A diez días de que cumpla su primer año como Presidenta-gerente Claudia Sheinbaum, ya podemos afirmar que se ha pasado sus primeros 365 días administrando el cochinero que dejó Andrés Manuel López Obrador y su frankenstein Morena, el cual llenó de corrupción, opacidad, polarización, inseguridad y destrucción de la naciente democracia mexicana, sin contrapesos y sin la sana separación e independencia de los poderes de la Unión.

Hace un año, Claudia Sheinbaum inauguró “su mandato” con un discurso en el que enfatizó su compromiso con la Cuarta Transformación (no con México y los mexicanos), la justicia social y la causa feminista, y en un alarde de demagogia aseguró: “no llego sola, llegamos todas”. Aunque, en poco tiempo demostró que sólo incluía a las mujeres políticas morenistas, porque las madres de desaparecidos, las que sus hijos, esposos y hermanos fueron asesinados por el crimen organizado, las madres de los 43 de Ayotzinapa y de hijos con cáncer, y muchas mujeres más quedaron excluidas de sus mentirosas afirmaciones.

La Presidenta-gerente se ha pasado los días de “su mandato” defendiendo a los suyos, a los narcopolíticos de Morena comandados por AMLO, quienes saquearon las finanzas del país y endeudaron -como nunca- a México, a pesar de la mentirosa promesa de que su Gobierno no endeudaría más a la república. El Gobierno de Enrique Peña Nieto dejó una deuda de 10.4 billones de pesos y López Obrador terminó su nefasto Gobierno con 17.4 billones de pesos, es decir, 7 billones más que hasta ahora no se sabe en qué se gastó tanto dinero, cuyos intereses por servicio de la deuda serán lo suficientemente grandes para traerle conflictos a las finanzas nacionales, dejando la puerta abierta, para que Claudia Sheinbaum continúe incrementando el endeudamiento, de la misma manera que su antecesor, con una opacidad que avergonzaría a cualquier país que se precie de democrático.

En cuanto a corrupción AMLO dejó muchas evidencias de su deshonestidad. Por mencionar sólo las más importantes, debemos recordar el robo a Segalmex dirigido por Ignacio Ovalle por más de 12 mil millones de pesos, de los cuales no se sabe nada, ni nunca se resolvió el ilícito. Pero eso nos es todo, recién se acaba de descubrir que dos altos mandos de la secretaría de Marina, sobrinos del ex secretario Rafael Ojeda, manejaban el negocio del huachicol fiscal, que es el contrabando de gasolinas, diésel y aceites, que no pagan impuestos y que representa un negocio multimillonario en donde se involucra al hijo de AMLO, Andy López Beltrán, y aún no se conoce cuántos millones de litros de combustible contrabandearon, pero se tiene conocimiento de cientos de carros tanque de ferrocarril y docenas de buques.

De la inseguridad ni qué decir, se tiene conocimiento que desde su campaña de 2006, AMLO hizo una alianza con el crimen organizado para recibir millones de dólares para su campaña y las siguientes, a cambio de impunidad a todos sus ilícitos: producción, venta y exportación de drogas, extorsiones, secuestros, asesinatos, desapariciones, lo cual trajo como consecuencia -según el Gobierno de Estados Unidos- de apoderarse de la mitad del territorio nacional, el cual se encuentra sometido a los criminales y cuyos habitantes viven en el terror.

En cuanto a los poderes de la Unión, López Obrador, Claudia Sheinbaum y la mafia de los morenistas ya se apoderaron del poder legislativo, el judicial y el ejecutivo. Todo el poder para la mafia de Morena, que tuvo una votación a su favor de 30 millones de votos para López Obrador y 36 millones para Claudia Sheinbaum, recolectados gracias a las pensiones sociales, que le han servido a los obradoristas para comprar los votos de los sectores pobres, y otros no tan pobres.

Lo cierto, es que en ambas elecciones no votaron por Morena y sus candidatos 70 millones de mexicanos, y aún así los mafiosos obradoristas hablan en nombre del pueblo de México, entonces ¿a cuál pueblo se refieren?

Por último, cabe mencionar que la Presidenta-gerente se ha pasado sus días de “Gobierno” defendiendo a los narcopolíticos y a los narcos, y diciendo diariamente una sarta de mentiras sin ningún pudor, y con los gestos, ademanes y palabras que le aprendió a su tutor, guía y líder Andrés Manuel López Obrador. Doña Claudia es una buena imitadora.

Política aldeana

En una reunión del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Gobierno de Claudia Sheinbaum dio a conocer sus proyectos de infraestructura estratégica, de los cuales los más importantes son: 1.- La ampliación del Tren Maya hacia Guatemala y Belice. 2.- Planes de cooperación en desarrollo regional, para dinamizar las economías locales del sur de México y Centroamérica.

En el primer proyecto, el Gobierno guatemalteco ya dijo que no le entrarían a ese elefante blanco que representa el Tren Maya, y Belice es un pequeño país que colinda con México y Guatemala, que no tiene suficiente capacidad para invertir en un proyecto nada rentable y lleno de corrupción.

En cuanto al segundo proyecto, sólo debemos preguntarnos: ¿Qué producen las economías de los estados del sureste mexicano y de los países centroamericanos para lograr dinamizar sus economías?

Preguntas huérfanas

¿De cuál democracia habla Ricardo Mejía Berdeja?

¿Por qué dicen que el delegado del Bienestar en Coahuila, Américo Villarreal Santiago, es el caballo de Troya?