Coahuila
Hace 1 dia
Estimados y estimadas lectoras:
Cumplir 50 no es una tragedia, alguien pudiera decir que es medio siglo, y sí, así se escucha como muchísimos años, y tal vez sí lo sean, si nos ponemos a contar desde el día uno nuestra historia, no acabaríamos sin duda. Pero aquí nos vamos a enfocar en la riqueza que una mujer de 50 años es, sin duda, una riqueza que no todos ni todas han valorado aún, incluyéndose tal vez a sí misma, espero que después de leerme, te empieces a valorar como una mujer maravillosa y lo que es tener 50 años o más…
Piensa cuántas mujeres no han podido llegar a cumplirlos por diferentes motivos de la misma vida, enfermedades terminales, porque han sido maltratadas hasta que les arrancan la vida, las han secuestrado, ultrajado… les han quitado lo más amado… un hijo. Otras por vivir en depresión, en soledad, por morir en accidentes automovilísticos, y no terminaría de comentarles las causas de una muerte que pudieran ser muchas más, porque la misma vida llegó a su término.
Muchas mujeres temen a esta edad, piensan que están envejeciendo. Mi intención es que te visualices de una manera distinta y comprendas que en ocasiones el enfoque es distinto y mira lo que puede estarte sucediendo.
Es más lindo y sanador leer lo siguiente, que me encantó, es la forma de pensar de un joven doctor venezolano que se ha dedicado a la investigación y divulgación del funcionamiento de la salud, enfocándose en la mujer, para ayudarla a que conozca los porqués de cómo nos sentimos en diferentes etapas de la vida, uno de sus objetivos es que regresemos a nosotras mismas, a esa PAZ que tanto necesitamos a diario para seguir adelante en la vida, a pesar de los pesares que cada una pueda estar viviendo.
Las mujeres sabias empiezan a abrazar sus 50 años con una madurez que la juventud jamás les podría ofrecer. Después de los 50 empiezas a transformarte, empieza con un reajuste profundo en tu biología, tu cuerpo empieza a distribuir energía, a priorizar funciones, a protegerte de forma distinta, lo que antes respondía rápido ahora necesita calma, si antes se regeneraba en días ahora necesita semanas, no por debilidad, sino por sabiduría interna.
Después, aparece un cambio silencioso en la composición corporal, el músculo pierde un poco de firmeza, más rápido la grasa se vuelve más resistente, el metabolismo trabaja de manera distinta, no es que engordes por comer igual, sino porque tu cuerpo adopta un ritmo diferente que necesita más conciencia, no más castigos.
Luego llega la sensibilidad emocional, después de los 50 tu cuerpo se vuelve más honesto, ya no tolera relaciones vacías, ni ambientes tóxicos, ni aguanta cargas emocionales que a los 30 años ignorabas para poder sobrevivir, que las hormonas se estabilizan de maneras distintas, esa sensibilidad y esa estabilidad hace que todo lo que niegas salga a la superficie con más claridad.
Tu piel también cambia, no pierdes belleza, pierdes prisa, la hidratación natural de tu piel baja, la firmeza se transforma, la sensibilidad aumenta, tu rostro ya no cuenta tu edad, cuenta historias.
Después aparece la transición del sueño, tu cuerpo ya no se conforma con dormir poco, con dormir mal, con dormir interrumpido, necesita descanso profundo, para reparar, equilibrar, para sostener tu energía diaria, y cuando no lo recibe, los síntomas se sienten más rápido.
Luego llega el ajuste emocional más hermoso, después de los 50 la mujer sabe lo que quiere y lo que no, su cerebro empieza a priorizar paz por encima de la aprobación, salud por encima de la estética, amor propio por encima del sacrificio.
Tu corazón también cambia, se vuelve más sensible a la ternura, menos tolerante a la mentira. Más rápido para detectar lo que no te suma. Porque lo vivido te enseñó a no gastar tu vida en quien no sabe sostenerla.
Lo más profundo es que el cuerpo después de los 50 de la mujer se vuelve honesto, ya no negocia por estrés, ya no calla lo que duele, ya no oculta lo que necesita, te pide descanso, nutrición, ejercicio; paz con una fuerza que no puedes ignorar, porque esta etapa no es el final de tu belleza, es el comienzo de tu verdad, tu cuerpo no busca verse joven, busca estar vivo, no busca impresionar, busca sentirse en casa, no busca agradar, busca sanar, es más consciente, más selectivo, más vivo, más libre, más maduro y MÁS PODEROSO.
Todo esto tan bello viene de cómo nos visualiza un joven doctor que sin duda tiene un don, es sabio, es estudioso, sin duda, pero para hablar como lo hace, y cómo se dirige a las mujeres, es porque sin duda tiene la sensibilidad que se requiere para tocarnos el alma. Espero que les haya llegado al alma como a mí.
Un abrazo fraterno. Cuídate mucho, y como dice el joven doctor Adam Arévalo: “mujer, vuelve a ti”. Diosito por delante.
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