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ESPN
Publicado el lunes, 22 de julio del 2024 a las 14:35
Ciudad de México.- El séptimo lugar de Sergio ‘Checo’ Pérez en el Gran Premio de Hungría de la F1 fue un muy pequeño alivio para la situación que vive el piloto mexicano con Red Bull, pequeño sí, pero un respiro es un respiro, más ahora que su continuidad con la escudería austriaca sigue en entredicho.
Lo que parecía ser el fin de semana de la redención para el tapatío, luego de un viernes esperanzador, se convirtió, literalmente de golpe y porrazo, en camino lleno de brasas ardientes y él parecía estar descalzo.
La imagen del auto 11 de Checo Pérez dañado y contra el muro de la curva 8 del Hungaroring fue para Christian Horner como si le hubieran puesto un clavo ardiendo en la silla desde la que veía la Q1.
Su cara era mezcla de asombro, enojo e incredulidad. Tal vez si alguien hubiera entrado en su cabeza en ese momento habrían encontrado palabras que no pueden ser transcritas literalmente en un texto dentro de este website.
Y no era para menos, Christian Horner ha sido el principal apoyo de Checo Pérez, tal vez no solamente en Red Bull, sino en toda su trayectoria en la Fórmula 1, sólo debajo de Carlos Slim, patrocinador y presidente de la Escudería Telmex, sin el cual el mexicano no habría tenido una plataforma para llegar a la categoría.
“He demostrado que soy muy paciente (…) pero no podemos correr con una sola pierna”, dijo Horner, a ser cuestionado por la televisora Viaplay, sobre si había un límite en la paciencia para Checo Pérez.
Horner creyó en Checo cuando Racing Point lo había dejado a la deriva. Lo renovó por dos años, luego del primero en que terminó cuarto en el campeonato, pero que fue clave para la consecución del título individual de Max Verstappen.
Checo no puede quedarle mal Christian Horner, quien abogó por la nueva extensión hacia 2025 y 2026. La capacidad de decisión del team principal queda en entredicho si el mexicano no cumple las expectativas y lo pone en la dura disyuntiva de decidir si debe sustituirlo.
Ahora, sustituirlo es una salida, pero la pregunta es: ¿Quién puede reemplazar a Checo? Daniel Ricciardo es aún una incógnita; Yuki Tsunoda no tiene la confianza ni de Horner ni de Helmut Marko y Liam Lawson parece estar demasiado verde para ponerle en los hombros la responsabilidad de hacerlo mejor que Checo Pérez.
En el lado positivo, el GP de Hungría fue un trabajo sólido.
Obviamente, recolectar seis puntos sabe a muy poco cuando eres un piloto de Red Bull, pero luego del catastrófico sábado, la recuperación de Checo Pérez hasta la zona de puntos y a dos lugares de su coequipero, Max Verstappen es lo más parecido a un sólido resultado que se puede tener.
Checo Pérez volvió, de alguna manera, a ser el piloto de domingos que ha sido toda su trayectoria en la Fórmula 1. Recuperó luego de haber largado en la décimo sexta posición, incluso de haber caído a la P18, para meterse al séptimo lugar.
Un primer stint con llantas duras, que fue tormentoso y sufrido, pero donde Checo exprimió ritmo para alargar el turno sin despegarse de George Russell.
Luego vinieron dos virtuosos juegos de medias, donde el ritmo de carrera fue similar al de los que lideraban y, con ello, le alcanzó hacer rebases a Lance Stroll, Yuki Tsunoda y Valtteri Bottas, en un circuito donde ver un adelantamiento es a veces comparado con la aparición de un santo.
Checo dijo en sus redes “el ritmo está ahí” y tiene razón, ahora lo que le falta, más bien le urge, es un sábado limpio y sobresaliente. Meterse a la Q3 y entregar un trabajo de calificación que Max Verstappen podría haber firmado.
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Un manejo muy “decente”, dijo por el radio el team principal Christian Horner a Sergio ‘Checo’ Pérez cuando terminó el Gran Premio de Hungría y eso podría ser un calificativo muy correcto para el trabajo del piloto mexicano en la décimo tercera fecha del calendario de la Fórmula 1. Muy decente, pero todavía no es suficiente.
Más tarde, en una entrevista para F1.com, el jefe de Red Bull agregó que Checo Pérez hizo una carrera “muy fuerte” y que tuvo un ritmo “muy competitivo”.
¿Qué fue lo que llevó al tapatío a recuperarse de calificar en la décimo sexta posición, para finalmente terminar en séptimo puesto en la carrera?
Estrategia, ritmo, ejecución y cero errores. Esa es básicamente la mezcla que produce puntos en la F1.
Checo se metió en problemas al no ser capaz de mantener el auto dentro de la pista, el sábado en la calificación. Las condiciones mixtas, la pista que transiciona de seco a mojado y viceversa.
Fue el domingo el que lo sacó, no todo, solamente la nariz y los ojos, del atolladero. Recobrar la confianza y dominar la repetición virtuosa, vuelta a vuelta.
¿Es Spa-Francorchamps la última llamada para Checo Pérez? Seguramente no será la última vez que maneje un F1, sin importar cómo le vaya, pero sí de ello depende que vuelva a hacerlo en 2025 con Red Bull.
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