Vida
Publicado el jueves, 4 de diciembre del 2025 a las 09:44
Ciudad de México.- Tras meses y meses con lunas llenas convencionales, el 2025 cierra con una trilogía de superlunas que son un buen epílogo para el año astronómico. Incluso la próxima llegará a principios de enero, como para empezar 2026 por todo lo alto. Por lo pronto, la luna llena de diciembre, gracias a su cercanía con el solsticio de invierno, podrá ser contemplada por muchas horas, y a una altura inusitada. Así que a no desaprovechar la oportunidad.
La luna llena de diciembre será una superluna porque la fase de mayor luminosidad (en realidad, no hace más que reflejar la luz del Sol) coincide con el perigeo, que es el período de mayor acercamiento con la Tierra.
Ese momento se producirá en la mañana del jueves 4 de diciembre, cuando el satélite se encuentre a 356.977 km. Pero para ese entonces, el astro no será visible en el hemisferio norte, por lo que habrá que esperar un poco más, al atardecer, para verla como un majestuoso disco plateado. De hecho, ya hacia la medianoche, la luminosidad estará al 100%, y durante esas horas, la luna se verá entre un 7% y un 15% más grande y hasta un 15% más brillante.
Esta superluna viene con un par de premios. Una es que, gracias a que las noches son cada vez más largas (hasta llegar al solsticio de invierno, el próximo 21 de diciembre), podremos contemplar la luna llena muchas horas, desde que se pone el Sol a las 17:20 (minutos más o menos, depende del lugar de España) hasta las 8:51 del viernes 5, que desaparecerá en el horizonte.
El otro es un fenómeno que se da muy pocas veces, cada 18 años para ser exactos. En el solsticio de invierno el sol está en su posición más baja durante el año. Pero como la Luna se sitúa justo en el lado opuesto respecto al astro rey, el satélite alcanza su máxima declinación.
Dicho de otra forma: durante la noche del 5 de diciembre, la superluna estará más alta que cualquier otra luna llena, lo que garantiza que pueda ser observada casi desde cualquier ángulo, incluso desde las grandes ciudades. Y dada una sorprendente geometría entre el Sol, la Tierra y la Luna, este fenómeno no se repetirá así hasta 2042.
La Luna Fría
Ya sabemos que cada luna llena tiene un nombre, en su mayoría provenientes de las denominaciones de las tribus de Norteamérica, que usaban al astro plateado como referencia para sus cosechas, ciclos de migración de los animales, etcétera. Así como la de noviembre fue la del Castor, la de diciembre será la Luna Fría.
No hay que pensar mucho en la razón del nombre: su aparición coincide con uno de los meses más fríos del año, época de caza escasa y sin cultivos a la vista. La cercanía con el solsticio lleva a que también sea conocida como Luna de la Noche Larga, y como ese evento astronómico en la cultura anglosajona se lo relaciona con el Festival de Yule, con toda lógica también se la nombra como Luna Antes de Yule.
Para los chinos, era la Luna Amarga, para la Europa medieval, era la Luna de Roble y, más acorde a las tradiciones populares, también es Luna de Navidad. En cambio, en el hemisferio sur se presenta bajo los nombres de Luna de Fresa, de Miel o de Rosa, representaciones de días cálidos y cosechas en su plenitud.
Dónde ver la superluna de diciembre
Como decíamos, la inusual altura que tendrá la luna llena permitirá que sea vista con más facilidad, tanto en zonas rurales como urbanas. Sin embargo, siempre es recomendado buscar áreas con poca o ninguna contaminación, ni lumínica ni atmosférica.
En este sentido, las reservas y los destinos Starlight son los ideales, no solo por la excelente calidad de sus cielos, sino también por la facilidad de accesos y porque periódicamente organizan eventos de divulgación de la astronomía.
De hecho, España es el país con más cantidad de Reservas Starlight del mundo.Si las organizamos por comunidades autónomas, Andalucía se lleva las palmas, porque cuenta con la Sierra Morena (clasificada como la más extensa del planeta), la Sierra Sur de Jaén, Los Pedroches y las sierras de Cazorla, Segura y Mágina. En Aragón están Gúdar-Javalambre, Cuencas Mineras y la Sierra de Albarracín; mientras que en Cataluña están el Montsec y el Parc Nacional d’Aigüestortes.
Canarias aporta las Cumbres de Tenerife y las islas de La Palma y Fuerteventura; y Baleares suma a Menorca y el Parque Nacional de Cabrera. Castilla y León tiene el Parque Regional de Gredos y el firmamento de la provincia de Soria; Castilla-La Mancha participa con los cielos de Guadalajara, que junto con la Comunidad Valenciana se reparte el Alto Turia.
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