuvo duda que era el hombre de su vida y decidieron casarse, de este matrimonio nacieron sus cinco hijos: Alejandra, Anapaty, Analicia, Salvador y Amanda.

Su esposa rememora que las enseñanzas aprendidas a su padre don Salvador, “Chava” las replicó en sus hijos, a quienes les compartía hasta frases sabias del abuelo.

Enfatiza que lo mejor es que cada uno de sus hijos tiene algo de él, además del gran legado aprendido y de amor.

Su hija Alejandra reconoce cómo su padre era extremadamente apasionado para realizar cualquier cosa, pues indicaba que a medias tintas nada.

Además de que contaba con ese ojo mágico para detectar el potencial en las personas y hacérselos ver con el fin de que fueran cada vez mejores.

Su familia entera lo recuerda como un hombre que siempre estuvo dispuesto a brindar ayuda o un consejo a quien lo necesitara.

Patricia Chavarría, su hermana, enfatizaba hace unos meses cómo Salvador fue como un padre cuando su papá falleció y así siguió siendo al pasar los años, dando su apoyo y respaldo a sus seres queridos y siempre buscando que estuvieran unidos.

Morris Libson, amigo de años, relataba también cómo Salvador Chavarría era un gran ejemplo, un hombre trabajador de quien se debía seguir su escuela.

Salvador Chavarría, luchó por dos años contra el cáncer, una enfermedad que no minó su trabajo, ya que mostrando gran fortaleza siguió con sus responsabilidades.

Se le podía observar con una sonrisa, enfrentando su enfermedad con optimismo y fuerza, buscando como apoyar más a su Piedras Negras querido.