Saltillo, Coah.- En un rincón del gimnasio, con los vendajes puestos, la mirada fija y la respiración controlada, se encuentra Juan Alfaro. Para quienes lo conocen arriba del ring, es simplemente “El Aguerrido”, un boxeador profesional de 27 años nacido en Saltillo, Coahuila, que representa una nueva generación de pugilistas forjados a base de sacrificio, constancia y sueños que golpean fuerte.

Juan comenzó a entrenar a los 18 años, motivado por mejorar su condición física; lo que inició como una búsqueda de salud pronto se convirtió en vocación. “Se me empezó a dar el boxeo y fui avanzando poco a poco. Después de dos años participé en el torneo Auténticos Novatos aquí en Saltillo. Ahí fue donde supe que quería esto para mi vida”, recuerda.

Tras esa primera experiencia como amateur, el siguiente paso fue natural: debutar como profesional. Lo hizo en Monterrey, Nuevo León, y desde entonces ha acumulado 13 peleas en el terreno profesional, con 8 victorias (3 de ellas por nocaut), 4 derrotas y un empate.

Pero más allá de los números, su historia está marcada por la constancia, el sacrificio y una entrega total. Cada día comienza a las cinco de la mañana con una carrera de varios kilómetros. La rutina continúa más tarde con trabajo técnico y físico en el Club de Boxeo Tobar, donde entrena bajo la supervisión de su mánager Ricardo Tobar. Y no solo se prepara el cuerpo: también entrena la mente.

Aunque reconoce que no siempre se obtienen los resultados deseados, su espíritu aguerrido le impide bajar la guardia. “Si pierdes, aprendes. Si ganas, creces. Pero siempre te levantas. Siempre sigues”, dice con firmeza.

La que siempre está en su esquina: Sol Casas

Hay una imagen recurrente en cada pelea de Juan: su esposa, Sol, parada firme junto al ring, sin importar la sede, el clima o el resultado. Siempre está ahí, al lado del mánager, siguiendo cada round, viviendo cada golpe como si fuera suyo.

Sol no es sólo espectadora, es el soporte emocional y logístico de Juan. Mientras él se enfoca en entrenar y pelear, ella se encarga de todo lo demás: cuidar a sus hijos, acompañarlo a los viajes, ayudar con la preparación, con la alimentación, con la vida diaria. “Ella es mi esquina fuera del ring. Sin ella, esto no sería posible”, dice Juan.

Ambos han hecho del boxeo un proyecto de vida. Sol entiende perfectamente lo que su esposo busca, y lo apoya incondicionalmente, día tras día. “Yo lo veo entrenar, madrugar, sacrificarse, y eso me inspira. Claro que hay momentos duros, pero yo estoy aquí para impulsarlo, para recordarle por qué empezó y hasta dónde puede llegar”, comenta ella.

Los hijos de Juan y Sol también forman parte del entorno que lo impulsa. En muchas ocasiones lo acompañan a sus entrenamientos, lo ven golpear el costal y subirse al ring. Para ellos, el boxeo no es algo ajeno: es parte de su historia familiar.

Torneos que forjan carácter

El torneo Auténticos Novatos, donde Juan debutó, es una de las plataformas más importantes para jóvenes boxeadores de la región. En su más reciente edición reunió a más de 220 peleadores y se ha consolidado como un semillero de talento, disciplina y espíritu competitivo.

También existen torneos con fines sociales, como Knock Out a las Drogas, que desde 2018 promueve el deporte como alternativa ante la violencia y las adicciones. Estos espacios no sólo desarrollan deportistas, también rescatan vidas.

Además, Saltillo formó parte recientemente de una jornada nacional masiva de boxeo, en la que participaron más de 2 mil personas.

Clubes, entrenadores y espacios de esperanza

El boxeo en Saltillo se mantiene gracias al trabajo incansable de entrenadores y gimnasios que funcionan como trincheras de formación. Desde La Madriguera del Inedec, donde más de 100 jóvenes entrenan gratuitamente todo el año, hasta clubes como Ovalle Boxing, Rey de los Santos, El Exquisito, y el legendario Club El Sargento, todos comparten una misma misión: formar personas a través del boxeo.

Juan entrena en el Club Tobar, donde ha crecido de la mano de Ricardo Tobar, su entrenador y manager, quien ha estado presente en cada etapa de su evolución. Junto a él, ha cruzado fronteras locales y ha enfrentado retos mayores en diferentes ciudades de Coahuila y Nuevo León.

Traspasando límites

Gracias al boxeo, Juan ha recorrido varios municipios, enfrentado a rivales de distintos estilos y vivido la adrenalina del combate en escenarios distintos a su ciudad natal. Cada pelea le ha dejado aprendizajes y lo ha acercado más a su meta.

Hoy más que nunca, Juan se siente preparado para lo que venga. Con el apoyo de su familia, su entrenador y su comunidad, mantiene la vista en alto y los guantes listos.

Deporte con historia

El pugilismo en Saltillo tiene una trayectoria que se remonta a más de un siglo:

El primer combate profesional se registró el 25 de noviembre de 1923 en la antigua Plaza de Toros Guadalupe, marcando el inicio de una tradición que ha perdurado por generaciones.

A lo largo del tiempo, surgieron grandes figuras como Otilio “El Zurdo” Galván, campeón gallo de Norteamérica; Antonio “Zurdo” Piña, Carlos “El Campeón” Gutiérrez y más recientemente, boxeadoras destacadas como Mayela “La Cobrita” Pérez y María “Polvorita” Salinas.