Monterrey, NL.- La tragedia en la que un joven de 25 años presuntamente asesinó a cinco familiares, entre ellos sus pequeñas hijas, en el municipio de Juárez, enciende una señal de urgencia para impulsar actividades de apoyo psicosocial en los jóvenes de sectores de la periferia.

El psicólogo social Rafael Limones, miembro de la asociación civil Supera, señaló que la instituciones públicas en el sector deben activar una intervención emocional que ayude a los vecinos, sobre todo niños, niñas y jóvenes, a salir de la “violencia crónica”, como el llama al proceso que sufren estas comunidades.

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Esta violencia está dañando emocionalmente y pone en mayor riesgo a las familias que habitan esas zonas.

“La violencia crónica se presenta en los vecinos de zonas en las que persisten más de 20 homicidios al mes”, dijo el psicólogo social consultado por EL NORTE.

“Esto genera estos factores de estrés postraumático en la población. Es resultado de la persistencia y constancia de la violencia en las calles”.

El domingo, el hombre habría asesinado a cuchilladas a cinco integrantes de su familia.

Las víctimas fueron su esposa y las dos hijas de ambos, de apenas 3 y 7 años. También habría causado la muerte de su madre y padrastro. Tras la masacre, se entregó a las autoridades.

Limones, quien ha dirigido proyectos artísticos y sociales de la asociación Supera con jóvenes en zonas de Juárez, Guadalupe y Monterrey, señaló que urge reactivar los espacios donde los jóvenes de estas comunidades encuentren programas de apoyo psicológico y resiliencia, una intervención en crisis.

“Es hablar de las emociones, hay un duelo, un enojo, una tristeza. Hay una reparación que tiene que hacerse, pero a nivel social, sí hay la parte individual, pero también la parte comunitaria que se tiene que abordar con un sistema focalizado en la reparación del suceso”.

Los centros comunitarios, los centros de salud y las corporaciones policiacas en la zona deberían articularse para ofrecer estos espacios a los jóvenes y sus familias en zonas con más llamadas al 911.

Las fuentes señalaron que el joven estuvo internado en un centro de rehabilitación de adicciones. Sin embargo, el problema podría tener diferentes causas, de entrada, la falta de atención temprana.

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“Es necesaria la intervención de crisis aguda sobre todo a los vecinos, niños, niñas que están dándose cuenta de lo que está pasando, porque el efecto en ellos no lo vamos a ver hasta en 10 años, como lo que estamos viendo ahorita”, aseveró Limones.

“Este joven fue niño hace 10 años, cuando justo estaba la guerra contra el narcotráfico. Esto que pasó es un efecto postraumático y la intervención en crisis no se hizo en su momento”.

La semana pasada, la nueva Secretaría de Igualdad e Inclusión señaló que era urgente reabrir los centros comunitarios, que fueron cerrados durante la pandemia.

“Los centros comunitarios”, apuntó Limones, “son importantes para dinamizar las comunidades, así como las experiencias culturales”.