Internacional

Publicado el sábado, 27 de septiembre del 2025 a las 08:58
La Habana.- Assata Shakur, la ex miembro de las Panteras Negras condenada hace más de medio siglo por el asesinato de un policía en Nueva Jersey y a quien el líder cubano Fidel Castro concedió refugio, ha muerto en La Habana, informó este jueves el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) la tenía en su lista de terroristas más buscados y, junto a las autoridades de Nueva Jersey, había ofrecido por ella una recompensa de dos millones de dólares.
El 25 de septiembre de 2025 falleció en La Habana, Cuba, la ciudadana estadounidense Joanne Deborah Byron, “Assata Shakur”, como consecuencia de padecimientos de salud y su avanzada edad. pic.twitter.com/CnZksfJS7N
— Cancillería de Cuba (@CubaMINREX) September 26, 2025
Estados Unidos pasó años reclamando a la isla comunista la extradición de Assata Shakur. No existen acuerdos vigentes de extradición entre La Habana y Washington, y la devolución de los prófugos de la justicia estadounidense es un tema que ha complicado la relación de ambos países durante décadas.
Joanne Deborah Byron, su verdadero nombre, también conocida como Joanne Chesimard, nació en la ciudad de Nueva York el 16 de julio de 1947. Escapó a Cuba en 1979, luego de ser condenada a cadena perpetua por el asesinato de un policía estatal el 2 de mayo de 1973.
El asesinato en una carretera de Nueva Jersey, ocurrió cuando cuando la mujer, quien formaba parte de la organización extremista revolucionaria Ejército de Liberación Negra, fue detenida con otras dos personas por una infracción de tránsito. En ese momento era buscada por varios delitos graves, incluyendo el robo a un banco, según el FBI.
Chesimard y sus complices dispararon a los oficiales, matando a uno en el lugar e hiriendo al otro, antes de escapar de la escena. Fue condenada por el crimen en 1977, pero escapó de una prisión en Clifton, Nueva Jersey, el 2 de noviembre de ese año.
Su paradero fue desconocido hasta 1984, cuando se le localizó en Cuba, según la agencia federal.
Shakur era un elemento más de fricción entre Cuba y Estados Unidos. Washington había reclamado su extradición, y La Habana había desoído estas peticiones y le había concedido asilo político y protegido.
El Gobierno cubano no contempló la devolución de Byron (también conocida por el apellido de su primer esposo, Chesimard) ni siquiera durante el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba durante la era Obama, donde volvió a resurgir el tema.
El secretario de Estado de la Administración Trump, Marco Rubio, aseguró recientemente que La Habana daba refugio a terroristas y delincuentes, incluidos prófugos de Estados Unidos, un comentario que se entendió como una referencia, entre otras personas, a Shakur.
Byron había residido en La Habana desde al menos 1984, bajo la protección del Gobierno cubano. La activista huyó del foco público y nunca concedió entrevistas. Tan sólo rompió su silencio en 1988, cuando publicó el libro ‘Assata: una autobiografía’.
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