Tecnología
Por Grupo Zócalo
Publicado el lunes, 9 de septiembre del 2024 a las 07:33
Ciudad de México.- Con la noticia reciente de que Estados Unidos buscará impulsar la producción de semiconductores en Latinoamérica como resultado de acuerdos para financiar proyectos de ensamblaje, prueba y empaquetado de semiconductores en México, Panamá y Costa Rica, la carrera global de chips alcanza una nueva dimensión. ¡El reloj está corriendo!
Si bien 76% de la manufactura de obleas o wafers, en inglés, para la fabricación de chips se encuentra bajo el control del continente asiático, Estados Unidos todavía mantiene el 50% del mercado. Si algo es innegable es que la cadena de valor se está transformando de manera profunda, por lo que México podría jugar un papel clave para formar parte de esta reestructuración. ¡Ahora es el momento perfecto!
A lo largo de 2024 se han celebrado dos ediciones del Foro de Colaboración para Semiconductores México, Estados Unidos, la primera en febrero en Guadalajara y la segunda en junio en la ciudad de Tijuana. Esta iniciativa, coordinada por la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti) y respaldada por la Embajada de Estados Unidos en México, ha ido reuniendo a diversos actores de los sectores público y privado con el objetivo de elaborar un plan que permita impulsar la industria de semiconductores en México. Después de una extensa consulta, este plan maestro será entregado al gobierno electo en octubre de 2024 durante el tercer encuentro del foro.
A pesar de que en México aún no existe una estrategia nacional en materia de semiconductores, el plan maestro de México en materia de semiconductores no ha estado ausente de las discusiones y acciones a nivel federal y estatal.
Por un lado, se han llevado a cabo los Diálogos Económicos de Alto Nivel (DEAN) para fortalecer la cooperación entre México y Estados Unidos. Además, se creó una vicepresidencia de Semiconductores en la Canieti. Por otro lado, se han tomado acciones para elevar la presencia de estados con una industria de semiconductores significativa, como es el caso de Baja California, Chihuahua y Jalisco. Sumado a esto, el gobierno federal ha participado en conversaciones para atraer al ecosistema taiwanés y ha establecido el primer convenio para la promoción de los semiconductores en México.
Especialmente en el caso de Jalisco, el estado aprovechó la creación de los CHIPS Act en Estados Unidos, una ley que fortalece la capacidad de fabricación de semiconductores sin depender de proveedores extranjeros para crear su propia política pública: el Jalisco Tech Hub Act. Esta política, lanzada en 2022 por el gobierno estatal y basada en el modelo ‘triple hélice’ academia, industria y gobierno, busca convertir a Jalisco, conocido como el ‘Silicon Valley mexicano’, en un referente latinoamericano en innovación y tecnología a través de incentivos y diversas acciones como programas de capacitación, espacios de innovación y coworking, redes de mentores y apoyo a startups y emprendedores para la atracción y retención de talento. Sin duda, este enfoque sienta las bases para un futuro prometedor y dinámico, lo cual, es algo verdaderamente digno de celebrarse.
La proximidad geográfica de México, especialmente su cercanía con la industria tecnológica estadunidense, lo convierte en un lugar estratégico para el nearshoring, que implica trasladar parte de las operaciones de las empresas a un país cercano. Esto ha funcionado muy bien en Baja California y Monterrey. Y no sólo eso, sino que la escasez global de semiconductores ha revelado la importancia estratégica de estos pequeños componentes electrónicos. Aquí es donde México podría entrar al rescate al fortalecer nuestra capacidad de producción local y al atraer inversiones en tecnología avanzada.
Es más, México no sólo puede ayudar a reducir la crisis actual, sino también posicionarse como un centro estratégico en la industria de semiconductores a largo plazo. Esto va más allá de los beneficios a la economía mexicana, como la generación de empleo y desarrollo tecnológico, ya que también contribuiría a la estabilidad global de la cadena de suministro de semiconductores.
La pandemia destacó la importancia del ecosistema electrónico y automotriz, que son las industrias de mayor crecimiento en México dentro de los sectores de nearshoring (5%-7%) y que generan la mayor demanda de semiconductores. Esto representa una gran oportunidad para nuestro país, ya que el sector con mayor tendencia al nearshoringes justamente el de los semiconductores (100%).
Además, el nearshoring ofrece una ventaja única para reducir los costos de transporte y los tiempos de entrega factores cruciales en un mercado tan dinámico, por lo que el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) juega un papel clave en este plan de desarrollo al proporcionar un marco legal estable y preferencial para la inversión en el sector tecnológico.
Pese a la percepción equivocada de muchos, en México sí contamos con una fuerza laboral joven y cada vez más calificada en áreas técnicas, la más grande de la OCDE de acuerdo con la Secretaría de Economía, lo que nos posiciona como un destino atractivo para empresas que buscan talento y eficiencia. ¡Acá sí hay talento en STEM!
Si bien México cuenta con bases sólidas para construir su propio camino en la industria de los semiconductores, aún hay varias acciones que requieren atención para consolidar su presencia dentro del boom de este mercado.
En términos generales, es fundamental unificar los esfuerzos públicos y privados es decir, promover una mayor colaboración entre los sectores gubernamental, empresarial y académico ya que, para poder tener éxito dentro de la industria de los semiconductores, no basta con atraer inversiones; también necesitamos mejorar la infraestructura energética, hídrica, logística y de telecomunicaciones en las áreas clave. Esto es crucial para que las grandes empresas del sector se interesen en México.
Pero eso no es todo, porque también son muy necesarios los esfuerzos en materia educativa. Aunque México ya se beneficia de la competitividad de su mano de obra especializada, aún se necesita una mayor inversión en educación e investigación para formar profesionales expertos en el diseño y manufactura de semiconductores capaces de mantener la ventaja competitiva mexicana.
Es esencial mantener una demanda interna dinámica y fortalecer la cadena de suministro local, colaborando con las industrias de electrónica y automotriz que ya están establecidas en el país. Esto facilitará la exportación y permitirá duplicar la industria de semiconductores en México, uno de los principales objetivos del plan maestro para entrar al ruedo.
Estoy más que segura de que la producción de semiconductores representa una oportunidad única para México. Aprovecharla requiere una visión estratégica a largo plazo, que incluye integrarnos y cooperar con Estados Unidos, hacer una inversión inteligente, fomentar la educación especializada y fortalecer la resiliencia en áreas clave de la cadena de suministro diseño, ensamble, empaque, testeo (ATP) y suministro de materiales y materias primas. Sólo así, sin dejar a un lado la colaboración y compromiso de todos los actores involucrados, México podrá posicionarse como un jugador relevante en esta industria del presente y el futuro.
Con información de Forbes
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