Internacional
Por AFP
Publicado el domingo, 14 de agosto del 2022 a las 19:30
China.- El poodle bien atado, mira nervioso al veterinario que suavemente le clava pequeñas agujas en el lomo y las patas, aplicando el antiguo arte de la acupuntura china para tratar los dolores de la mascota.
Duniu integra la creciente lista de pacientes de la medicina tradicional en China, unas prácticas que según sus propietarios son menos invasivas y conllevan menos efectos secundarios que los tratamientos tradicionales. En un consultorio de Beijing acuden mascotas de todo tipo y tamaño.
“ La ventaja de la medicina tradicional china es que no hay cirugía”, asegura Zhai Chunyu, el propietario de Duniu, de 38 años. “Así, el sufrimiento del animal se reduce”.
Con solo tres años, este poodle miniatura padece la enfermedad de Legg-Calve-Perthes, que afecta la cabeza femoral y puede provocar una dolorosa osteoartritis.
“ Tenía tanto dolor que ya no podía apoyar la pata en el suelo” y “no tenía apetito”, dice Zhai, que trabaja en finanzas. “Un doctor me aconsejó que se le retirara la cabeza femoral. Pero no quería porque tengo otro caniche que le ocurrió y sufrió mucho de la operación y las secuelas”, explicó y dijo que un amigo le propuso probar la acupuntura.
“ Después de cinco o seis sesiones, vimos los resultados. Duniu consigue andar e incluso correr un poco ahora”, celebra.
La acupuntura en animales goza de siglos de historia en China, asegura el veterinario Li Wen, que abrió su consulta en 2016.
“ La medicina tradicional china no pretende reemplazar la medicina convencional” porque “ambas tienen sus fortalezas” y son complementarias, explica.
Antes de empezar el tratamiento, el veterinario pesa al animal, comprueba su vista y el color de su lengua, le toma el pulso y formula algunas preguntas a su dueño. Después procede a colocar las agujas en unos puntos específicos para perros y gatos.
“ De diez animales que recibo de media cada día, siempre hay uno o dos que se rebelan”, confiesa Li. “Tienes que comunicarte con ellos, tratarlos con cuidado, garantizarles que no estás allí para hacerles daño”, explica.
Para ayudar a su relajación, el hilo musical de la clínica emite suaves melodías de flauta de bambú y trinar de pájaros. Li trabaja especialmente casos de parálisis, debilidad de las extremidades, epilepsia, dolor y retención de orina.
Pero la acupuntura también puede usarse para las dolencias cuando no hay ningún otro tratamiento disponible. Ese fue el caso de Xiaomei, un labrador macho de 12 años que sufría compresión nerviosa en la zona lumbar.
“ El pasado septiembre, después de nadar, no podía ponerse en pie. Un veterinario nos dijo entonces que era imposible de tratar y que iba a quedar paralizado”, recuerda su propietario Ma Li, de 41 años. “Gracias a la acupuntura, todavía tiene dificultades, pero puede caminar con normalidad e incluso correr”, explica.
Aunque el mercado de acupuntura para animales todavía es limitado, “desde 2016 está ganando popularidad”, dice Li.
“ A medida que los niveles educativos y las condiciones de vida mejoran y los ingresos aumentan, más y más gente se da cuenta de los beneficios de esta medicina”, asegura.
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