Existen momentos que quedan grabados en la memoria de una institución, porque marcan un antes y un después. Uno de esos momentos, sin duda, es del Día Cero de la Facultad de Jurisprudencia de la UAdeC.
Este encuentro con la nueva generación, es una bienvenida y es la entrada a una etapa que transforma la vida de cada estudiante que pisa por primera vez las aulas.
Quienes tuvimos el privilegio de estar ahí, lo sabemos: había emoción, nervios, esperanza y la certeza de que ese día, estaba naciendo un nuevo capítulo en la historia de la casa de estudios de las y los abogados de Coahuila.
El Día Cero es una jornada académica, un acto profundamente simbólico. Ver a la generación 82 cruzar el umbral del auditorio Antonio Guerra y Castellanos, recibir su kit de material, escuchar las palabras de bienvenida, encontrarse por primera vez con sus compañeras y compañeros y con las mesas directivas de la sociedad de alumnos y los diferentes clubes estudiantiles, es un protocolo y es el inicio de un sentido auténtico de pertenencia.
El primer mensaje que recibe el alumnado en su llegada es claro: no están solos. Detrás de cada material entregado, de cada dinámica, de cada intervención, hay una comunidad completa esperando para recibirlos, acompañarlos y caminar junto a ellos durante los próximos años.
Todos recordamos el primer día que entramos a nuestra casa de estudios; el corazón latiendo con nervios, la mezcla de la ilusión y el miedo y la sensación de estar frente a un mundo desconocido.
Esa misma energía se respiraba en cada rincón durante el Día Cero. Los pasillos, el auditorio, la explanada, todo estaba impregnado de entusiasmo juvenil.
Ese ambiente no se improvisa, se construye entre autoridades, docentes, personal de apoyo, estudiantes de generaciones avanzadas, sociedad de alumnos y clubes. El Día Cero es la muestra tangible de lo que significa la palabra comunidad universitaria.
Muchas personas podrían pensar que una jornada de un solo día se olvida pronto, pero lo cierto es que lo que se vive en esa primera experiencia universitaria deja huella.
Para la generación 82, es el instante en que pasan de aspirantes a ser parte de algo más grande. El efecto inmediato es el sentido de pertenencia. Desde el primer día, entienden que no llegaron a una institución fría o distante, sino a una Facultad viva, moderna, cercana y con los brazos abiertos.
Ese sentido, cambia radicalmente la manera en que enfrentan los años por venir. Un estudiante acompañado, rinde más, se compromete más y se atreve a soñar en grande.
El mensaje que recibe el alumnado en su primer día, es que la universidad no sólo es un lugar para obtener un título, sino para forjar carácter y dejar huella.
El Día Cero es un espejo de lo que buscamos proyectar como institución, las conferencias, la presentación de clubes democráticos, el entusiasmo de la sociedad de alumnos, la cercanía con las autoridades, todo comunica algo: que somos una Facultad dinámica, con identidad, orgullosa de su historia y orientada hacia el futuro.
En la Facultad de Jurisprudencia UAdeC, se envía un mensaje contundente: aquí se construye comunidad, aquí se forman líderes, aquí se vive la universidad a plenitud.
Como director, como profesor y como integrante de la comunidad universitaria me siento orgulloso de los logros de este Día Cero y del encuentro generacional con el propósito de dar lo mejor para el crecimiento.
El Día Cero, fue sólo el comienzo, lo mejor está por venir. Bienvenida generación 82.
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