Para el bandoneonista argentino César Olguín, la creencia de que el tango es un género desligado de México es falsa. “Pero no, está muy ligado. La tradición del tango en México es más larga de lo que uno se imagina, porque el investigador Gastón Martínez Matiella hablaba siempre de un paralelismo entre el tango rioplatense y el tango mexicano”.

El investigador editó una serie de recopilaciones de tangos que datan de 1904-1905 de compositores e intérpretes mexicanos, que grabaron en Estados Unidos. “O sea que estamos hablando de inicios del siglo XX, donde ya hay principios de un tango mexicano, hasta nuestros días, donde también seducidos por esa magia, ese espíritu que tiene el tango que es común a los seres humanos, compositores contemporáneos no han escapado a esa tentación de hacer tango”, afirma Olguín­ en entrevista.

Al frente de la Orquesta Mexicana de Tango, fundada por él hace tres años y medio, el bandoneonista presentará el domingo próximo el disco El tango de México (Quindecim Recordings, 2011) en la Sala Nezahualcóyotl, que tendrá como invitado al cantante argentino Pablo Amahd. Abrirá la sesión la soprano Eva María Santana, acompañada por los guitarristas Miguel Peña y Juan Carlos Allende.

El disco incluye lo mismo obras instrumentales que cantadas, tangos antiguos y tangos modernos, interpretados por una orquesta de 10 músicos, 3 bandoneonistas: 5 violinistas, una pianista y un contrabajista. El disco, dice Olguín, “nace a partir de un trabajo de investigación del gusto por esta música que es muy rica a nivel universal. A veces la gente se asombra en el sentido de creer que por esta distancia de kilómetros el tango está alejado. Y no, compositores como Stravinski, Puccini, Cage o Ives, compusieron tango sin ser especialistas, y no tienen por qué serlo. Yo creo que más en esta cuestión de la libertad y la universalidad”.

¿Cuál es el tango más lejano cronológicamente en el disco?

La obra más curiosa y antigua que incluimos en este repertorio —estamos hablando del primer tercio del siglo XX— es “Júrame” de María Grever, que originalmente fue escrita como tango. Ahora es una canción recurrente para la mayoría de los tenores de todo el mundo con la que suele cerrar sus conciertos.

¿Qué nos puedes decir de otras obras del repertorio?

Está “Encendí un cigarro” de Carmelita Baena, hermana de Federico Baena, quien cantaba muy bien el tango. Este tema, en particular, no es conocido; muchos no son conocidos porque no han tenido la trascendencia de “Arráncame la vida” o “El tango negro”, por ejemplo. También está “Tú eres mi destino” de Carlos Gómez Barrera que Carmelita Baena grabó en tango y suena a tango. No se sabe si originalmente “Hoja seca” de Roque Carbajo fue tango o no, pero en lo personal yo la escucho como tango por sus características armónicas y literarias.

Hay un vals…

El vals, junto con la milonga y el candombe forman parte del género conocido como tango. Por eso incluimos “Dime que sí” de Alfonso Esparza Oteo, vals que allá por los años cuarenta o cincuenta fue interpretado por orquestas argentinas, particularmente la de Francisco Lomuto o el argentino pianista Juancito Díaz.

Y hay dos autores argentinos.

Sí, son dos temas dedicados a México: “Sueño del ángel” de Nicolás Urquiza y “Me juego por vos (homenaje a México)” de Pablo Ahmad y Martín Murano. Esta última canción habla de una persona que llega a este país y que, siendo argentino, México es hospitalario con él y por eso tiene amor por esta tierra.

Hacia un lenguaje contemporáneo

Fiel a su proyecto de no establecerse exclusivamente en el pasado, sino ver también al futuro y a las innovaciones, en Tango de México César Olguín también aborda obras de músicos contemporáneos, encabezados por Mario Lavista, de quien se interpreta “Tango rag”, obra que ha tenido mucho éxito durante sus presentaciones en concierto.

El “Tango rag”, explica el bandoneonista, es abordado “tomando en cuenta dos vertientes: que respondiera a un espíritu tanguero —que sí lo tiene—, pero con la libertad de llevarlo a una formación de orquesta típica de tango, y que no perdiera el espíritu de lo que es Lavista, un compositor reconocido a escala mundial que maneja un lenguaje totalmente contemporáneo”.

César Olguín comenta que Toussaint “estaba más en la línea del jazz, aunque también hizo labores dentro de la música de concierto. Eduardo Gamboa, de neta formación académica, tiene la característica de fusionar muchos ritmos, lo que ocurre en su tango, y René Torres, violinista de la orquesta, también de formación académica, ha escrito unos cuantos tangos, de los que interpretamos uno”.