Negocios
Por
Edith Mendoza
Publicado el viernes, 20 de junio del 2025 a las 04:00
Saltillo, Coah.- Aunque el segundo trimestre del año mejoró ligeramente, el sector restaurantero de la Región Sureste de Coahuila cerró la primera mitad del año con pronóstico reservado, a la espera de que en el resto de 2025 mejore el panorama para el sector.
“En el primer trimestre sí tuvimos una baja de más o menos 15%, ahorita prácticamente se empieza a regularizar… estamos terminando con un pronóstico muy reservado, de acuerdo con la estimación que se tenía, no con un incremento, pero sí al menos con la base que los presupuestos nos daban al principio de año”, dijo Isidoro García, presidente de la Canirac.
Explicó que este comportamiento tuvo que ver de inicio con la presión arancelaria, por lo que disminuyó el movimiento de inversionistas y ejecutivos de la industria, lo que impactó en las ventas.
“Dejan de venir directivos de las plantas de la región, baja el consumo… De hecho hemos visto que está disminuyendo la rotación de personal, la gente no renuncia a su empleo, un claro indicador de la situación”, señaló.
Por otro lado, en lo que se refiere al consumo local, también registró una baja, ya que ante la incertidumbre, “la gente no quiere gastar en algo que no es indispensable, muchas veces ir a un restaurante se ve como un lujo o un gusto para convivir con la familia o amistades. Eso sí nos pegó bastante”.
Sin embargo, el segundo trimestre, enmarcado con el pago de las utilidades, mejoró considerablemente.
“No es un indicador que nos guste, pero nuevamente empieza a haber algo de rotación, es un indicador de que la economía se está moviendo”, señaló el empresario.
Crisis generacional en producción de cabrito
“Poco a poco se ha ido perdiendo el interés en el campo y la ganadería” lo que se refleja en la actividad restaurantera, dijo por otra parte Isidoro García Reyes, al referirse a la disminución en la producción de cabrito, ícono de la gastronomía local.
“La producción de cabrito pasa por una crisis generacional, más que nada. Normalmente, hace unas décadas, era una forma de vida de familias mexicanas, anteriormente se ponían camionetas en la Central de Autobuses ofreciendo cabrito a los particulares, era una tradición servirlo en festejos familiares ya sea al carbón o con las recetas de los ranchos”, externó.
Sin embargo, lamentó que mucha “gente que se dedicaba a la labor y al pastoreo, dejó de ver esta actividad como opción cuando comenzó a ver otras oportunidades en la ciudad, como en la industria y en los servicios”.
No obstante, aclaró que, aunque enfrenta una severa disminución en su producción, el cabrito se mantiene como un platillo regional, enraizado en la cultura local, muy buscado por los turistas nacionales y extranjeros.
Isidoro García señaló que existen dos temporadas altas de cabrito, en abril y en noviembre, temporadas en que consumidores foráneos o extranjeros son quienes pagan mejor por estos platillos regionales.
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