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Publicado el lunes, 15 de diciembre del 2025 a las 04:06
Ciudad de México.- Sigfrid, el guerrero sin miedo, casi inmortal tras bañarse en la sangre de un dragón que asesinó, dista mucho de ser el paladín ideal del Cantar de los Nibelungos.
En la serie La Guerra de los Reinos (Die Nibelungen-Kampf der Königreiche), el héroe nacional germano (interpretado por Jannis Niewähner) es convertido en un arrogante buscapleitos, temerario, irrespetuoso y seductor.
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Es caótico, en su naturaleza es una tormenta eléctrica, algo incontrolable”, describe en entrevista la actriz Lilja van der Zwaag, estrella de la superproducción alemana que se estrenó ayer en Universal+.
Tradicionalmente visto como uno de los villanos de la epopeya, aquí, en cambio, Hagen es reivindicado, y desde su perspectiva se narran alianzas, intrigas, traiciones, conflictos bélicos y encuentros con elfos, brujas y valquirias.
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Hagen (encarnado por Gijs Naber) es alguien impulsado por el deber, de buen corazón, fuerte, con un dulce interior”, aporta Van der Zwaag.
De seis episodios, La Guerra de los Reinos se regodea al retorcer preconceptos establecidos en el imaginario de la obra épica que inspiró las óperas del Anillo, de Richard Wagner, pues está basada en la novela Hagen Von Tronje, de Wolfgang Hohlbein, que adapto el material mitológico original, en los 80.
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Siempre es bueno tener nuevas perspectivas. Lo que amo de la serie y de los personajes es que son muy humanos. Sigfrid sí es molesto. ¿Quién se cree que es? Pero comienzas a entenderlo en cierto punto. Es alguien complejo. Puedes elegir a cualquier personaje, y lo mismo”.
Van der Zwaag, por su parte, se pone en los zapatos de Kriemhild, hermana del rey Gunter de Borgoña, acechado por enemigos y desesperado por alianzas militares en un mundo cambiante.
La mano de la princesa le será concedida al salvaje Sigfrid, a cambio de su ayuda con los “seres antiguos”, lo que hará estallar el conflicto entre éste y el tímido Hagen, quien está enamorado de ella.
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Batallé para encontrar una manera de interpretar su arco. Ella comienza en una posición como muy atada, controlada, no tiene su propia voz, pero evoluciona para hallarla, también su fuerza.“Esa parte fue importante para mí, porque yo no soy como ella. Yo soy de espíritu libre, me gusta traspasar fronteras, vivo en un mundo liberal”.
La serie, rodada en República Checa e Islandia, destaca en su cuidadísimo apartado de diseño de producción, que aspira a jugar en la liga de El Señor de los Anillos o Game of Thrones.
A fin de cuentas, El Cantar de los Nibelungos ha sido influencia para innumerables autores de fantasía, como J.R.R. Tolkien, quien precedió a George RR Martin.
Esta fabulosa leyenda está inserta profundamente en el ADN germano y periódicamente, desde Los Nibelungos (1924), de Fritz Lang, se lleva a la pantalla en aquel país.
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Yo aprendí sobre la Saga de los Nibelungos en la escuela. En Alemania, es nuestra mitología, así como los griegos tenían la suya. Hay elementos típicos que se repiten en los mitos de cada cultura y eso hace que conecten con la gente. Creo que parte de lo interesante de esta historia, en particular es el conflicto entre la religión y dioses, las criaturas fantásticas”.
La Guerra de los Reinos es una de las producciones más costosas de Europa en tiempos recientes: de acuerdo con medios, costó más de 50 millones de dólares.
Simultáneamente, se rodaron tanto esta serie televisiva como una película que expande la historia y dispara aquí y allá ciertas tramas.
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