Arte
Por Proceso
Publicado el sábado, 6 de julio del 2024 a las 11:54
Ciudad de México.- Reconocida por los documentales La vocera (2020), Rush hour (2017) y La revolución de los alcatraces (2012), Luciana Kaplan ahora investiga, descubre y retrata -interpelando al observador ante la pregunta ¿sabes quién limpia tu ciudad?- a trabajadoras del Metro, barrenderas, empleadas de oficinas públicas y basureras que se hallan contratadas por compañías externas no reguladas (Outsourcing), subcontratadas a su vez por instancias gubernamentales, que violan sus derechos.
Kaplan acepta en entrevista con Proceso que su cuarto largometraje, Tratado de invisibilidad, es “un documental de denuncia, pero también hay un intento de darle voz a estas mujeres con necesidad de expresarse, de decir ‘¡Somos todas iguales, no somos invisibles, estamos en el ramo de limpieza, pero eso no quiere decir que no existamos y nuestro trabajo es muy importante!’”.
Al instante, enfatiza:
“ Lo que sucede con las empresas Outsourcing es que es un tema del cual no se habla, del que nadie sabe realmente y nadie las controla”.
Combinando documental, ficción y foto fija, la película es un mosaico íntimo de testimonios y experiencias que ponen en evidencia la precariedad laboral en el ramo de limpieza. El filme recuerda que el 23 de abril del 2021 entró en vigor en México una nueva reforma de la Ley Federal del Trabajo en materia de subcontratación. El discurso oficial anunció triunfalmente haber logrado su eliminación; no obstante, la realidad difiere del discurso: no fue eliminada. La postura representativa del sector empresarial manifestó su rechazo y enfatizó los beneficios del modelo, limitando su desaparición a casos muy específicos de “servicios especializados”, perdiéndose así una oportunidad histórica de velar por los intereses de la mayoría de los trabajadores subcontratados.
Aparecen en la cinta las trabajadoras Rosalba Martínez Ramírez, Martha Aurora Domínguez y Claudia. Participan las actrices Heleanne Beltrán, Anisadai Fabela, Ivana Díaz Limón, Elena Garibay, Minerva Gutiérrez, Clementina Guadarrama, Vanessa Medina, Jesica Melek y Nancy Pantoja. El director de fotografía es Gabriel Serra Arguello.
El documental recibió los premios FIPRESCI y del Jurado Joven y una Mención Honorífica en el Premio Mezcal de la 39 edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG).
Se proyectará en el Festival Internacional de Cine y Narrativas de No Ficción Doqumenta, a efectuarse del 3 al 13 de agosto en Querétaro.
Kaplan –nacida en Argentina en 1971, pero radicada en México desde los cuatro años– comenzó en 2019 a efectuar una investigación con mujeres entre los 20 y 65 años, dedicadas a la limpieza de espacios públicos. Realizó alrededor de 50 entrevistas, con lo cual pudo constatar que todos los empleados trabajadores del ramo (salvo los que limpian el primer cuadro del Centro Histórico) se encuentran contratados por compañías externas no reguladas, subcontratadas a su vez por instancias gubernamentales.
Ese trabajo en México, dice, se sitúa en una zona gris del mercado laboral e inscribe a los empleados en una relación sumamente desdibujada, de modo que resulta difícil para ellos definir para quiénes trabajan y a quienes demandar sus derechos, “y las mujeres han sido siempre las más desprotegidas”.
Prosigue:
“ Las historias que escuché durante estos años de investigación, hablaban de la precaria y altamente abusiva situación laboral, pero también reflexionaban acerca de sus soledades diarias y de las solidaridades que tejen entre sí, para sobrevivir. Todas tenían en común la sensación de ser invisibles. Pareciera que los espacios se limpian solos. Ellas simplemente no eran observadas o reconocidas.
A decir suyo, empezó este proyecto de casualidad:“Estaba en el en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), donde yo trabajaba, y una de las personas que labora ahí me comentó que las mujeres que limpiaban el CCC estaban en una situación laboral muy complicada, ya que por ser subcontratadas, cada año que se iba la empresa, se quedaban dos meses sin paga, y que había una cantidad de abusos laborales y no se podían quejar porque no tenían con quién ver esa situación, porque estaba totalmente desprotegidas, porque ni siquiera sabían para quién trabajan porque la empresa cambia de nombre, es una empresa sin cara”.Cuenta que se quedó en shock, y subraya:
“ No sabía que todos los empleados de limpieza de la capital de México, y gran parte del país, estaban subcontratados. Es decir, no hay ningún control de los tópicos laborales de los trabajadores del Estado, lo cual me parece muy grave, y por eso decidí empezar a indagar qué es lo que estaba pasando realmente y meterme a ese mundo, muy escándaloso para los derechos laborales de una nación”.
–Dos trabajadoras se ven en la cinta y además hay actrices. ¿cómo fue idear esa parte de poner actrices y reforzar a las mujeres reales?
–Fue un casting bastante complicado. Una de las cosas que pasaba es que los empleadores no dejan que la gente hablé con ellos durante el trabajo. Yo tenía que ir a los espacios, al Metro, la calle y el areropuerto, que es donde ocurre la película, y pedirles su número celular para poder hablarles después, porque si me veían hablando con ellos, los despedían. No desean que paltiquemos con la gente de la limpieza porque saben que están haciendo algo que está mal y no quieren que se sepa.
“ Pensé que si no podía tener a esas trabajadoras frente a la cámara, pues las puedo poner en una situación de mucho peligro porque las pueden correr, era obtener sus narraciones. Tampoco me voy a inventar algo que no existe desde mi perspectiva. Luego, utilizar actrices. Es importante hablar de lo que está pasando, entonces empecé a ir a todos estos espacios y pedirles sus celulares y hablaba con ellas. Después se nos vino la pandemia encima, entonces era todavía más complicado el acercamiento, y hacía entrevistas con audio por teléfono. Les preguntaba y me mandaban un mensaje de voz. Ya que tuve todas las entrevistas, las transcribí. Las que pensaban que estaban en una situación laboral un poco mejor, porque se llevaban bien con sus jefes, pudieron venir al foro donde las entrevisté. Entonces así fui buscando, digamos, a los personajes principales, a Rosalba, quien es una señora mayor, Aurora, quien trabaja en el aeropuerto, y Claudia, quien es anónima, y la representan todas estas actrices”.
Para Kaplan, quien ha dedicado su carrera a la dirección, promoción y docencia de cine documental, es muy importante que se empiece a ver Tratado de invisibilidad en México:
“ ¡Para discutir! Pronto vamos a hacer una campaña de impacto. Va a empezar a dar de qué hablar. Se van a herir algunas sensibilidades, porque van a empezar a salir notas de esto. He sido muy cuidadosa de que las empresas y la gente alrededor no lo sepa, porque si no ya se estuvieran preparando un poco para pelear. Que se haya proyectado en el FICG fue muy importante. Esperamos que haya un cambio en las prácticas laborales. No se trata de abolir a estas compañías, pero sí deben ser reguladas, no pueden hacer lo que se les pega la gana, no pueden robarse la mitad del dinero y dejar de pagarle a los trabajdores sin que el gobierno supuestamente se dé cuenta. Aquí hay una situación muy grave, y espero que se visibilice”.
–¿Por qué el documental es en blanco y negro? A veces parece que es de suspenso…
–Sí, la verdad es que era un poco la idea. Cuando empecé a trabajar en este proyecto, una de las cosas que vi más claras era que debía ser en blanco y negro porque era como esta idea de entrar como a otro mundo en el que uno parece que no lo conoce, aunque es muy cercano, porque estas personas que limpian nuestras ciudades están al lado de nosotros, pero no las vemos. La idea de usar el banco y negro y generar toda tensión dramática a partir de la fotografía, tiene que ver con eso, de estar entrando a otra realidad muy cotidiana, pero no la vemos, ni la sentimos. Esa era un poco la idea de mezclar estos formatos, además hay entrevistas y ficción, e igual aparece mucho mi voz, es como una búsqueda también mía sin pensarlo mucho, porque quería saber lo que estaba pasando.
–¿Por qué cree que la sociedad en general no ve a estas personas?
–Ahí dice una de las mujeres: “El trabajo de limpieza para ustedes es un trabajo muy sucio. Nosotros nos llevamos los desperdicios y ustedes no quieren ver sus propios desperdicios”. Creo que hay algo de eso, no queremos ver a quien limpia. Es gente que damos por sentada y no queremos ver la basura que nosotros generamos. Hay que mirar a toda la gente, es un acto muy importante. Me parece que parte del sentido de la película es ése.
Y declara:
“ Además se aprecia toda la polémica laboral, es una cuestión de derechos laborales mínimos que no se cumplen: la gente sin contrato, sin vacaciones, sin seguro y sin las mínimas prestaciones. Y no sólo las mujeres, también los hombres padecen. Esperemos que la situación laboral cambie, es lo mínimo que les debemos”.
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