Internacional
Por Excélsior
Publicado el miércoles, 13 de noviembre del 2024 a las 14:00
Ciudad de México.- La reciente DANA en Valencia ha desencadenado una serie de desafíos logísticos y medioambientales sin precedentes. Con más de 100,000 automóviles afectados, la magnitud de la situación es colosal, y las imágenes de vehículos amontonados en las calles han conmovido a muchos.
El Consorcio de Compensación de Seguros ha registrado 83,437 solicitudes de indemnización, una cifra que podría ser inferior a la real. La Red de Empresas de Auxilio en Carretera (REAC) estima que son más de 100 mil los vehículos dañados, lo cual pone de manifiesto la magnitud del desastre y la presión sobre las infraestructuras de la ciudad.
¿Cómo responden las aseguradoras?
Las aseguradoras están trabajando a contrarreloj para hacer frente al gran volumen de reclamaciones presentadas. El Consorcio de Compensación de Seguros, que actúa como asegurador de última instancia en situaciones de catástrofes naturales, ha movilizado a cientos de peritos para evaluar los daños. Sin embargo, la cantidad de solicitudes ha superado las expectativas, lo que ha generado retrasos en el proceso de peritaje y en el pago de indemnizaciones.
Algunas aseguradoras privadas también están colaborando para agilizar el proceso, ofreciendo líneas de atención específicas y habilitando plataformas digitales para facilitar la presentación de reclamaciones. Las compañías están priorizando los casos de mayor necesidad, como aquellos en los que el vehículo es el principal medio de transporte para ir al trabajo o donde existen riesgos de seguridad. Además, se están buscando acuerdos con talleres para agilizar las reparaciones y minimizar el impacto en la vida diaria de los afectados.
Pese a los esfuerzos, el proceso de indemnización sigue siendo complejo y muchos propietarios aún están a la espera de una resolución definitiva. La gran cantidad de vehículos dañados y la falta de capacidad de respuesta inmediata por parte de las aseguradoras han generado frustración entre los afectados, que exigen mayor rapidez y transparencia en los trámites.
¿Cómo se gestionan los automóviles afectados por la DANA?
El proceso de gestión de los automóviles afectados es complejo y requiere una coordinación precisa. Primero, los vehículos se están retirando de las calles para permitir que los servicios de emergencia trabajen eficazmente y se recupere cierta normalidad en la ciudad. Los gruistas, en colaboración con la Unidad Militar de Emergencias (UME), han sido fundamentales en esta tarea, trabajando incansablemente bajo circunstancias adversas.
Una vez retirados, los automóviles son llevados a lugares temporales donde un perito debe evaluar si son reparables. En caso de que el costo de reparación exceda el valor venal del vehículo, los propietarios deben decidir si repararlo o enviarlo a un desguace. La decisión puede ser difícil para muchos, ya que a menudo estos vehículos tienen un valor sentimental o representan la única opción de movilidad para sus dueños.
Encontrar a los propietarios representa otro reto logístico significativo. Para ello, se ha creado un sitio web llamado tucochedana.es, que tiene como objetivo ayudar a las personas a localizar sus vehículos. Este sistema permite registrar automóviles abandonados, proporcionando datos como matrícula y ubicación, y facilitando la recuperación o trámite correspondiente.
¿Qué pasa con los vehículos que no se pueden reparar?
Los automóviles no reparables son enviados a desguaces, pero la capacidad de estos centros está actualmente al límite. Se han habilitado campas temporales para almacenar los vehículos mientras se decide su destino final. La Asociación Española del Desguace y Reciclaje del Automóvil (AEDRA) está trabajando en conjunto con la Dirección General de Tráfico (DGT) para agilizar los trámites y evitar una acumulación prolongada.
El tratamiento de estos vehículos es crucial para evitar problemas medioambientales graves. La Asociación Española para el Tratamiento Medioambiental de los Vehículos Fuera de Uso (SIGRAUTO) asegura que Valencia tiene actualmente la tarea de reciclar más del doble de automóviles que en un año regular. Cada automóvil debe ser desmantelado siguiendo protocolos rigurosos que garanticen la eliminación segura de líquidos y materiales contaminantes.
Para evitar un impacto medioambiental excesivo, AEDRA intenta que el reciclaje se realice localmente. Sin embargo, si las plantas no pueden manejar el volumen, los automóviles serán trasladados a provincias cercanas, una logística que aumenta el costo y la complejidad del proceso.
¿Cómo afecta la DANA a los automóviles eléctricos?
El tratamiento de los automóviles eléctricos presenta retos adicionales. Estos vehículos requieren un manejo especializado debido a la presencia de baterías y componentes de alta tensión, que representan un riesgo tanto para el medio ambiente como para la seguridad de los operarios. Los bomberos deben certificar que un automóvil eléctrico es seguro antes de moverlo, y las baterías, si no se gestionan adecuadamente, podrían provocar incendios o explosiones.
Arturo Miguel Rojo, del área de mecánica de RACE, explica que estos autos deben mantenerse en áreas abiertas y bien ventiladas para evitar riesgos. Este requisito, junto con la necesidad de herramientas y conocimientos específicos para su manipulación, añade otra capa de complejidad al problema logístico y medioambiental.
El impacto económico y las perspectivas a futuro
La cifra de daños materiales es considerable, estimándose en 800 millones de euros para vehículos particulares y 400 millones para automóviles pesados. Además, 200 millones corresponden a automóviles nuevos en concesionarios que esperaban un comprador. La industria automotriz se enfrenta a un reto considerable, ya que la pérdida de estos vehículos no sólo representa una merma económica, sino también un retraso en la recuperación del sector.
El trabajo de recuperación, peritaje y reciclaje llevará semanas, posiblemente meses. A pesar de los esfuerzos coordinados, todavía quedan muchos vehículos en garajes y calles esperando su traslado final. La urgencia de devolver la movilidad a los ciudadanos y restaurar el orden en las calles contrasta con la complejidad de gestionar de forma adecuada un volumen tan alto de residuos automotrices.
Este evento ha resaltado la importancia de contar con estrategias efectivas para enfrentar desastres naturales y mitigar sus efectos en la infraestructura urbana y en el medio ambiente. Las lecciones aprendidas en Valencia podrían ser valiosas para mejorar la respuesta ante futuras catástrofes de similar magnitud, subrayando la necesidad de invertir en prevención, preparación y colaboración interinstitucional.
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