Históricamente, han sido más las diferencias que las similitudes entre la familia estadunidense y la mexicana. Cada modelo refleja la cosmovisión de dos pueblos unidos únicamente por la colindancia fronteriza. La familia extendida mexicana, con rasgos novohispanos e indígenas, logró consolidar una estructura sólida e impenetrable frente a las tendencias europeístas que buscaban modificar el patrón paternalista familiar, vigente en México hasta casi finales del siglo 20. En contraste, en el país vecino del norte se desarrolló un modelo más centrado en las relaciones afectivas entre padres e hijos. Este artículo describe, de manera general, el papel que ha desempeñado el adulto mayor en ambos modelos.
Ancianas abandonadas
Juana Barraza Samperio, conocida como “La Mataviejitas”, dirigió su violencia hacia mujeres mayores de 60 años, convirtiéndolas en el blanco de una de las series criminales más perturbadoras de la historia reciente de México. Sus víctimas eran, en su mayoría, mujeres que vivían solas, en condiciones de vulnerabilidad extrema. Este patrón criminal no es un hecho aislado: refleja, con crudeza, la situación de millones de personas mayores en el país que enfrentan pobreza, exclusión económica, soledad y abandono.
En un México donde el tejido familiar se ha debilitado y las políticas públicas han resultado insuficientes, envejecer se ha convertido para muchos en un riesgo adicional. Con el aumento de la esperanza de vida, el reto no es sólo vivir más años, sino garantizar que esos años se vivan con dignidad y seguridad.
Soledad
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la soledad está relacionada con más de 871 mil muertes anuales a nivel mundial. Esta condición incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, deterioro cognitivo y depresión.
En Estados Unidos, el Cirujano General -máxima autoridad médica en salud pública- advirtió en 2023 que la soledad constituye una “epidemia” silenciosa, con un impacto en la salud comparable al tabaquismo, la obesidad o el consumo problemático de sustancias.
En 2024, aproximadamente 28 % de las personas de 65 años o más en EU vivía solo, lo que equivale a unos 16 millones de individuos. De ellos, cerca de 20% se encontraba por debajo del umbral de pobreza. En 1950, sólo 1 de cada 10 adultos mayores vivía sin compañía en su hogar; para 2024, la proporción aumentó a casi 3 de cada 10. En México, datos del Coneval y del Inegi indican que en 2022 había 12.6 millones de adultos mayores (9.8 % de la población total), todos con 65 años o más. De cada 100, 43 vivían en situación de pobreza, con dificultades para cubrir necesidades básicas como alimentación, vivienda digna, medicamentos y transporte. Además, 26.4 % vivía solo. Como señala el Coneval, “la pobreza en la vejez suele ser acumulada, derivada de empleos informales, bajos salarios y falta de ahorro a lo largo de la vida laboral”.
De la pobreza al abandono
En Estados Unidos, los hogares anglosajones se han caracterizado históricamente por promover la independencia económica individual, lo que ha fomentado que muchos adultos mayores vivan solos y, en caso necesario, opten por residencias o centros de cuidados especializados. Sin embargo, las crisis económicas del siglo 21 -especialmente el alto costo de la vivienda y la precarización laboral- han modificado este modelo:
1.- Han resurgido los hogares multigeneracionales, en los que abuelos y tíos vuelven a convivir con la familia nuclear.
2.- Han aumentado los hogares unipersonales en condiciones de soledad y, en algunos casos, abandono.
En México, el modelo familiar tradicional, basado en redes de apoyo intergeneracionales, también ha sufrido cambios. El impacto del modelo económico instaurado a partir de la década de 1980, junto con la falta de pensiones suficientes, ha incorporado a muchos adultos mayores a la economía informal. En casos extremos, algunos dependen de la asistencia pública o de organizaciones de beneficencia, viviendo además en condiciones de aislamiento social.
Dos modelos de familia
MÉXICO
Estructura familiar: Más común la familia extensa (incluye abuelos, tíos y primos viviendo juntos o cerca).
Rol del adulto mayor: Figura central, apoyo en el cuidado de nietos y con autoridad moral en el hogar.
Apoyo intergeneracional: Alto grado de apoyo económico y emocional entre generaciones.EU
Estructura familiar: Predomina la familia nuclear (padres e hijos, sin otros parientes en el hogar).
Rol del adulto mayor: Mayor tendencia a vivir de forma independiente o en residencias para adultos mayores.
Apoyo intergeneracional: Apoyo más limitado; se prioriza la autosuficiencia individual.
Fuente: Elaboración propia con base en datos del Inegi (México) y U.S. Census Bureau (EU), 2024.
De la familia nuclear a la extendida
Es poco probable que los estudiosos de las relaciones familiares en el contexto de la sociedad estadunidense hayan considerado, en sus análisis de largo plazo, la transición del modelo de familia nuclear al extendido, fenómeno que se está presentando en el siglo 21. Este cambio no obedece a una decisión voluntaria, sino que es consecuencia de la estrechez económica que ha obligado a jóvenes casados y solteros a regresar a los hogares de sus padres para cohabitar con ellos, ya que su capacidad económica no les permite mantener un hogar propio. Incluso se han registrado casos extremos en los que las redes de apoyo externas se han encarecido tanto que uno de los cónyuges opta por renunciar a su trabajo formal para dedicarse, desde casa, a la crianza de los hijos.
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